Ciudad de México, 12 de noviembre (SinEmbargo).– En 1995 se dio una alianza económica que actualmente sería impensable. Carlos Slim Helú, desde entonces dueño de Telmex, le inyectó capital a Televisa, a través de Cablevisión, para aminorar los efectos de la crisis de finales de 1994.
Entonces aún vivía el legendario Emilio “El Tigre” Azcárraga, y por mediación del entonces Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, Slim Helú invirtió para que la televisora no se fuera a pique, endeudada y dañada, como miles de mexicanos, luego de la devaluación registrada en el inicio del gobierno zedillista. Así lo recrea la Diputada federal Purificación Carpinteyro en su libro, El fin de los medios. Historia personal de la guerra de las telecomunicaciones, publicado bajo el sello editorial Grijalbo.
Entrevistada por SinEmbargo, la legisladora perredista explica esa lejana sociedad Telmex-Televisa.
“Ernesto Zedillo a partir de la crisis que se genera encuentra en Carlos Slim a alguien para poder hacer sus pactos con la clase empresarial, pero además le sirve para rescatar a Televisa, que para Zedillo y los planes de la alternancia eran fundamental, cómo iban a colocar a un candidato del PAN notable, si este no era publicitado por los medios. Tenía que construirse esa imagen, entonces solicita a Carlos Slim que apoye a su amigo “El Tigre” Azcárraga para sacarlo de la crisis financiera del 95 y Slim entra al quite, compra el 49 por ciento de la empresa Cablevisión en una cuestión que jamás debió ser aprobada puesto que a final de cuentas cómo es posible que el rey de la televisión y el rey de las telecomunicaciones se hubieran aliado en la televisión por cable, en una situación en la que podían ser el competidor tanto el uno como el del otro”, refiere Carpinteyro, de forma pausada y mientras fuma un purito.
Dieciocho años después, el hijo de “El Tigre”, Emilio Azcárraga Jean, y Carlos Slim sostienen una batalla por las telecomunicaciones y las señales televisivas, cada uno intentando invertir en los dominios del otro.
Carpinteyro ha sido testigo y víctima de los intereses políticos y económicos en el tema, como precisamente ocurrió en el sexenio zedillista, cuando el ahora panista Javier Lozano Alarcón, como subsecretario de Comunicaciones y Transportes, la presionó cuando ella era encargada de Asuntos Externos y Regulación en Grupo Iusacell, para no abrir a los medios de comunicación un foro sobre regulación en telecomunicaciones, y al negarse le costó la presión de la administración federal para que dejara su cargo y el Presidente Zedillo pidiera su salida del país.
Así lo recuerda en su libro.
También relata su paso como subsecretaria de Comunicaciones y Transportes (SCT) por el titular de la dependencia, Luis Téllez Kuenzler, en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
En su obra editorial expone cómo fue acusada por Téllez Kuenzler de intentar cobrar prebendas, y luego ella trató de exponerle la verdad a Calderón Hinojosa, quien había prometido recibirla a solas pero luego se echó para atrás.
Aunque tuvo acceso a grabaciones de llamadas confidenciales de Téllez en las que decía que Carlos Salinas de Gortari cuando fue Presidente de México se había quedado con la mitad de la partida secreta, escribe que ella no las difundió, y desliza que pudo ser gente del Partido Acción Nacional (PAN) para cobrarle a Téllez haber favorecido a gobernadores priístas con recursos económicos para reducir el subejercicio de la SCT.
Protagonista de la discusión este año de la Reforma a la Ley de Telecomunicaciones, en su libro trae a colación cómo el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), chantajeó con sabotear el Pacto por México si no se cambiaba la redacción del Compromiso 43 sobre Competencia de Radio y Televisión, relacionado con aspectos que afectaban a los dueños de las cadenas televisivas.
Según Carpinteyro, eso ocurrió el 29 de noviembre del año pasado, un día antes del inicio de actual gobierno federal. Y un día después se hicieron los cambios en la redacción y el 2 de diciembre fue presentado el Pacto por México.
