Ciudad de México, 11 de diciembre (SinEmbargo).– En Nueva York, dos aficiones se disputan el orgullo de llamarse citadinos honorables a través de un par de emblemas del beisbol de las Grandes Ligas. Yankees y Mets comparten un lugar dominado por los Mulos de Manhattan con su historia ganadora esparcida por el resto del mundo como un filosofía. Mientras, los vecinos apasionados sin mucho que festejar, ven como la afición se convierte en un odio deportivo que muchas veces traspasa esa frontera hasta el fanatismo.
La rivalidad Mets-Yankees está estipulada en la ciudad como si fuese parte esencial de la arquitectura emotiva. Entre orgullo, victorias y derrotas resonantes, la disputa por sentirse mejores fans se vive día con día. Cada tropiezo de los Yankees, es una celebración de los metropolitanos, siempre al tanto de los fracasos que desde hace cuatro años sufren el Yankee Stadium sin ganar una Serie Mundial. En un mercado caliente, tras la coronación de los Boston Red Sox, un pelotero ha puesto su parte para aumentar el apasionado debate.
“Mucha gente me ha dicho que los verdaderos neoyorquinos son aficionados de los Mets”, declaró Curtis Granderson, un jardinero recién llegado al equipo opacado, desde el gigante de la Gran Manzana. Por 60 millones de dólares, y una duración de cuatro años, el contrato firmado por el pelotero se ha vestido de una polémica deportiva que fascina en los Estados Unidos. El debate eterno, siempre presente en el ambiente, ha tomado nuevas rutas desde la palabras de Curtis. Entre la disputa deportiva, está el orgullo tan venerado en el beisbol de la Gran Carpa.
Tres veces participe del juego de estrellas, con un promedio de .229 con el bate, tuvo un año complicado debido una lesión en su muñeca que lo imposibilitó durante gran parte de la campaña. Después de tres campañas vistiendo el uniforme de los Yankees, decidió llevar su carrera a los vecinos incómodos. A sus 32 años jugará con su tercer franela, a la que ha conquistado recién en la sala de prensa donde fue presentado. Su frase ha sido tomada como bandera y repudiada por otra fanaticada que se siente insultada.
“Estoy ilusionado por ver a esos fans de cerca, apoyándome”, concluyó Granderson en la presentación. Sandy Alderson, Manager General de la franquicia, sonrió ante las palabras de su nuevo pelotero al que considera “un número 1, un ganador en lo deportivo y en lo personal”. Con 60 millones de dólares, los Mets se han unido a un mercado movido por las estrafalarias cifras que se manejan, además del simbolismo de los traspasos. Los Yankees fastidiaron a los seguidores de los Red Sox con la contratación de Ellsbury, ahora, un jardinero de gran rendimiento les devuelve el favor.
“Estoy muy emocionado de quedarme en esta ciudad y de continuar mi carrera como un Met y de salir al campo para ganar lo más pronto posible”, agradeció ante la prensa. La rivalidad citadina ha adquirido una nueva faceta. La validez de ser un verdadero neoyorquino se ha implantado en la palestra del debate. En redes sociales se ha confirmado que el Yankee Stadium, que tanto lo aplaudió, ya planea un recibimiento incómodo. El principal enemigo, lucirá el 3 de los Mets.
