Ciudad de México, 24 de noviembre. (SinEmbargo).- Ernesto Cordero Arroyo se ha convertido este año en un protagonista de la vida interna del Partido Acción Nacional (PAN). El virtual candidato a la dirigencia panista y quien fuera el Secretario de Hacienda y Crédito Público en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), ha demostrado que sabe levantarse de sus tropiezos y a sus desencuentros con el presidente panista, Gustavo Madero Muñoz.
Cordero, que hasta mayo era coordinador de los senadores panistas, y en septiembre dejó la Presidencia de la Mesa Directiva del Senado, hoy rendirá su informe legislativo de labores en el World Trade Center.
Al interior del PAN se espera que el evento sea también el destape de la candidatura del también ex Secretario de Desarrollo Social del gobierno calderonista.
Es esta parte de su hoja de vida lo que puede resultar el mayor inconveniente para la candidatura del Legislador: su calderonismo, su cercanía con el ex Presidente, a quien sus adversarios políticos no le perdonan que haya sido en su mandato cuando el PAN perdió la presidencia, y que aún tienen fresco el recuerdo del estilo calderonista de intervenir en la vida del partido.
Cordero tiene cualidades, pero su pertenencia al grupo del ex Presidente no garantiza que pueda sanar el tejido panista, maltrecho luego de la derrota presidencial de 2012 y dividido por las pugnas internas por el control del partido, considera el ex Legislador albiazul Juan José Rodríguez Prats.
“No le veo la cualidad para restañar el tejido panista, aunque le vea otras cualidades, no deja de pertenecer a un grupo, ese es el problema, la onda grupera, ese papel también desacredita a Madero, que se ha dejado rodear por un grupo”, dice a SinEmbargo el ex investigador de la Fundación Rafael Preciado Hernández.
LAS FAMILIAS MEXICANAS Y LOS 6 MIL PESOS
Ernesto Cordero nació en el convulso 1968, el 9 de mayo, bajo el signo de Tauro. Capitalino, es licenciado en Actuaría por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y estudió la maestría en Economía por la Universidad de Pennsylvania.
Fue durante el sexenio de Felipe Calderón donde Cordero llegó a ocupar la titularidad en dos secretarías: la de Desarrollo Social y la de Hacienda.
Precisamente como Secretario de Hacienda fue cuando en febrero de 2011 tuvo su frase más conocida: aquella de que una familia de clase media podía vivir con seis mil pesos mensuales.
“Hay familias mexicanas que con ingresos de seis mil pesos al mes tienen crédito para una vivienda, tienen crédito para un coche, se dan tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas”, dijo en esa ocasión.
A pesar de ese resbalón declarativo, por el que tuvo que pedir disculpas, Cordero participó en la contienda por la candidatura presidencial panista, en la que fue vencido por la ex Secretaria de Educación, Josefina Vázquez Mota.
Designado coordinador de los senadores panistas al inicio de la actual legislatura, no completó el año y permaneció en el cargo hasta el 19 de mayo, cuando Madero decidió deponerlo luego de haberse rebelado y presentar por la libre una iniciativa de Reforma Política paralela a la presentada por la dirigencia.
Pero sobre todo, Cordero lanzó una acusación que aún retumba; que Madero había negociado la Reforma Electoral “en lo oscurito” con el gobierno federal.
Su destitución le atrajo las simpatías de 24 de los 38 senadores que componen la bancada albiazul. Pero esta rebelión interna en la que sus simpatizantes, en su mayoría de filiación calderonista, repudiaron al nuevo coordinador y cercano a Madero, Jorge Luis Preciado Rodríguez, también sumieron al partido en una crisis interna. Los senadores de ambos bandos se enzarzaron en una batalla por el dinero y el control de la fracción.
Fue un espectáculo político donde la fracción contraria a Cordero ventiló que cuando éste fue coordinador había usado dinero legislativo para comprar un shampoo anticalvicie, chicles y una botella de ron.
La confrontación adquirió tales matices que, como si fuera una guerra, debieron acordar una tregua de declaraciones previo y durante las elecciones del 7 de julio con el fin de no perjudicar al partido.
Los resultados de la jornada electoral en la que el partido refrendó la gubernatura de Baja California apaciguaron los ánimos incendiados en acción Nacional. En el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) se reivindicó la figura de Cordero y se descartaron irregularidades financieras en el manejo del dinero de la bancada, tal como se había insinuado.
