Alejandro Páez Varela
@paezvarelaPara que exista un “sueño americano” debe haber alguien que lo pague, y no son los hombres-güeros-adultos-mayores de Washington, que se comen la pechuga del mundo y que reparten desechos a los demás. Desechos que venden caros: el tipo que vendía lonches de colitas de pavo de mi adolescencia seguramente también se los comía porque era obeso y respiraba con dificultad. Millones habrán muerto de esa grasa maligna en Samoa o en la frontera con Estados Unidos y millones habrán muerto dentro de Estados Unidos porque también explotan a los que están adentro: los chinos, los latinos, los afrodescendientes, los blancos en zonas rurales y minorías que sin quererlo son parte de esa enorme, enorme, enorme estafa piramidal que llaman “sueño americano” para no llamarle “duermo-bien-porque-mi-vecino-sueña-las-pesadillas”.
Antes de preguntarnos si la DEA violó territorio nacional (que es muy importante) y antes de preguntarnos si eso fue o no una afrenta contra el Presidente de México (creo que todo el operativo de la DEA tuvo la intención de dañar a López Obrador), ¿no será necesario preguntarnos primero en manos de quién está la lucha contra el crimen organizado si uno de los tres hombres más buscado del planeta puede cruzar medio México, secuestrado o no, por aire y por tierra, y no ser detectado por los aparatos de inteligencia y por decenas de retenes?
Los mexicanos ya hicieron su chamba: ¿se atreverán los estadounidenses a imponer a una mujer con las credenciales de Kamala en la Presidencia, y hacer a un lado al vividor que hizo fortuna por sus conexiones gubernamentales (como Xóchitl Gálvez) y utilizando sus puestos públicos para hacerla crecer (como Xóchitl Gálvez)? ¿Se atreverá Estados Unidos a darle una lección al conservadurismo que es, nadie lo dude, igual en todo el mundo: blanco y rancio, racista y clasista, y adorador del dinero?
Periodistas, intelectuales y medios no aceptan que si Claudia Sheinbaum hace bien las cosas (y están dadas las condiciones para que no fracase), no serán 12, sino al menos 18 años de gobiernos progresistas. ¿Resistirán dos décadas en la negación, entregados en los Sarmiento y los Moreno (son sólo ejemplos)? López Obrador no fracasó, como pronosticaron sus gurús más renombrados: ¿van a hacer algo al respecto?
Y pensaré en ese partido que consumió a nuestros bisabuelos y a nuestros abuelos y a nuestros padres y parte de nuestras vidas por maldito, por ojete, por corrupto. El PRI, partido que defendió la herencia de castas y clases entre los mexicanos; que le abrió los brazos a unos cuantos mientras llevó a millones a la tragedia. Pensaré en el PRI y en su hermano gemelo: el PAN, la misma gata pero más sucia. Y pensaré en por qué no se van de una vez juntos al carajo.
Rafael Barajas “El Fisgón”, presidente del Instituto Nacional de Formación Política de Morena, cuestionó hace unos días el papel “de falsa bandera” que, según él, ha jugado la Catrina Norteña. La cuenta anónima de X ha criticado al bailarín Sergio Mayer porque, habiéndose identificado de derecha, tiene una diputación plurinomonal por la izquierda. “¿Cómo es posible que dejamos que toda la conversación dentro de la izquierda sea manejada por una cuenta anónima”, preguntó “El Fisgón” en entrevista con “Los Periodistas”. La Catrina ha decidido responder aunque, advierte, quiere ma tenerse en el anonimato “como V de Vendetta”.
El monero Rafael Barajas, mejor conocido como “El Fisgón”, criticó que al interior de Morena se hable más de la nominación del actor Sergio Mayer como Diputado plurinominal en lugar de enfocarse en la discusión sobre la Reforma al Poder Judicial.
Para generar cambios sociales en una democracia, se necesita convencer a las mayorías. No recomiendo los latigazos, las ofensas, el menosprecio, el odio o los fuetazos en la espalda como en los ranchos del cretino Diego Fernández de Ceballos. Recomiendo abandonar el maltrato y la arrogancia del patrón. Un repelente natural de las mayorías es la arrogancia. Abandonen la arrogancia. Esos que votaron no son imbéciles, nacos, vividores, conchudos, acomodaticios y no votaron contra ustedes: votaron por quien se les pegó la gana. Y eso no los vuelve mediocres, insensatos, irracionales, corruptos, cretinos, imbéciles, nacos, vividores, conchudos y acomodaticios.
