Ciudad de México, 22 de noviembre (SinEmbargo).– La Real Federación Española de Futbol amenazó a la UEFA con dar de baja a sus equipos nacionales e incluso a la selección roja que hoy va por el mundo presumiendo la estrella arriba de su escudo que la acredita como el mejor equipo del planeta. Con serios argumentos políticos, la pasión deportiva prevaleció luego de una disputa que ha durado poco más de una década. El organismo que dirige el francés Michel Platini, ha aceptado a Gibraltar como el miembro 54 de la confederación más competitiva de la FIFA.
Ubicado al sur de España, teniendo de frente a Ceuta y la entrada a la África tan abandonada por el mundo occidental, un peñón sirve como paisaje natural protector de un pequeño territorio de 30,000 habitantes con identidad propia. Durante un concenso, el 90 por ciento de la población negó entregar su idiosincracia a la cultura inglesa a pesar de pertenecer a la Gran Bretaña debido a un tratado político que no entiende de geografía o de otros aspectos emocionales. Con su estrecho firme al norte, tentación estratégica de la España Monárquica, una pasión mueve los hilos de habitantes.
La mayoría es aficionado de un equipo español y uno inglés. La cercanía los acerca a las fantasías creadas por el Real Madrid, Barcelona o el Atlético del Cholo Simeone. La política establecida los une al Manchester United, Arsenal o al Chelsea de Mourinho. Lejos de las primeras potencias del futbol, a pesar de pertenecer al llamado primer mundo, los gibraltareños entienden bien lo que un gol provoca en una de esas tardes de verano caliente o de invierno templado con apenas un poco de probabilidad de lluvia. Pero eso no lo comprendían los estatutos burocráticos que rigen al futbol mundial durante años. A mediados de 2013, todo cambió.
La Asociación de Futbol de Gibraltar (GFA) fue fundada en 1895, siendo una de las más antiguas del mundo. Desde 1909 se afilió a la Asociación de Futbol de Inglaterra dándole un toque de más seriedad a lo que solo era una pasión desenfrenada. El Tratado de Ultrecht se firmó durante 1713 y 1715 por los Estados involucrados en la Guerra de Sucesión Española. El mapa político de Europa se rediseñaría a partir de entonces. Gibraltar y Menorca pasarían a formar parte de la Gran Bretaña. Desde entonces, España ha reclamado el territorio debido a unas cláusulas en el contrato que son consideradas como motivos suficientes para catalogar el territorio como "ocupado".
El futbol del peñón tuvo que esperar hasta Mayo se 2013, tras varios intentos con la FIFA y la UEFA para obtener una validez formal como Asociación Federativa. España fue junto a Bosnia-Herzegovina, los únicos dos votos negativos hacia la incursión de Gibraltar en mayo de este año. A la Selección Nacional de ese país, le fue concedido el derecho de disputar un lugar para la próxima Eurocopa de Francia en 2016, a la espera que el organismo que dirige el suizo Joseph Blatter, le de el visto bueno para aspirar por un lugar en la Copa del Mundo. Apoyado por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), los sueños de 30,000 personas se han oficializado.
El martes, mientras el mundo estaba atento a las últimas plazas en disputa para Brasil 2014, un equipo vestido de rojo salió sonriente en terreno neutral con algunas decenas de personas fungiendo como testigos del histórico evento. En la ciudad portuguesa de Faro, se disputó el primer partido oficial de Gibraltar frente a Eslovaquia. El Victoria Stadium, recinto para 5,000 personas, no tiene los requisitos de la UEFA para poder jugar, y tuvieron que salir del peñón. El partido terminó 0-0, pero eso fue lo de menos. Con una liga con ocho equipos, un solo estadio y una pasión fervorosa, los gibraltareños esperan con ansias febrero del próximo año, cuando se sorteen los grupos para la eliminatoria que determinara los participantes de la próxima Eurocopa.