Ciudad de México, 2 de agosto (SinEmbargo).- Las consecuencias de las terapias habituales contra el cáncer suelen tener efectos devastadores en la salud de las personas. Los métodos agresivos a menudo resultan más contraproducentes, por lo que los científicos apelan ahora a la capacidad de resistencia que tienen los ratones, cuyo ejemplo puede ayudar a salvar vidas humanas.
Una nueva investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Michigan (UMich) descubrió un mecanismo biológico que mantiene el tracto gastrointestinal en ratones que fueron sometidos a dosis letales de quimioterapia, por lo que esta sección del organismo de los roedores puede ser la clave para revolucionar la terapia contra el cáncer.
El tratamiento contra el cáncer por medio de la quimioterapia o por radiación puede resultar contraproducente para el paciente y en algunos casos este tipo de terapias pueden provocar la muerte antes que lograr su propósito.
Sin embargo, si pudiera encontrarse la manera de que el tracto gastrointestinal del paciente se mantuviera saludable y en funcionamiento, esto aumentaría las posibilidades de supervivencia de estos mismos de manera exponencial, publicó la revista Nature.
"Ahora, hay una manera de hacer que un paciente tolere dosis letales de quimioterapia y radioterapia", dijo Jian-Guo Geng, profesor asociado de la Escuela de Odontología de la UMich, cuyo equipo encontró que cuando ciertas proteínas se unen a una molécula específica sobre las células madre intestinales, revolucionan a éstas para la regeneración y reparación intestinal.
En el estudio, entre el 50 y el 75% de los roedores utilizados en el experimento, que fueron tratados con la molécula, sobrevivieron a dosis letales de quimioterapia, mientras que aquellos ratones de laboratorio que no recibieron la molécula murieron.
"Si se puede mantener el intestino en marcha, el paciente puede vivir durante más tiempo, subrayó Geng. Ahora hemos encontrado una manera de proteger el intestino. El siguiente paso es apuntar a una tasa de supervivencia del 100% en los ratones a los que se les inyectan las moléculas y reciben dosis letales de quimioterapia y radiación", agregó Geng.
El equipo de especialistas trabajó con las moléculas llamadas R-spondin1 y Slit2 durante más de una década. Estas moléculas reparan tejidos en combinación con las células madre intestinales que residen en el intestino adulto.
Regularmente las células madre curan órganos y tejidos dañados, sin embargo, el ritmo natural con el que ocurre esta regeneración en el intestino no es suficiente para lidiar con los restos dejados por las dosis de quimioterapia y radiación que habitualmente se emplean para tratar exitosamente la última etapa de los tumores.
Geng afirma que la falange de células madre adicionales protege el intestino y el tracto gastrointestinal, lo que significa que el paciente podría ingerir nutrientes, mientras que el cuerpo realice otras funciones críticas y además impida a las toxinas bacterianas del intestino entrar en la circulación de la sangre.
Estos factores podrían también brindar al paciente una ventaja para poder sobrevivir a las dosis más fuertes de quimioterapia y radiación, hasta que las célilas cancerígenas se erradiquen.
Sin embargo, el profesor también dio a conocer que los resultados aún no se han probado en seres humanos. "Todos los tumores de diferentes tejidos y órganos pueden ser asesinados con altas dosis de quimioterapia y radiación, pero el reto actual para el tratamiento de la metástasis es que realmente mata al paciente antes de eliminar el tumor".
"Creemos que esto podría llegar a curar más tarde, en la etapa del cáncer de metástasis. La gente no va a morir de cáncer si nuestra predicción es cierta", concluyó Geng.