Ciudad de México, 20 de agosto. (SinEmbargo).– En las elecciones de 1988, Emilio “El Tigre” Azcárraga Milmo, creador de Televisa, le dio todo su apoyo, a través de su televisora, al candidato priísta a la Presidencia de México, Carlos Salinas de Gortari, y marginó al contendiente izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas.
Como si la historia se repitiera, 24 años después, en las elecciones presidenciales de 2012, Emilio Azcárraga Jean, hijo de “El Tigre”, le brindó su apoyo al también priísta Enrique Peña Nieto, que como Salinas de Gortari, era joven y carismático. Y como en el 1988 con Cárdenas, aunque en menor grado, marginó el año pasado al izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
Ese paralelismo entre los Azcárraga fue notado por los periodistas Claudia Fernández y Andrew Paxman, autores del libro “El Tigre”, la biografía sobre el fundador de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo.
Este año, el libro, que ha vendido 70 mil ejemplares, es reeditado con un nuevo prefacio que retoma ese paralelismo y que hace vigente la obra editorial, publicada por primera vez en el 2000.
“Cuando notamos en 2012 lo que estaba pasando en la campaña de Peña Nieto, que tenía un fuerte apoyo de Televisa, nos dimos cuenta que había paralelismo con los comicios del 88, porque las dos elecciones de priístas medio jóvenes, carismáticos, apoyados a ultranza por la televisora y enfrentando rivales de la izquierda que se encontraban marginados hasta un grado u otro por la empresa. Casi completamente en el caso de Cuauhtémoc Cárdenas y sutilmente en el caso de Andrés Manuel López Obrador”, dice Paxman en entrevista con SinEmbargo.
Igualmente detectaron otro paralelismo, que se nota conforme pasan los años, expone el periodista británico y ex corresponsal para América Latina de la revista Variety.
“En el transcurso de los años y la manera en que Azcárraga Jean tomó las riendas de la compañía, parecía ser muy diferente a su padre, pero conforme pasan los años se parecen cada vez más, por su manera pragmática de tratar con el poder político, especialmente el poder federal; por su aplicación del veto (artístico) que hace 15 años parecía haber desaparecido, resulta que no; por sus adquisiciones monopólicas, por ejemplo de televisión por cable”.
Para Fernández, con una maestría en periodismo internacional por la Universidad del Sur de California, Estados Unidos, también hay diferencias. En los negocios cada uno tiene su estilo. Mientras “El Tigre” Azcárraga era intuitivo, caprichoso y se podía embarcar en aventuras como el fallido diario deportivo The National, cuyo fracaso en Estados Unidos le costó 150 millones de dólares, su hijo delega más.
Los autores consideran que el libro, mismo que les llevó cinco años de investigación, no sólo es la historia de Emilio Azcárraga Milmo, creador de Televisa y quien llegó a ser el hombre más rico de México y de América Latina, es también una parte de la historia de México.
Recuerdan que para escribirlo intentaron entrevistar al padre y al hijo. “El Tigre” le dijo a Fernández que escribiera lo que quisiera, no le importaba lo que dijera la prensa.
Por su parte, Azcárraga Jean mandó a decir que no hablaría para la investigación de los periodistas, aunque tampoco le prohibiría a gente cercana hablar sobre él.
A 12 años de haber publicado el libro, Fernández y Paxman critican que la Televisa del Tigre y la de su hijo no ha cambiado en cuanto a contenidos.
Aunque en sus primeros pasos el actual dueño de la televisora dio señales de entrar con una visión diferente, dando apertura a nuevas voces y el retiro del noticiero 24 Horas, dirigido por Jacobo Zabludovsky, cuya credibilidad había sido minada por su oficialismo, fue algo efímero. La pluralidad se quedó, pero porque se dio cuenta que ésta también era negocio.
La empresa sigue siendo lo que una vez Azcárraga Milmo comparó con Disneylandia. “¡Es de hombres guapos y mujeres hermosas! ¡Vendemos sueños, no vendemos realidad!”, decía el magnate mexicano.
Actualmente uno de los slogans de Televisa es “La fábrica de sueños”.
MAGNATES PRAGMÁTICOS
–Su libro se vendió muy bien y fue difícil de conseguir durante un tiempo.
