Ciudad de México, 18 de septiembre (SinEmbargo).– Después de un sismo de gran magnitud, uno de los retos más importantes de los gobiernos es la coordinación de los servicios de emergencia, rescate, atención hospitalaria y de seguridad pública. Así surge el Proyecto de desarrollo de software para atención de una contingencia sísmica (RieSis), que tiene el objetivo de coordinar de manera adecuada dicha respuesta en planes de contingencia para reducir la pérdida de vidas humanas, disminuir las afectaciones materiales, optimizar los recursos materiales y de personal, así como garantizar la estabilidad social.
El proyecto es impulsado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del Distrito Federal (SECITI), quien apoyó la iniciativa con 630 mil pesos. Así mismo, también fue desarrollado por investigadores del Centro de Investigación en Cómputo del Instituto Politécnico Nacional (IPN), encabezados por Alejandro Botello Castillo, experto en computación y en la interconexión de bases de datos y desarrollo de aplicaciones web.
Botello señala que tras el sismo de 1985 en la Ciudad de México se implementaron medidas destinadas a concientizar a la población sobre cómo actuar ante un fenómeno natural de ese tipo, de allí los simulacros, las rutas de evacuación y señalizaciones. No obstante, ante lo anterior se resalta el aspecto de atención a la ciudadanía a través del establecimiento de una organización integral de los recursos humanos y materiales con los que cuenta el Gobierno del Distrito Federal ante este tipo de eventos naturales, publicó en un comunicado.
Teniendo esto en cuenta, el sistema RieSis consiste en un software de bases de datos que ayudará al gobierno local a gestionar, organizar y controlar múltiples aspectos de la atención ante un sismo, por ejemplo, conocer en tiempo real las zonas e inmuebles afectados, número de damnificados, atrapados, heridos, fallecidos y desaparecidos.
También RieSis puede ayudar a optimizar las necesidades de recursos humanos y materiales, las instalaciones hospitalarias disponibles y las acondicionadas para la atención de los heridos, así como los refugios temporales para atención de damnificados.
Dicho sistema se encuentra en su última etapa de desarrollo del prototipo, en la que el programa despliega y visualiza en pantallas, los datos de las zonas afectadas mediante reportes estadísticos y gráficas de barras que muestran las personas damnificadas.
El mapa, a su vez, cuenta con una serie de íconos que representan las unidades médicas disponibles, las capacidades receptivas de los centros de atención, las unidades de salvamento y remoción de escombros, las instalaciones y edificios afectados. Esto permitiría, desde un mando único, organizar y dirigir a los equipos de rescate, herramientas, maquinaria, el traslado de personal especializado a las zonas que lo requieren, así como las necesidades de alimentación para los damnificados y para el personal operativo, entre otros.
Botello indica que durante la fase de emergencia del sismo hace 28 años, la participación de los capitalinos fue clara y fundamental. Por ello, RieSis está concebido de manera tal que los habitantes de la ciudad puedan enviar reportes de contingencias al entrar al sistema por internet y hacer una descripción del evento, aunque también será posible utilizar mensajes de texto (SMS) con fotografías tomadas del lugar desde un smartphone.
Actualmente se proponen lapsos de una hora para que el sistema arroje reportes en periodos de tiempo convenientes, para que los altos mandos cuenten con datos frescos y útiles que coadyuven a la toma de decisiones, así como para informar a la ciudadanía y a los medios de comunicación nacionales y extranjeros.
Sin embargo, no sólo en la ciudad de México puede ser utilizado el sistema RieSis, sino que también puede adaptarse a otras partes de la República donde se presentan periódicamente fenómenos naturales devastadores como huracanes e inundaciones.
RECUERDOS SÍSMICOS
La zona metropolitana de la Ciudad de México ha sufrido periódicamente los estragos causados por los movimientos telúricos originados principalmente por el Cinturón de Fuego del Pacífico, los cuales se propagan desde los estados de la Costa del Pacifico (comúnmente Guerrero, Oaxaca y Michoacán) hasta el centro del país.
No obstante, hasta ahora los mayores daños causados a la Ciudad de México fueron debido a los terremotos de los años 1957 (con escala de 7.7 Richter y con un estimado de 700 muertos y dos mil 500 heridos) y el de 1985 (con escala de 8.1 Richter y con un estimado de 30 mil fallecidos, 40,000 heridos y 150 mil damnificados).
En los meses de noviembre de 2011 y marzo de 2012, se suscitaron movimientos que, aunque no se consideraron de riesgo, pusieron en alerta a las autoridades para vigilar a la ciudadanía. Siendo la Delegación Cuauhtémoc y alrededores del centro de la Ciudad de México la zona de mayor riesgo en caso de temblores de tierra, debido a los incrementos de las aceleraciones sísmicas en los suelos lacustres y a los hundimientos por la extracción de agua de los mantos acuíferos, por lo que es importante establecer un plan de contingencia para el rescate y atención de las personas heridas en las zonas afectadas.