La modificación fue un triunfo para las televisoras, que operan a través del PVEM, donde se concentran los legisladores conocidos como “La Telebancada”, por ser en su mayoría representantes de las televisoras, expone la ex funcionaria federal.
La legisladora perredista dice que por lo menos a esos representantes de las televisoras ya los conoce, pero que hay otros que también representan a las televisoras y no forman parte de la “Telebancada”.
En el caso del partido del Sol Azteca, identifica a sus compañeros la Senadora Dolores Padierna y al diputado federal, Carlos Reyes Gámiz, quienes en la discusión de la Reforma intentaron hacer cambios.
MANIPULACIÓN
Cuestionada sobre qué la hizo escribir el libro, dice que intenta explicar el momento actual que vive el país, y mostrar el actual poderío económico y político de Televisa, y la pugna que sostiene con Telmex por el control de la telefonía celular y las señales televisivas. Tratar de exponer cómo las telecomunicaciones influyen en lo que ocurre en México, y hacerlo con un lenguaje que no sea sólo para expertos o académicos.
También mostrar la necesidad de tener más visiones sobre la realidad.
“Sufrimos de ese pecado de que nos digan qué pensar, qué es lo bonito, qué es lo feo, que nos digan qué es lo bueno, quién es culpable y estas son cuestiones que son trascendentes no sólo a la sociedad sino como individuos. Nuestra libertad depende de nuestra capacidad de opción, pero la capacidad de opciones requiere de tener alternativas, si nosotros simplemente le cambiamos de canal para escuchar una noticia, le cambiamos a otro y escuchamos la misma noticia en el mismo tono de alguna manera pensamos que esa es la verdad, pero quién nos dice que esa es la verdad”.
Considera que desde las televisoras la realidad se presenta sesgada, moldeada, y a modo para mostrar que los culpables de lo que ocurre en el país sólo son los políticos, pero la realidad va más allá de eso, plantea.
“La pregunta es si realmente los que estamos en el DF sabemos lo que pasa en Michoacán, en Tamaulipas o en Quintana Roo o sólo vemos aquello que nos permiten ver, y viceversa, cuántos regios pueden saber lo que pasa en Oaxaca. Los medios de comunicación son un filtro de la realidad que nos impide verla tal cuál es, a veces bella, a veces espeluznante, pero todos tenemos derecho a saber y todos queremos saber cuál es esa realidad, y a pesar de que ciertamente las redes nos dan opción a información que de otra manera no tendríamos, la verdad es que a las redes de internet una muy pequeña parte de la población tiene acceso y la gran mayoría forma su cultura, su forma de pensar a través de la televisión”.
Hace un recuento de cifras: 94 por ciento de los hogares cuentan con una televisión y estadísticamente tres de cada cuatro mexicanos ve más de dos horas de televisión, lo que la lleva a considerar que el poder de la televisión se asemeja a un Gran Hermano.
“Esto significa que a final de cuentas tenemos una especie de hermano grande que nos está diciendo qué hacer, cómo decir, qué es bueno, qué es malo, quién es bueno, quién malo, quién es corrupto. Hablo en el libro inclusive de Joseph Goebbels (el propagandista del régimen nazista) y los principios de propaganda de Goebbels y doy ejemplos de cómo es que han podido cuestionar o conformar una conciencia mediática las televisoras”.
Un ejemplo, expone, ocurrió con el apagón analógico en Tijuana, Baja California programado a fines de junio.
Recuerda cómo en realidad era una minoría la que carecía de su aparato para la transición a la televisión digital, pero Televisa le dio vuelo a las quejas de unos pocos ciudadanos y criticó a las autoridades y con base en eso pidió aplazar la decisión y tomar en cuenta a la población.
“Si fuera siempre así, los de la CNTE entonces ya habrían sido escuchados”, compara.
Pero ve que los mensajes repetitivos para culpar sólo a los políticos de los problemas y ellos plantearse como los buenos.
