Ciudad de México, 2 may (SinEmbargo).- Hace unos días, en este mismo espacio, dábamos cuenta de algunos detalles en torno a The Great Gatsby, el filme protagonizado por Leonardo DiCaprio que abrirá el Festival de Cannes 2013.
También hablábamos de la edición de la historia, pero ilustrada, por parte de la mexicana Sexto Piso. Son sólo algunos de los hechos que rodean al fenómeno que ha vuelto a generar la enorme novela de F.Scott Fitzgerald, una pieza vital en la tradición literaria estadounidense.
La historia nunca pasó de moda, pero con la versión cinematográfica moderna a cargo del australiano Baz Luhrmann, el libro vivirá este año un nuevo aire, generando sin duda enorme interés en las jóvenes generaciones.
También volverá a cobrar protagonismo su autor, quien ya había sido “revivido” en el cine por Woody Allen. Fue en la taquillera Midnight in Paris, donde el papel de Fitzgerald quedó en manos del actor inglés Tom Hiddleston.
CARTAS A SU HIJA
Ahora, el escritor nacido en Saint Paul, Minnesota el 24 de septiembre de 1896 y muerto en Hollywood, California, el 21 de diciembre de 1940, es noticia por la edición en español de Cartas a mi hija, un libro que reúne la correspondencia que mantuvo el escritor con su única hija, Frances Scott Fitzgerald (1921-1986), quien guardó las cartas por “ser magníficas” y no por un interés monetario, según reveló en su momento.
Hay que decir en este punto que F.Scott Fitzgerald murió joven a causa de su alcoholismo (tenía 44 años) y el éxito de El Gran Gatsby, traducido a más de 30 lenguas, fue póstumo.
“Me importa muchísimo que cumplas con tus obligaciones. ¿Querrás enviarme un poco más de documentación sobre tus clases de francés?”.
“Habiéndose interrumpido al parecer la comunicación por tu parte, concluyo que estás enamorada. Recuerda: hay una enfermedad terrible que sorprende a las chicas populares a los 19 o 20 años llamada bancarrota emocional. Espero que no le estés allanando el terreno”.
Sólo algunos apuntes de un compendio que expresa un profundo amor paternal, poco correspondido al menos en la enunciación verbal, pues como cuenta la propia hija del escritor en el prólogo, la única manera de superar la tragedia de su progenitor “era ignorarla”.
“Preocúpate del coraje, de la higiene, de la eficacia, de la equitación... No te preocupes por la opinión de los demás, por las muñecas, por el pasado, por el futuro, por hacerte mayor, porque alguien te supere, por el triunfo, por el fracaso, por los mosquitos, por las moscas, por los insectos en general, por los padres, por los chicos, por las desilusiones, por los placeres, por las satisfacciones...”, dice a su hija en una de las cartas más conocidas.
Esta semana también se ha puesto a disposición en línea de los estudiantes de la Universidad de Carolina del Sur una libreta donde el escritor anotaba puntillosamente sus finanzas.
La libreta incluye las hojas de cálculo de Fitzgerald y el seguimiento de sus ingresos y egresos, entre 1919 y 1937, cifras entre las que destaca la de $ 3.939 que recibió como adelanto por El Gran Gatsby.