Ciudad de México, 15 de febrero (SinEmbargo).– Es el número 6 de la Plaza Alonso García Bravo, ubicada en la calle Venustiano Carranza entre las calles Alhóndiga y Jesús María, Colonia Centro. Delegación Cuauhtémoc, Distrito Federal. Desde su balcón , la señora María ve pasar la tarde, empieza a empacar no sólo sus recuerdos, si no los de toda su familia. Es la tercer generación que vive en el predio y ahora uno de sus hijos también lo habita, aún no sabe bien a dónde se van a ir, pero será por la zona, lo que sí sabe es que tiene hasta fin de mes para desalojar.
Erick y su familia –de los últimos habitantes del predio al igual que la señora María–, se aferran a una esperanza que les permita poder seguir su vida sin la amenaza de ser desalojados y preservar este bello espacio.
Los actuales habitantes son inquilinos que pagaban su renta a familiares de la dueña que falleció hace tiempo, pero un nuevo dueño les pide desalojar el edificio para demoler y construir un centro comercial.
El predio que vio nacer la Plaza de La Merced fue construido a finales del siglo XIX y principios del XX. Del inmueble sólo quedará la fachada, en la que se aprecian las fechas 1870-1906 y el nombre de los ingenieros Shaw y Grajales y Cantero Clero Ruiz.
Este edificio histórico es amenazado a ser demolido. Nada se está haciendo para proteger el inmueble. Los vecinos acudieron a la Delegación Cuauhtémoc donde la única respuesta que les dieron fue que perdieron el expediente, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), no reciben respuesta a pesar de que el edificio está dentro del catálogo de bienes históricos.
En 2008, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) firmó un convenio con el INAH para la recuperación de espacios urbanos, plazas públicas, corredores e inmuebles en el perímetro del Centro Histórico. Y por la trascendencia de la Plaza Alonso García Bravo, colindante con el inmueble conocido como Ex-Convento de La Merced, resultó necesario llevar a cabo acciones específicas para su rescate y recuperación.
El número 6 de la Plaza Alonso García Bravo pasará a ser extracto de tiempo y vida en un lugar cubierto de recuerdos, que por generaciones guardaron historias y secretos, un espacio que será destruido sin dejar testimonio de que alguna vez existió.