“Esa es una forma en que los medios han manipulado nuestras conciencias pero es algo que va mucho a la raíz, recuerdo alguna frase que antes decían ‘Todos somos cultura Televisa’. Usted y yo nos formamos viendo los programas de Televisa, en ese entonces y como decía ‘El Tigre’ Azcárraga, ‘un soldado del sistema’. Sin embargo todo este proceso de dizque democratización lo que ha hecho es revertir esta situación y lo que antes era el soldado del sistema, los medios de comunicación, ahora el sistema ha pasado a ser el soldado de los medios”.
TELEVISA POWER
Carpinteyro dice que el actual empoderamiento de Televisa, ante el cual la mayor parte de los legisladores y funcionarios se apanican, al considerar que criticarla equivale a un suicidio político, se remonta al apoyo que le brindó Zedillo, quien además de ayudar a gestionar el préstamo de Slim, también ayudó a Azcárraga Jean a reestructurar la empresa y a que el hijo de “El Tigre” se hiciera del control de la empresa.
“Así es y ciertamente a solicitud de Zedillo entra al rescate para que Azcárraga Jean pudiera comprar diferentes acciones de tal manera que él pudiera quedarse con el control a lo que le llamaron ‘fideicomiso de control’ donde estaban Carlos Slim, María Asunción Aramburuzabala y Azcarraga Jean.
"Ese fideicomiso de control es el que le da la capacidad de controlar Televicentro que es la mamá de todas las demás empresas ya después se reestructuró el grupo, es así como gana el control Azcárraga Jean y expulsan al 'Güero' Alejandro Burillo y a Guillermo Cañedo White. Aquí lo fundamental es que 'El Tigre' Azcárraga no era simpatizante de su hijo como sucesor, de tal manera que ya con la muerte encima nombra a su hijo como codirector, no lo nombra como titular, Zedillo es el que escoge al sucesor y Zedillo lo usa y lo necesita y le cobra el favor diciéndole ‘ahora vamos a construir un candidato, decir quién iba a ganar y es lo que pongo en mis supuesto”.
A cambio, dice, Televisa apoyó para generar opinión pública rumbo a la transición política. Le abrió las puertas al candidato de oposición Vicente Fox momento que coincide con la apertura de la televisora a la pluralidad.
Cuando se produce la alternancia, en el año 2000, el nuevo gobierno encabezado por el guanajuatense se caracteriza por ser “entreguista” con la televisora, y así lo demuestra con la modificación por decreto de la ley que establecía un impuesto en especie de 12.5 por ciento de los tiempos de transmisión, para reducirlo, y la renovación secreta de un número no conocido de concesiones de Televisa que vencían ese año, dice la ex funcionaria de la SCT.
Asimismo, con el decreto en 2004 del inicio para la televisión digital, el gobierno federal entregó a las televisoras concesiones adicionales, y por cada concesión de televisión abierta, una “espejo” en alta resolución; concesiones gratis para operar 65 centros de apuestas y 65 salas de sorteo de números.
“Pongo una lista enorme y en esto jugó un papel muy relevante Martha Sahagún (esposa de Vicente Fox), quien en principio fue interlocutora con los medios y establece una alianza muy cercana con Televisa como con otros medios. En esta alianza siempre hay un toma y daca, ‘ok, te doy y me das a cambio’ y claro Fox siempre quiso ser el Presidente querido que tenía apoyo popular y debió tomar medidas dolorosas y duras que debieron tomarse y tener un costo político elevado, pero no se tomaron porque operaba por encuestas”, dice.
A cambio de la reducción para el gobierno federal de tiempos oficiales en las televisoras, Fox tuvo promoción en las pantallas, afirma la autora de El fin de los medios.
Carpinteyro dice que tener una posición crítica le ha costado el veto de Televisa, es decir no salir en sus pantallas ni mencionarla, pero considera que la forma en que interviene en política es necesario mostrarla, para evitar la concentración de su poder.
A escasos días de que inicie lo que será la verdadera batalla por las telecomunicaciones, la discusión de las leyes secundarias de la Ley de Telecomunicaciones, la autora prevé que se dejarán ver en las cámaras los cabilderos de las televisoras.
Alerta que además de los ya conocidos legisladores del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), “el partido de Televisa”, dice, pues habrá otros y hay que estar atentos a sus movimientos.