Claudia Fernández (CF): Después de la primera edición y segunda edición de mitos y bolsillos desapareció. Fue un libro que se vendió hasta morir hasta que ya no hubiera ejemplares y recibimos constantes mensajes electrónicos de dónde se podía encontrar el libro y la única manera era de segunda mano en Amazon.
Andrew Paxman (AP): O en Donceles. Alguna vez me lancé a la calle de Dónceles a comprar ejempleares que me habían pedido y ya los tenía. Fui a comprar de segunda mano.
–Se ve más abultado que la primera edición…
AP: Porque hay capítulo 17 que estaba en la segunda edición, no en la primera es que la segunda versión salió 18 meses después. Añadimos el capítulo enfocado en el papel de Azcárraga Jean en revivir la compañía y nuevo prefacio de varias páginas. Ya ves que prefacios son de dos o tres páginas, en este caso son 14, es todo un análisis de la época de Azcárraga Jean o tomando en cuenta el legado de Azcárraga Jean.
–Como surge la idea de este personaje que murió hace 15 años pero sigue actual y su hijo se va pareciendo cada vez más a él. Supimos que no tenía relación muy cercana y parecía se distinguía del estilo de “El Tigre” y ya como ahora parecieran viejos tiempos con el PRI, ¿cómo ven la vigencia de la obra y el personaje?
CF: Como nace el libro y cuál es la vigencia. El libro surgió de un interés común por la empresa y el personaje de Emilio Azcárraga. No podíamos entonces encontrar un empresario que tuviera tanta influencia en la vida nacional en la industria del entretenimiento, de la cultura, el deporte, la política, incluso la iglesia como Emilio Azcárraga. Un hombre muy privado también, que no podíamos entender cómo no había mucha más información, no teníamos un retrato más trazado de ese hombre tan influyente. Andrew y yo teníamos por diversas vías un interés en común por la empresa Televisa entonces hace casi 20 años en el 1993, empezamos a hablar e intercambiar información. Andrew cubría entonces la industria del entretenimiento como industria y yo era reportera de negocios y en diferentes ángulos estábamos cubriendo la empresa. Un día me invitó a comer porque estábamos pensando, me invitó a comer por 1995 y él estaba cubriendo para la revista Hollywood Variety, que es la Biblia de la industria del entretenimiento del mundo y viajaba por toda America Latina y Estados Unidos y tenía mucho contacto con fuentes…
AP: Internacionales, para poder hacer comparaciones con Globo de Brasil, Clarín de Argentina, Univision (de Estados Unidos).
CF: Entonces se dio cuenta que estaba en una buena posición para un trabajo más a fondo de la empresa y el personaje de Emilio Azcárraga y me invitó a comer, platicamos y me dijo qué te parece hacer un trabajo más a fondo, una biografía y yo por mi parte había estado haciendo perfiles de empresarios y empresas para El Financiero y habíamos estado platicando con colegas sobre la necesidad de hacer algo más a fondo, entonces se dieron las circunstancias para que hiciéramos la mancuerna que nos trajera aquí 20 años después.
AP: Sobre vigencia hoy en día hay varias facetas. Primero el hecho de que el libro como habíamos soñado se convirtió en texto de referencia para periodistas, estudiantes de comunicación y periodismo y hay mucha gente que lo tiene en sus bibliotecas para revivir lo que pasó en este momento de la historia del país, porque además de la historia de una persona es la historia de México desde el año 1950 hasta el año 2000. Del legado de “El Tigre” y cómo vemos en acciones de su hijo y en comportamiento de la empresa dese el 2000 a la fecha desde su muerte en 1997. Cuando notamos el año pasado que estaba pasando en campaña de Peña Nieto que tenía fuerte apoyo de Televisa nos dimos cuenta que había pararelismo con la elección del 88, porque las dos elecciones de priístas medio jóvenes carismáticos apoyados por a ultranza por Televisa y enfrentando rivales de la izquierda que se encontraban marginados hasta un grado u otro por Televisa. Casi completamente en el caso de Cuauhtémoc Cárdenas y sutilmente en el caso de Andrés Manuel López Obrador. También en el transcurso de los años la manera en que Azcárraga Jean cuando tomó las riendas de la compañía pareciera ser muy diferente de su padre, pero conforme pasan los años se parecen cada vez más por su manera pragmática de tratar con el poder político, especialmente el poder federal; por su aplicación del veto (artístico) que hace 15 años parecía había desaparecido, resulta que no; por sus adquisiciones monopólicas, por ejemplo de televisión por cable.
