Ciudad de México 9 de septiembre (SinEmbargo).- El bigote negro y tupido de Manlio Fabio Beltrones se mueve con vehemencia en el estudio de Noticieros Televisa. “No creemos nosotros que Pemex necesite Reforma Constitucional para ser altamente competitiva”, dice el legislador priista. Tiene puesto un traje oscuro y corbata roja; la combinación perfecta que suele proyectar una imagen poderosa si se acompaña de un buen discurso, según los expertos.
Por la noche, el gobierno empieza una campaña mediática a favor de la Reforma Energética para que inversionistas extranjeros vengan a México a firmar contratos de riesgo e ir en busca de petróleo a las aguas profundas y también produzcan electricidad.
“¿Qué Pemex y los ingenieros de México, que son los mejores en el mundo, no pueden hacerlo?”, cuestiona el señor Beltrones, mientras la frente se le arruga y los ojos empequeñecen por un instante.
El periodista que lo entrevista es Carlos Loret de Mola; su noticiario goza del mayor rating matutino de la televisión nacional, por lo menos en ese momento.
Afuera del estudio, en las calles de la ciudad de México, persiste un alboroto social. Hay marchas para oponerse. El dirigente de izquierda Andrés Manuel López Obrador conduce una activa estrategia de movilización que cualquier líder opositor es seguro que envidie por su capacidad para aglutinar masas.
Pero no es 2013. Son otros tiempos, nada lejanos.
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Un lustro pasa rápido. Beltrones es el coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, y reaparece con una nueva imagen: se quitó el bigote que lo acompañó siempre y la vehemencia opositora se escurrió, junto con el mostacho cercenado, por el desagüe del lavabo.
Ahora, esa parte delicada del rostro entre los labios y la nariz se mueve con una energía opuesta, para decir: “Es urgente hacer cambios a la Constitución para permitir la inversión del capital extranjero en Pemex”.
En cinco años, en política pueden escribirse miles de historias. La que se cuenta ahora es la de Beltrones. Quiso ser candidato presidencial y fue el único con la fuerza interna para ponérsele al tú por tú a Enrique Peña Nieto, quien como Gobernador del Estado de México y su proyección en las televisoras abiertas se adueñó de una popularidad que le permitió ver enfrente algo que ni siquiera había soñado: Los Pinos (ha dicho que añoraba ser Senador).
Todo mundo se hizo a un lado, menos Beltrones. Todos comenzaron a darle trato de jefe supremo de partido, menos Beltrones. ¿Qué sucedió? ¿Qué factores lo llevaron a cambiar su discurso? ¿Ante qué se encontró Beltrones?
Su partido volvió a Los Pinos después de 12 años de gobiernos panistas y Peña Nieto reinstaura a su manera al PRI. Beltrones no es cercano al Presidente, de hecho es el único opositor interno con fuerza propia. Pero ha llevado la fiesta con aparente pacificación: la agenda de Los Pinos ha sido la agenda de la coordinación del partido en la Cámara de Diputados, hasta ahora.
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Manlio Fabio Beltrones acaba de cumplir 62 años y se conserva bien. A simple vista se le nota un cutis cuidado y su voz mantiene un saludable timbre de barítono.
Su personalidad en la política ha estado en el primer plano desde hace más de tres década, en las que su exultante audacia y su cercanía con Fernando Gutiérrez Barrios lo introdujeron a las ligas mayores.
Gutiérrez Barrios, quien empezó como capitán del Ejército, colaboró con siete presidentes de la República. Fue responsable de la seguridad nacional por 30 años y afrontó acusaciones de represor del gobierno contra las organizaciones de oposición.
En torno a Manlio Fabio hay unas dos generaciones de políticos que le deben mucho de lo que son. Es un hombre respetable, que tiene un circulo de políticos en los que delega responsabilidades. Entre ellos están Fernando Castro Trenti, el derrotado candidato al gobierno de Baja California, y Manuel Añorve Baños, ex Alcalde de Acapulco y actual Diputado federal.
Es un político poderoso. Los analistas y académicos destacan su capacidad para negociar y el manejo de la información. “Yo no acopio expedientes, lo que tengo es buena memoria”, ha dicho. Durante el mandato de Calderón se le llegó a ver como el vicepresidente del país. “Es una expresión injusta. En México sólo hay un Presidente", dijo en una entrevista con la revista Quién.
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Primavera de 2008. En el primer intento de apertura después de 48 años, la que encabezó Felipe Calderón, sin decir que apoyaría a López Obrador, Beltrones se suma al rechazo para echar abajo el proyecto presidencial que le imprime la idea de que habrá más empleos y crecimiento económico porque el país y los mexicanos lo necesitan.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) es oposición. Felipe Calderón busca transformar Petróleos Mexicanos, pero parece estar maniatado por una fuerza antagónica más dura y, sin proponérselo, acaba obsequiando al priismo una potencia inusitada. Manlio Fabio Beltrones es un hombre vigoroso al que Los Pinos siempre busca para cogobernar. El Congreso es centro de la gobernanza desde que el PRI perdió la Presidencia. Y el sonorense allí está, colocado en la posición más estratégica del momento: el Senado de la República.
Por eso, en todo momento entra y sale de la Residencia Oficial donde se sienta con el Jefe del Ejecutivo en una misma mesa para negociar la agenda política nacional.
Beltrones tiene la coordinación del Senado de la República. Desde los últimos años de crisis interna en el PRI, a partir de perder la Presidencia, ha dado muestras de sensatez y de ser un priista oportuno y estratégico como casi ningún otro. Nadie duda, ni siquiera a espaldas suyas, de su olfato altamente desarrollado para moverse en las coyunturas de las que, como Slim en los negocios, sabe sumar bonos para empoderarse como pocos en la política.
