La casa como manifiesto de Luis Barragán, Artes de México.

La casa como punto de encuentro: Luis Barragán en las páginas de Artes de México

19/01/2025 - 6:32 am
La casa como manifiesto de Luis Barragán, Artes de México.

Este nuevo número de Artes de México sobre Luis Barragán devela cómo su persona se proyecta en su casa.

Por José Vigil, arquitecto socio de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán

Ciudad de México, 19 de enero (SinEmbargo).- Con ensayos escritos desde diferentes perspectivas nos hacemos una imagen más integral de su personalidad, sus deseos, sus inquietudes, sus búsquedas, su generosidad y su espiritualidad. Y cómo todo esto se materializa en su casa. Como bien decía, “mi casa es autobiográfica” lo que le confiere un legado que en otros proyectos suyos no se manifiesta de la misma manera.

A través de los ensayos de Alfonso Alfaro, Adriana Malvido, Guillermo Eguiarte, Xavier Guzmán y el poema de Lucía Cornejo, podemos seguir un hilo conductor para entender la personalidad del arquitecto y entender por qué la casa es como es. Su esencia y su vocación.

Todo en la casa tiene una intención, todo refuerza la búsqueda de la belleza como razón de ser. La casa expresa en cada momento como dice Alfaro, un espíritu barroco, desprovisto de ornamentos, pero con los mismos principios, la búsqueda de la belleza y su convivencia con el sufrimiento, que generan espacios cuyo fin es manifestar su propia espiritualidad; donde cada lugar, al ingresar en él, se convierte en un nuevo asombro.

La visita guiada que Alfonso Alfaro ofrece en su texto se enriquece con sus referencias al contexto cultural y social del momento histórico de Luis Barragán.

Adriana Malvido por su parte, nos descubre la presencia femenina en cada lugar: mediante reproducciones de pinturas, esculturas, fotografías y libros subrayados, conocemos la influencia que ejercieron en su vida. Nos dice Adriana, “Luis Barragán siempre protegió su intimidad. Con ese principio, entre muchos otros, diseñó su Casa Estudio como recinto sagrado y refugio, y así la vivió”.

Entendemos así su búsqueda permanente de la belleza como razón de vida, la necesidad de expresarla en cada momento, en cada lugar, compartirla, develarla.

La casa como manifiesto de Luis Barragán, Artes de México.
Interiores, La casa como manifiesto de Luis Barragán, Artes de México, pp. 29-30,2024

Otro ángulo que aporta mucho a su formación es la relación con los amigos que Xavier Guzmán detalla en su escrito. ¿Por qué se acercó más a artistas, escritores, filósofos que a arquitectos? Esta pregunta se contesta por su elección a desplazarse a la marginalidad respecto a la forma en que se hacía arquitectura, más apegada a los movimientos internacionales que buscaban expresar la modernización del país, alejada de la búsqueda de la reconciliación con la arquitectura popular que Barragán vivió de niño y que le marcó su visión del quehacer profesional.

Amistades que enriquecieron su pensamiento colaborando en su evolución personal y profesional.

Finalmente, Guillermo Eguiarte abre un punto de vista poco explorado en el análisis del trabajo de Luis Barragán, la influencia de la cultura japonesa.

Mediante conceptos como Yamato, Wabi y Sabi, entendemos el manejo de la luz y las sombras, la conexión con la naturaleza en el jardín, donde, citando a Eguiarte,” se dan los reencuentros accidentales que nos hacen regresar a los orígenes, a las raíces profundas del entendimiento”.

Los recintos se vuelven umbrales, dice Alberto Ruy en el editorial que describe el propósito del número 138. En el que le antecede, el número 23 de 1994, se anunciaba que la casa sería un centro cultural para conservar y difundir la obra del arquitecto. Hoy, el esfuerzo hecho por la Fundación de Arquitectura Tapatía con el apoyo del Gobierno de Jalisco culmina con que podamos decir que sí es un centro, no por decreto, que sería un espacio muerto sino como un nodo vivo que conecta, nutre y organiza el legado del arquitecto.

Un centro que sirve como un punto de encuentro, que fomenta el conocimiento de su obra más allá de sus cualidades formales y espaciales para discernir la esencia de su propuesta, su entendimiento y su trascendencia.

Una esencia que se descubre al recorrer la casa, identificando los rituales que cada lugar provoca, para celebrar la alegría, la intimidad, la nostalgia, el silencio.

Descubrir las invisibilidades presentes nos ayuda a entender el propósito último de la casa como una autobiografía, cómo a partir de la búsqueda de la belleza se conecta con la espiritualidad del habitante de la casa. Lo que se ve oculta varias capas de lo que no se ve.

La casa como manifiesto de Luis Barragán, Artes de México.
Interiores, La casa como manifiesto de Luis Barragán, Artes de México, pp. 37-38, 2024

David Abram clasifica estas invisibilidades como diferentes aspectos de la realidad que, aunque están profundamente enraizados con nuestra experiencia, permanecen fuera del alcance de nuestra percepción consciente debido a nuestros condicionamientos culturales y que reflejan nuestra desconexión del mundo vivo y sensorial. Vamos entonces, al recorrer los espacios, descubriendo diversos puntos de vista de la realidad invisible, involucrando el uso de todos los sentidos y no solamente la vista, retomando una relación con la naturaleza, con los ciclos de la vida, con la noción del mundo como algo vivo y animado.

Tomo como ejemplo el zaguán, que más allá de su función de facilitar el acceso a la casa, con la luz del sol en la mañana y luego durante el día teñida de amarillo al filtrarse por el cristal de la puerta principal, se convierte en un amanecer permanente para empezar el recorrido de los diversos asombros, iniciando con el primero, la totalidad del color rosa del vestíbulo, versión moderna del patio de las haciendas, con la luz inundando el espacio de dorado desde arriba.

Dice Jorge Luis Borges en su poema El patio:
“El patio es la ventana
Por donde Dios mira a las almas
El patio es el declive
por el cual se derrama el cielo en la casa”

Arne Naess, el filósofo danés que formuló el término ecología profunda menciona entre los principios de ésta dos que en esta casa se expresan de manera natural, uno, ver a la naturaleza no como un recurso sino como un sistema del cual formamos parte. Y el segundo, entender la arquitectura como un diseño de relaciones, no de objetos. Así, se convierte en un instrumento para el bienestar de todos.

Por todo esto, es que la casa es como es: el manifiesto de Luis Barragán.

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