CF: Estoy pensando Andrew qué tal (otro paralelismo entre padre e hijo) por sus asociaciones con sus rivales como Azcárraga Milmo cuando compró el Canal 8 con los Garza Sada y ahora Azcárraga Jean con Salinas Pliego (la alianza que formaron en Iusacell y competir contra Carlos Slim en materia de telefonía celular).
AP: Puede ser, puede ser que no les da renuencia aliarse cuando les conviene. Aunque dicho eso diría que cuando se unieron Azcárraga y los Garza Sada a principios de los setenta no era una relación entre iguales, los Garza Sada tenían 25 por ciento en la compañía, mientras el nexo entre Azcárraga Jean y Salinas pliego me parece muy de plazo corto. Le decía a Claudia el otro día que su acuerdo me parece un pacto de no agresión entre Hitler y Stalin en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial y apostaría que tarde o temprano uno de los dos va a meter su puñal en la espalda del otro. Yo apostaría que sería Salinas Pliego quien lo haga.
–¿Hay un estilo de hacer negocios? ¿El estilo que tenía “El Tigre” de cercanía con el poder es algo que se aplica en otros lugares?
AP: Obviamente hay paralelismos muy parecidos con algunas empresas de América Latina, especialmente Globo de Brasil, de la familia Marinho y Venevisión de Venezuela, de la familia Cisneros. La persistencia de los magnates y de sus cacicazgos familiares a mí se me hace más marcada en América Latina que en otros países. En Estados Unidos e Inglaterra las grandes empresas mediáticas se manejan por gerentes y hay accionistas que son muy fragmentados en su relación. No hay familias dominantes con excepción de Rupert Murdoch, pero generalmente los grandes como ABC, Disney, NBC son corporaciones manejadas según el capitalismo gerencial que empezó en Estados Unidos a finales del siglo 19. En tanto en México mientras haya compañías que están listadas en la bolsa el manejo aún de esas compañías es muy familiar, privada.
–¿Ese estilo de ver a empresarios tan metido en una campaña es propio de México?
CF: sucede en muchos países, incluido Estados Unidos, es una relación simbiótica en la que ambos, partidos políticos y empresarios ven por los intereses o lo hacen por intereses propios y se vuelve una relación simbiótica que sirve a ambos y esto sucede en todos los países. Lo que pasa es que en México es muy obvio.
AP: En mi país, en Inglaterra, durante muchos años el grupo Murdoch apoyaba al Partido Conservador y en 1997 cambió de partido y comenzó a apoyar a otro partido, al de Tony Blair, ahora está de nuevo con los conservadores, pero es otro indicativo del pragmatismo de los magnates.
LA PRENSA NO LE IMPORTABA
–¿Cómo fue rascar la información? ¿Hablaron con “El Tigre”?
CF: Yo le pedí una entrevista en una ocasión, en una convención cuando lo vi. Era muy difícil encontrártelo. Cuando me lo encontré me dijo que no le interesaba, dijo “pueden escribir lo que quieran, lo que diga la prensa no me importa” entonces desdeñaba mucho a la prensa, sobre todo nacional.
AP: ¿Cómo te llamó, niña?
CF: No me acuerdo si me dijo niña o muchachita. Pero ese era el tono de su respuesta. Como todo proyecto de largo aliento de esa magnitud sí es un gran trabajo de investigación, pero Andrew y yo estábamos muy interesados en hacerlo. El problema de este tipo de trabajo con una empresa como Televisa y un personaje como “El Tigre” no había gran documentación.
AP: Ni un archivo familiar o empresarial al que tuvieramos acceso.
CF: La empresa sólo se volvió pública en los noventa, no había un trayecto de papel que nosotros pudiéramos seguir, entonces basamos todo en entrevistas, la mayor parte, aunque hicimos una investigación hemerográfica y de algunos documentos, como cuando descubrimos el acta de nacimiento en San Antonio, Texas, de Azcárraga Milmo, ese tipo de documentos o prospectos de la empresa, pero no más.
AP: Dos terceras partes fueron entrevistas. Otra cosa que nos ayudó era eso de que los dos trabajamos en medios donde por nuestras labores cotidianas pudimos sacar más información por las notas que escribíamos.
CF: Fue un desarrollo de fuentes de muchos años.