Esto se puede ver en la influencia que tiene en la Cámara de Diputados, donde el coordinador del partido, Emilio Gamboa, está plegado a la línea política de Beltrones. Gamboa, incluso, en dos años tomará el control de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), el brazo político más importante del PRI y del que Manlio Fabio es el líder absoluto desde que se lo quitó a Elba Esther Gordillo, entonces poderosa líder del Sindicato de Maestros.
Y ahora que Calderón quiere abrir Pemex a la inversión sostiene una campaña en contra.
“El PRI no avalará engaños: Beltrones”, encabeza el Excélsior en una de sus ediciones de abril.
“Manlio Fabio Beltrones advirtió al PAN y al Gobierno Federal que el PRI no avalará ninguna reforma que incluya engaños. La posición de los senadores del PRI, precisó su líder, es que no permitirán por ningún motivo que Pemex sea usado por intereses privados nacionales y extranjeros para su beneficio, pues ello llevaría al país a repetir abusos como los que en 1938 llevaron al Presidente Lázaro Cárdenas a expropiar las empresas extranjeras”, se leía en la nota el diario.
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Cuando empezó la campaña en sentido opuesto a lo que dijo hace cinco años, Manlio Fabio arrancó así: “Pemex no está a la venta, pero la inversión privada no es mala".
Ese día estaba vestido con una guayabera blanca en una conferencia de prensa en el World Trade Center de Boca del Río, Veracruz, a donde había ido en plena campaña electoral por las alcaldías y diputaciones.
Aquél rechazo contundente, como líder opositor, a que los inversionistas se involucraran en asuntos de petróleo dio el giro de 180 grados con una voz aterciopelada que dijo esto: “La iniciativa privada existe en el mundo y la inversión en México es necesaria”.
El 26 de marzo de 2008, el periódico Reforma sacó en su nota de ocho columnas una historia diferente a la que se escribe en la actualidad. “Para en seco PRI reforma petrolera”. Y el subtítulo lo siguiente: “No permitiremos contratos de riesgo”.
“No reforma al 27, no a la privatización, no a los contratos de riesgo; no se puede tocar la renta petrolera, y, lo más importante, Pemex puede sólo”, era la declaración del coordinador del PRI en el Senado destacada por el diario.
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El Partido de la Revolución Democrática promovió una consulta ciudadana para que la gente se expresara si estaba a favor o no de la reforma. Andrés Manuel López Obrador amenazó y cumplió su promesa de movilizar a miles contra la Reforma Energética de Calderón.
“Aunque legalmente la derecha cuente con los votos suficientes para aprobar la iniciativa, nosotros no lo vamos a permitir”, sentenció.
El 18 de marzo del 2008, López Obrador lanzó un plan de resistencia civil que incluyó cercos a la Cámara de Diputados y Senadores para evitar la aprobación de la Reforma Energética que buscaba impulsar el gobierno de Felipe Calderón. En el Zócalo capitalino, el líder de izquierda quien tan sólo se quedó a 250 mil votos de ganar la Presidencia de la República dentro de un padrón electoral de cerca de 80 millones, convocó a mantener la movilización hasta una semana después en que el gobierno presentaría su propuesta formalmente.
“La movilización se intensificará cuando se presente la iniciativa de reforma a las leyes para privatizar el petróleo, ya sea en la Cámara de Diputados o en la de Senadores”, dijo el líder.
Así empezaron las protestas. La Reforma Energética sucumbió a las presiones. Se abrieron foros en la que participaron especialistas y expertos en la materia. Y fue hasta Octubre de 2008 cuando los legisladores discutieron el proyecto que finalmente fue frenado por el movimiento.
El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas fue pieza clave. Se sumó. Aunque nunca aparecieron juntos en algún acto. Es el escenario que se repite. El fin de semana pasado Cárdenas se adelantó a López Obrador: convocó a una movilización a la que participaron miles de personas que marcharon con él del Ángel de la Independencia en Reforma al Zócalo capitalino. Y el ex candidato presidencial anunció la suya para este domingo.
Lo que ha cambiado entre aquél y éste escenario es que Andrés Manuel dejó el PRD y ahora hace asambleas para crear su propio partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
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El priismo de Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones sabe bien a lo que se confrontará. El grito de guerra a la defensa de su proyecto fue dado a partir de una reunión a principios de agosto mientras más de 70 diputados bebían vino tinto y comían pescado en las instalaciones de la Confederación Nacional Campesina. Allí aplaudían y vitoreaban a su líder nacional: César Camacho Quiroz, quien azuzaba a su público a salir a la calles también a defender la Reforma Energética.
“Los más de cuatro millones de agremiados de la CNC respaldarán cualquier acción de la dirigencia para empujar el proyecto del Presidente y buscarán más aliados para salir a la calles”, dijo Gerardo Sánchez, secretario general de la CNC.
El Manlio que estaba sentado frente a Loret de Mola aquél día de primavera nunca pensó seguramente estar en otros zapatos y tener que tragarse sus palabras.
–¿Reforma Constitucional?- le preguntó el periodista.
–No, no creemos nosotros que Pemex necesite una Reforma Constitucional. Pemex puede ser altamente competitivo. Lo que necesita Pemex y es en lo que creemos es que le demos calidad de empresa pública distinta a lo que tiene y es ese momento de autonomía de gestión para que se quite ese lastre que lo hace tan pesado para competir en el mundo.