Rogelio Guedea
Ni la precisa justificación de sus gastos en Atlanta, ni las fotos abrazado a su hija, podrán devolverle al líder nacional panista el arrastre necesario como para alcanzar la candidatura a la presidencia de la República.
En su Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, John Locke, filósofo inglés, escribió sobre los motivos que llevaban a la disolución de un Gobierno. Refería, por un lado, un motivo externo (una invasión de un país extranjero) y varios internos, entre ellos la cooptación del poder legislativo por parte de un ejecutivo tirano que impone […]
De los tres mandatarios enriquecidos cínicamente al amparo del poder, el que viene a representar a este nuevo PRI referido por el Presidente es el hoy prófugo ex Gobernador Javier Duarte.
El Senador panista Jorge Luis Preciado, originario de Colima, presentó hace poco una iniciativa sobre portación de armas que causó revuelo a nivel nacional.
Lo que asombra es que los políticos estadounidenses, que se dicen civilizados con respecto, por lo menos, a sus pares latinoamericanos, hayan tenido que recurrir a este lodazal mediático con el fin de hacerse del poder presidencial.
La importancia del caso Colombia no debería ser ajena a la situación de nuestro propio país, envuelto desde hace un par de lustros en una guerra que lejos de disminuir sigue en aumento, con todas las consecuencias que esto implica.
No sería, pues, temerario aventurar que esta recrudecida violencia colimense tenga que ver con reacomodos no sólo del narcotráfico en sí mismo sino también de las estructuras de poder gubernamental.
Hasta hoy, pues, toda la riqueza generada por el petróleo no parece haberle servido para nada a más de 50 millones de mexicanos pobres que malviven a lo largo y ancho de nuestro país, veinticinco millones de los cuales en miseria extrema.
Nadie sabe qué de bueno sacará nuestro país con la visita del racista Trump que no sea hacerle el caldo gordo al candidato republicano para aumentar su popularidad –como ya lo hizo- entre sus compatriotas, a quienes seguramente les dijo: “¿ya vieron que lo del muro se lo dije en su cara al presidente de México?”
La polémica periodista Carmen Aristegui dio a conocer el domingo, mediante su canal de noticias, una información sobre el presidente Peña Nieto que, a este momento, debe estar ya dándole la vuelta al mundo.
Más allá de que Margarita Zavala tenga los arreos políticos (humanos, intelectuales, etcétera) para aspirar a la Presidencia de la República, no podemos obviar que es la esposa del mayor causante de la tragedia que ahora vive nuestro país: la guerra en contra del narcotráfico
No fue así. La gran mentira, apenas a mitad de la administración de Peña Nieto, quedó consumada y no habría estrategia mediática que pudiera revertirla.
No sólo fue la derrota del PRI en las pasadas elecciones del 5 de junio lo que ha echado a andar la “transformación” del priismo nacional, sino, sobre todo, la tunda que le puso el joven dirigente panista Ricardo Anaya a Manlio Fabio Beltrones en aquel ya célebre debate con López Dóriga, donde también estuvo de testigo presencial el ahora ex presidente perredista Agustín Basave.
Los crímenes de Nochixtlán, cuyos ecos aún resuenan en la cabeza de este país que no parece atisbar aún nada venturoso, han marcado de sangre una Reforma Educativa que, pese a los esfuerzos por quererla imponer como un bien para México, no termina de convencer a quienes serán parte sustancial de la misma: maestros y estudiantes.
Cuando creíamos que ya el gobierno de Peña Nieto no cometería más atrocidades, luego de la herida aún abierta de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, surge como una tromba la masacre de Noxchitlán.
Así como las cámaras de diputados y senadores están controladas por unas cuantas familias que son las que se reparten el poder cada trienio o sexenio, así el sistema cultural de nuestro país está controlado por algunas “familias” o “mafias” que lo tienen secuestrado desde hace ya décadas.