AP: Yo también tuve la oportunidad de viajar a Brasil, Argentina, Estados Unidos y tuve la oportunidad de ir entretejiendo con las demás empresas latinoamericanas de comunicación y a fin de cuentas los dos tuvimos que renunciar a nuestros puestos para la etapa completa de escribir el libro. Renunciamos en 99.
CF: Yo renuncié en otoño de 98.
–¿Cuántos años le dedicaron?
CF: Bastantes, cinco años de investigación en donde seguimos recopilando información y el último año, casi todo 99 para escribir.
–¿Tuvieron alguna reacción de Televisa?
CF: No directamente
AP: Nos contaron dos cosas, que todo mundo en Televisa tenía guardado en su cajón hasta abajo (un ejemplar) para que cuando pasaran los altos ejecutivos podían escoger el libro. La segunda que nos contaron es que a Emilio Azcárraga Jean no le agradaba el libro. Eso no nos sorprendió.
CF: No nos sorprendió y nunca tuvimos una comunicación directa.
AP: Lo bueno es que cuando lo buscamos en el verano del 97 a Azcárraga Jean le pedimos su colaboración y después de una semana nos comunicó por sus intermediarios que no iba a participar, pero tampoco iba a negar las entrevistas con sus ejecutivos. Cada quien en la empresa estaba libre de decidir si nos iban a considerar.
–¿Nunca hubo un ejercicio de …?
CF: Censura, control.
AP: Como hubiera pasado en épocas del tigre. Seguramente hubiera obrado que nadie hablara (habría dicho) “pinches periodistas”.
BAJO LA SOMBRA DE UN GRAN PADRE
–¿Que diferencias o similitudes encuentran entre ambos personajes. Azcárraga jean se ha abierto camino, mencionan su fracaso inicial en internet con Esmas.com, y ha tenido éxitos con cable, se alió muy bien con Slim y luego dejaron la alianza, y no parecía tener muchas aspiraciones de ser como su papá?
CF: Estaba pensando eso esta semana con más detalle. Ambos crecieron bajo la sombra de un gran padre, en el caos de Azcárraga Milmo era muy regañado, como que su papa quería hacerlo el varoncito de la casa, lo humillaba constantemente, trataba de hacerlo más fuerte. En el caso de Azcárraga Jean su padre estuvo ausente mucho tiempo en su infancia y en sus primeros años, pero cuando tuvo una relación con él fue una relación de calidad, donde sí trató de enseñarle el negocio, tenerlo cerca. Ambos tienen una pasión por el negocio, pasión por el futbol y tienen un colmillo empresarial, ahí tiene varias similitudes, y tienen ese pragmatismo político de que va por sus intereses. Esos son para mí los símiles. Las diferencias son en cuanto al estilo de hacer negocios, mientras Azcárraga Milmo tomaba las decisiones prácticamente solo, Azcárraga Jean delega mucho la toma de decisiones inmediata a su grupo de asesores, a Alfonso de Angoitia, José Bastón, Bernardo Gómez y Alejandro Quintero hasta cierto punto. Es un sistema más colegial, más de ‘vamos a rebotar ideas de cómo vamos a hacer esto’.
AP: Y por lo tanto, menos caprichoso.
CF: Mientras que El Tigre tenía una idea y sin estudiar ni nada de nada veía que era algo que él quería hacer.
AP: ‘No necesito ningún pinche estudio de mercado’ (lo parafrasea).
CF: Se lanzaba a hacer estos negocios que muchas veces fracasaron, como es el caso del periódico The National en Estados Unidos o la cadena de noticias Eco pero fueron impulsos por tratar de llevar a Televisa al mundo y presentarla a nivel internacional sin conocer el mercado, sólo porque le pareció una buena idea, mientras que Emilio Azárraga Jean ha sido muy hábil en términos de diversficación del negocio, buscando oportunidades de negocios que se alinean muy bien con un plan a largo plazo, escogiendo a sus socios de manera muy estratégica y convirtiendo, adelgazando la empresa no en tamaño, en grasa, quitando lo que estorba y dejándola mucho más eficiente en su operación. La evidencia está en que Televisa factura ahora 5 mil millones de dólares que es lo doble que facturaba cuando Emilio Azcárraga Jean tomó las riendas.