Asimismo, la bancada comenzó a trabajar más coordinadamente, aunque aún siguen divididos.
Ser opositor de Madero le ha traído réditos a Cordero. Designado coordinador del Senado a instancias del ex Presidente Felipe Calderón, en repetidas ocasiones se mostró en desacuerdo con el Pacto por México, principal logro del dirigente panista, y también ha pedido que el PAN sea una oposición más visible y firme.
También ocupó la presidencia de la Mesa Directiva del Senado, que abandonó en septiembre. Algunos pronosticaban que en cuanto dejara el cargo perdería visibilidad pública, pero Cordero ha usado eventos panistas para acercarse a la ciudadanía de a pie, que será la que elija al nuevo dirigente.
Un ejemplo es cuando estuvo presente en el parque Pilares de la colonia Del Valle, el domingo 13 de octubre, para protestar contra la miscelánea fiscal del Presidente Enrique Peña Nieto, que contemplaba impuestos a la comida para mascotas y homologar el Impuesto al Valor Agregado en la frontera.
Fue uno de los primeros panistas en llegar y uno de los últimos en irse. Se tomó fotos con todo aquel que se lo pidió, y abrazó a cuanto perro se le cruzó en su camino. “Soy bien perrero”, dijo.
También tomó la palabra y fue de los que más aplausos recibió, sobre todo luego de que preguntó “¿Con qué cara nos piden un presupuesto adicional, con qué cara nos piden que nos endeuden a nosotros, a nuestras familias, a nuestro hijos?”.
Cordero salió avante en el “popularómetro” que significó la XVII Asamblea del 10 de agosto, a la que llegó con su compañero en el Senado, Javier Lozano Alarcón, quien le expresó su apoyo en caso de que decidiera buscar la dirigencia.
El ex coordinador de los senadores a mediados de este mes dijo que pedirá licencia como Senador para buscar la dirigencia del PAN.
Para el informe sobre su desempeño legislativo de hoy en el World Trade Center se espera la presencia de panistas de todo el país.
Pero la expectativa es que haga su destape a la dirigencia nacional del PAN, proceso que se celebrará en marzo de 2014.
Ex precandidato a la presidencia por el PAN, podría enfrentar otra vez en una contienda interna a quien le ganó la candidatura presidencial: Josefina Vázquez Mota. Otros apuntados son los ex gobernadores de Guanajuato, Juan Manuel Oliva y Juan Carlos Romero Hicks.
Pero sobre todo, reeditaría su ya clásica confrontación con Gustavo Madero, que aunque no ha hecho oficial que buscará la reelección, se da por un hecho que sí competirá.
CORDERO Y EL CALDERONISMO
Para el ex Senador del PAN Juan José Rodríguez Prats, Cordero tiene todo para contender por la dirigencia nacional.
Aunque Prats es simpatizante de la candidatura del Senador Juan Carlos Romero Hicks, por su honestidad y porque durante su mandato como Gobernador de Guanajuato no se peleó con el PAN, el ex Senador ve que la definición de la dirigencia podría quedar en las manos de Cordero o de otro ex mandatario guanajuatense, Juan Manuel Oliva.
A Josefina Vázquez Mota no la ve con suficiente fuerza para ganar. De hecho considera que la respuesta a su anuncio de que podría participar no resultó la que ella esperaba.
A Cordero le ve fuerza, persistencia. Lo percibe inteligente, simpático, y personas que trabajaron con él en las Secretarías de Hacienda y de Desarrollo Social lo tienen en buen concepto, afirma. Asimismo, cuenta con el importante apoyo de 24 de 38 senadores.
Pero Cordero carga con un inconveniente: su calderonismo.
“Él llega como coordinador del Senado a petición de Felipe Calderón (cuando aún era Presidente), Gustavo Madero se disciplina, pero no lo deseaba y Cordero tampoco fue lo suficientemente mano izquierda de Gustavo como jefe, de ahí vino el conflicto entre ellos, la escisión de los senadores luego de que Madero elige a un coordinador (José Luis Preciado) que no tiene consenso”.
Esa pertenencia a un grupo le puede pesar a Cordero, concluye Prats.