El Gobierno de López Obrador repartió varias lecciones poderosas. Una es que se puede crecer sin cargar todo el esfuerzo en el lomo de los trabajadores; otra, que se puede apostar a un Gobierno con vocación social sin que eso signifique que “seremos pobres, como en Venezuela”. Por eso resulta ridículo que todavía en 2024, con dinero muy probablemente de las élites empresariales, se siguieran difundiendo mentiras como que el Presidente es “adorador de satanás” o que Claudia Sheinbaum iba a ordenar la circuncisión de todos los varones sobre estas tierras de Dios.
La derrota de Xóchitl es poca cosa frente a la derrota de los tres partidos históricos que la apoyaron, ¿qué no se da cuenta? Claramente, no. Porque todo se trata de ella. Se pasó meses y meses hablando de sí misma sin aburrirse. Meses y meses con la boca abierta, riéndose, divertida de sus propias ocurrencias, asumiéndose la más inteligente, la más viva, el mejor ejemplo para los niños, la mejor preparada. Hizo un año consecutivo de campaña sin citar a un solo autor, sin hablar de un solo libro, sin poder concretar un solo proyecto, una sola idea y hablando y hablando mucho, de sí misma, de lo grandioso que es. Reaparece quince días después de que fue humillada en las urnas para decirle a México que ya lo superó. Cuánta ligereza, cuánta mediocridad. Viene a repartir culpas quien no supo armar un proyecto mínimo, medianamente razonable; la que no supo qué era la autocrítica e intentó engañar al país con encuestas de Massive Caller.
Alguien debería preguntarse por qué la derrota y yo diría: porque la gente ve un México muy distinto al que transmiten por televisión. Porque una buena parte de esos 36 millones de individuos (y más) está harta de que la menosprecien y manipulen. Porque esos millones encontraron una oportunidad pacífica de decir BASTA al clasismo y al racismo. Porque millones están hartos de que los llamen nacos, bestias, imbéciles y mediocres durante seis años y luego esos mismos les pidan su voto con fingida humildad. Porque millones hicieron clic con su candidata y querían confirmar el gobierno que tienen, y no porque disfrutaran verle la cara a los rabiosos un día después. En ese sentido no fue voto de castigo: fue uno de reivindicación.
Sobre Claudia: la próxima Presidenta deberá prepararse en lo personal para resistir a la presión intensa de los que querrán faltarle al respeto y, como Gobierno, debe diseñar una respuesta contundente. Sobre Xóchitl: hará bien en repartir culpas. Pronto. Con datos. Los que no hicieron una sola reflexión en seis años son expertos en culpar a alguien más. Y ella es un chivo expiatorio perfecto. Si es tan disruptiva como dijo que era, que salga y diga todas las anomalías que hubo. Difícilmente volverá a ser candidata presidencial: que limpie su nombre.
Después de la elecciones de 2018, varios recomendamos a la oposición ejercer la autocrítica y ofrecer una disculpa pública por los daños causados por sus decisiones y la de sus partidos durante los últimos cien años. Ahora me atrevo a recomendarles lo mismo. Reagrúpense, hagan un proyecto de Nación y láncenlo al tiempo que ofrecen disculpas al pueblo de México. Ya no hay productos milagro, del tipo Xóchitl, que peguen. La gente quiere respuestas serias a problemas concretos, no alguien que ofrece tapar fugas de gas con chicles mascados.
El PRIAN es ya un barril sin fondo que querrá chupar tantos recursos como pueda, de donde sea, para tratar de compensar su realidad: que se desfonda. Una nueva oportunidad se le abre para Movimiento Ciudadano; la tercera oportunidad desde las precampañas. ¿Entenderá que puede convertirse en la nueva derecha mexicana (o centroderecha o como quiera llamarse) que puede nutrirse (como ya lo hace) con los desprendimientos del PRIAN? MC está frente a la oportunidad que tuvo López Obrador al fundar Morena con las fuerzas del PRD. ¿Sabrá superar su complejo de partido enano y convertirse en una nueva minoría para el México que viene?
Una parte del empresariado chihuahuense se enteró allí que estaban pagando grandes sumas a Alejandro González, coautor de la campaña “Un peligro para México” en 2005-2006. De acuerdo con los datos proporcionados, algunos empresarios se quejaron de no haber sido informados a tiempo del destino de su dinero porque sabían que iría para actividades de Xóchitl Gálvez, pero no que se usaría para la campaña que mantiene la tendencia “narcopresidente” y “narcocandidata”.
¿No se da cuenta de que cuando llama flaca o momia o fría a su contrincante repite los estereotipos que utilizan los hombres para tratar de caricaturizar a una mujer y humillarla? ¿No se da cuenta de que cuando habla de sus “ovarios del tamaño de una toronja” repite ese enorme malentendido machista de que entre más violento es un hombre más grande tiene los testículos? ¿No se da cuenta de que cada vez que pega chicles en la mano de sus asistentes confirma a su entorno de mexicanos-blancos-de-derecha que es una vulgar a la que sólo soportan porque defiende sus intereses?