AP: Hay un dicho en inglés, To believe in your own PR. ‘Cree en tus propias relaciones públicas’. Bueno, “El Tigre” creía en sus propias relaciones públicas, creía que era un príncipe cuando era joven y tomó las riendas de la empresa, creía que era el gran magnate de los negocios de los medios en México, esta prepotencia lo condujo a hacer apuestas muy malas. La apuesta de The National, su diario deportivo en Estados Unidos que perdió 150 millones de dólares en el año 90-91, su apuesta en Eco que sumaba pérdidas de 350 millones de dólares. El trato que hizo con Jerry Perenchio, dueño mayoritario de Univisión sobre la provisión de programación a la cadena televisora estadounidense que le rendía a Televisa cacahuates en cuanto a regalías.
–¿Nueve por ciento dicen ustedes?
AP: Bueno, el 9 se dividía entre Cisneros de Venevisión y Televisa
CF: Incluso menos que eso.
AP: Seis, yo creo a Televisa en su primera etapa. Reflexionando en la carrera de Emilio Azcárraga vimos que “El Tigre” era menos visionario de lo que todo el mundo pensaba. Dicho esto sí tuvo su olfato empresarial, hacía apuestas muy buenas apostando en la televisión en Estados Unidos en los años setenta, apostando por televisión vía satélite y la compañía PanamSat , donde hizo una inversión en 1992 que rindió utilidades cuando vendieron sus acciones unos cuatro o seis años después, utilidades de más de mil millones de dólares que implica una utilidad mucho mayor que las pérdidas de The National y Eco. Y también por la manera en que podía manejar a sus propios empleados, el carisma y que inspiraba mucha lealtad.
CF: Mucha gente lo seguía solamente por su forma de ser.
AP: Yo creo que los empleados de Televisa quizá no habrían empleado esta palabra, pero para muchos de ellos tenían al jefe más cabrón y fue una fuente de mucho orgullo.
¿Una especie de macho alfa empresarial?
CF: Si, y sobre todo ahora en una entrevista en la semana recibí comentarios de un par de camarógrafos que están en otra televisora que me dijeron ‘nosotros trabajamos para el patrón y no tuvimos nada más que buenas experiencias. A mí me ayudó con un problema de salud’ y su caso se repite muchas veces. Lo constatamos en el libro, tenía esta visión de un paterfamilia.
AP: Hacendado.
CF: Cacique.
ECHEVERRÍA NO LE CAÍA BIEN
–Escriben que en realidad no era tan priista sino soldado del presidente, ¿a qué se refieren?
CF: Explica el pragmatismo político. En el caso de Azcárraga Milmo el hecho de que el PRI se hubiera mantenido tanto tiempo, su relación con empresarios no le dio la oportunidad de mostrar ese pragmatismo político como se ha dado con el hijo. Si hubiera habido otro partido en el poder lo hubiéramos visto, se hubiera manifestado como soldado del presidente y sin ningún problema hubiera podido pasar de uno a otro, aunque en su momento él sí compartía una ideología neoliberal con algunos de los presidentes priístas, pero se llevaba muy mal por ejemplo con Luis Echeverría que amenazó con expropiarle la empresa. Entonces ahí ves ese pragmatismo político y viceversa, el uso de Televisa por parte del poder.
AP: Hubo un choque de personalidades con Echeverría también, porque yo creo que a juicio de Azcárraga Milmo, Echeverría era un sabelotodo, no sólo un sabelotodo, sino un tirano, alguien que tenía una visión muy socialista del país, muy estatista.
CF: Sí, no compartían muchas ideas.
–Retoman la parte de que Televisa era criticado por intelectuales, y con Azcárraga Jean retomó credibilidad, luego de que sale del aire Zabludovsky. ¿Ven un retroceso en contenidos ahora?
CF: Yo más que un retroceso creo no ha cambiado como ha tenido el potencial de hacerlo. No se ha ido para atrás, no ha avanzado como debiera o esperaríamos que hiciera, tiene todo el potencial de hacerlo, las circunstancias de tiempo...
AP: Ha habido grandes decepciones. Por ejemplo en el caso de Big Brother (versión México en 2002) ofrecía la posibilidad de unir a mexicanos jóvenes de muchas procedencias sociales y geográficas en la pantalla, en el mismo show interactuando. Resultó que optaron por la manera fácil de escoger “niños bien”, modelos, gente con “chispa” que querían ser actores. ¿Dónde estaba la gente que vive en Nezahualcóyotl e Iztapalapa o en otros vecindarios de bajos recursos? En las adaptaciones de Big Brother en otros países no sólo en Europa, sino en Brasil. Ahí escogieron toda una mezcla de gente y el concursante que ganó la primera edición del reality show era un afrobrasileño vendedor de chunches en las calles. Su equivalente en México ni siquiera va a poder participar porque los productores optaron por la manera fácil y es la gran maldición de la televisión mexicana, que típicamente Televisa y TV Azteca han optado por la manera más fácil de sacar ganancias
CF: Por la fórmula que ha funcionado.
AP: Son muy raras las ocasiones en que un cierto productor con una visión muy firme y con agallas como era Miguel Sabido en los años setenta con su programa de las novelas educativas, esos casos son muy excepcionales.
CF: O el caso de TV Azteca con Epigmenio Ibarra con Mirada de Mujer o Nada personal son personajes o productores comprometidos con ese tipo de contenidos.
AP: Creen en la importancia del rating pero también creen en la importancia de televisión como bien público que debe servir y no sólo entretener al público.
CF: Yo no creo que ha habido un retroceso, sino que han mantenido esa fórmula que les ha funcionado. Ha habido casos y creo que los describimos en el libro, estos claroscuros, no es blanco y negro el panorama. No podemos decir es un retroceso o todo sigue igual. Ha habido algunos destellos de esperanza en la programación como los programas de debate, de sátira política, a principios del año 2000 como El Mañanero o El Privilegio de mandar o más recientemente con La Hora de Opinar, El Centro del Debate, que han sido plataformas para cosas más plurales como (cuando estuvo) Carlos Monsiváis hasta Denise Dresser o Denise Maerker en Televisa.
–¿Dicen en su libro que Televisa descubre que la pluralidad es negocio?
CF: Es por el hecho de que han dedicado un canal a las noticias (Foro TV), pero al mismo tiempo la jerarquización de la información sigue siendo muy cuestionable.
MAS PODEROSA QUE EL PRESIDENTE
–¿Le pegó a Televisa el movimiento #Yosoy132 el año pasado?
CF: El movimiento 132 fue un movimiento social muy importante y aunque en su duración fue muy corto o se diluyó su influencia, la historia va a evaluar su verdadero impacto en la presión que ejercieron para ciertos cambios. Se me hace un poco pronto para evaluar eso. Sin embargo reconocemos que este estímulo por parte de un grupo jóvenes de diversos sectores económicos, y diversas universidades tropezó por la misma razón. El hecho que se hayan juntado para hacerlo y se les hayan añadido padres de familia fue muy interesante y la presión que ejercieron para hacer sonar su voz de descontento fue válida.
AP: Habrían construido, a mi juicio no sé si estés de acuerdo Claudia, la inclusión en el Pacto por México cláusulas específicas sobre la televisión y la necesidad de promover la competición.
–¿Hubo algo que les interesara y que a lo mejor no pudieron incluir en el libro?
AP: Había algunas cosas anecdóticas, como por ejemplo algunos de sus amoríos, el consumo de drogas en Televisa que no pudimos verificar y no nos metemos.
–¿Cómo ven a Televisa en plena era de la globalización, está más fuerte, le afectarán reformas de telecomunicaciones y la electoral, o ven a una televisora que se adapta muy bien a los nuevos tiempos?
CF: Denise Dresser decía que la televisión tiene mucha más poder en el panorama político, en cómo se está dando ese proceso democrático en México y creemos que no ha sido controlada o acotada efectivamente en su historia, tiene un gran poder, mucho más grande que los partidos, mucho más grande a veces que el Presidente y está ley de telecomunicaciones u otras leyes por parte de la Ley Federal de Competencia otras leyes alrededor tendrán que reglamentarse de manera que de veras sean efectivas. Está muy bien que la ley exista. Tenemos una ley antimonopolios desde 1934 y sin embargo seguimos viendo las prácticas monopólicas casi en cualquier industria que volteemos a ver. Entonces será cuestión de ver qué tan efectiva es la reglamentación, la letra chiquita de la ley.
–¿Cómo les ha ido en esta reedición?
CF: Muy bien, hemos tenido muy buena respuesta, hemos tenido mucha participación de la gente, estuvimos en un chat, lo interesante es que recibimos comentarios de estudiantes que no conocieron a “El Tigre” y sin embargo están interesados en conocer este libro para poder explicarse lo que está pasando ahora,. El libro en ese sentido es muy vigente, te da las herramientas para poder entender mejor a la televisión y su relación con las diferentes áreas de la vida nacional de hoy en día.