La expectativa de un segundo mandato más radical que el primero – lo cual mantiene inquietos a países de América Latina y Europa– ha provocado que los ojos del mundo ahora estén puestos en la ceremonia y la toma de protesta del Donald Trump como Presidente de Estados Unidos por segunda ocasión, no consecutiva.
Ciudad de México, 19 de enero (SinEmbargo).- En tan solo unas horas Donald Trump asumirá nuevamente la Presidencia de Estados Unidos en una ceremonia de juramentación que marcará su regreso a la Casa Blanca, un hecho que ha generado inquietudes a nivel global. No es para menos. Se espera que el republicano —caracterizado por su retórica beligerante, discursos racistas, xenófobos y antiderechos— inicie un mandato que promete ser más radical que el primero.
Especialistas consideran que el regreso de Donald Trump al poder va a significar un escenario complejo para México, especialmente en temas migratorios y comerciales. Y es que, aunque algunos creen que México no será el principal objetivo de los ataques de Trump, las constantes amenazas sí generan preocupación, principalmente por los posibles efectos en las relaciones comerciales, migratorias y de seguridad, por lo que Claudia Sheinbaum va a tener que crear sus "antídotos" para contrarestar el impacto de sus amenazas.
“Trump, afortunadamente, no está enfocando todas sus baterías en México. Se podría decir que qué bueno que es grandilocuente y que se enfoque en Canadá, en Groenlandia, en Europa y en el tema de Ucrania, porque un Estados Unidos que sólo se enfoque en un país, sí es capaz de hacer mucho daño”, señaló en entrevista con SinEmbargo, Jesús López Almejo, profesor de Relaciones Internacionales e investigador de Conahcyt.
El investigador, añadió, que México deberá prepararse para enfrentar las amenazas de Trump, quien históricamente ha combinado temas migratorios, comerciales y de seguridad en su presión hacia el país.
“Donald Trump es uno de los pocos presidentes en la historia de Estados Unidos que, al momento de presionar a México, combina temas. [...] Con Trump, es amenazar con lo comercial para resolver un tema migratorio y amenazar también con lo militar, pues es un tema de seguridad doméstica. En ese sentido, México se está anticipando para que Donald Trump no tenga impacto en esta narrativa que tan fácilmente difunde, diciendo: ‘Bueno, México se está convirtiendo en el trampolín de los chinos, nos están invadiendo y por eso tenemos un déficit enorme’. Entonces, algo que hizo muy bien en México la Presidenta Claudia Sheinbaum fue desactivarle la posibilidad de que pudiera decir –porque ya lo ha dicho antes, además–, y que sus palabras tuvieran efecto, que México es una plataforma de ingreso de productos chinos a su país. Eso es ir creando antídotos para que le puedan ir atajando el impacto de sus declaraciones. Pero es muy difícil porque este señor dispara mentiras como las metralletas disparan balas”, dijo el investigador de Conahcyt.
Otros especialistas consideran que para el segundo mandato de Donald Trump se espera que no solo el discurso inaugural sea aún más radical, sino que la gestión del conservador se caracterice por un proteccionismo extremo y su visión de una nación autosuficiente y aislada.
La profesora Guadalupe Correa Cabrera advierte que el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría marcar un mandato con un proteccionismo extremo y ajustes significativos en la integración económica de América del Norte.
“Donald Trump está amenazando, pero hay que entender que sus amenazas tienen que ver con un cambio de proyecto real en los Estados Unidos. El proyecto de ‘América Primero’ es el proyecto que gobierna en los Estados Unidos de América, y una parte importante para poder lograr ese proyecto tiene que ver con el manejo de la frontera con México y la imposición de nuevos paradigmas que tienen que ver con el manejo fronterizo, económico, la migración, y eso ha sido parte del proyecto trumpista y parte del discurso de Donald Trump. No lo vamos a ver estático, las cosas no son estáticas. No nos vamos a quedar con el T-MEC como estábamos acostumbrados. Hay otra lógica en el tema de integración o desintegración, o desintegración parcial, de las economías de América del Norte, de todo el hemisferio y a nivel internacional”, expresó.
Lorenzo Meyer, profesor emérito de El Colegio de México, coincidió en que la Presidenta Sheinbaum requerirá de sabiduría y capacidad de negociación tal y como lo hizo el expresidente Andrés Manuel López Obrador en su momento para enfrentar a Trump.
"Sí estamos en una coyuntura difícil que sí va a requerir de toda la sabiduría y capacidad de negociación de la Presidenta y de su círculo interno de diseñar un tipo de navegación como lo hizo Andrés Manuel que mientras Trump va por la derecha Andrés Manuel se fue por la izquierda, pero con mucho cuidado señalando que sí, nuestra casi nuestra obligación histórica es mantener la soberanía, pero sabiendo que la soberanía mexicana es relativa porque la simetría de poderes enorme entonces hay que tener mucho cuidado mucha ahora sí mucha mano izquierda para torear al monstruo", dijo el académico a Obed Rosas y Perla Velasquez, en el programa de "Café y Noticias" a través del canal de YouTube de SinEmbargo Al Aire.
Trump vuelve con una retórica más incendiaria
Rumbo a su retorno a la Casa Blanca, Trump ha reavivado su narrativa ultraconservadora lanzando amenazas que abarcan temas económicos, migratorios y de seguridad, las cuales han encendido las alertas internacionales y generado gran incertidumbre tanto en Estados Unidos como en otros países, particularmente en Latinoamérica. Se teme que estas amenazas no se queden solo en palabras, sino que se traduzcan en acciones concretas.
A diferencia de su primer mandato, la retórica trumpista se desarrolla, en esta ocasión, en un contexto político más favorable para él. Ahora cuenta con el respaldo del Partido Republicano, que tiene mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, un apoyo político y legislativo significativo que podría facilitar la implementación de medidas centradas en endurecer las políticas migratorias, imponer acciones proteccionistas y promover restricciones a los derechos de las comunidades LGBT+.
¿Pero por qué la mirada del mundo también se centra en esta fecha, conocida como el Día Inaugural de Estados Unidos, cuando el mandatario asume el cargo y toma protesta a su gabinete?
El empresario ha prometido afianzar varias de sus promesas desde el primer día de su gestión. Entre las primeras órdenes ejecutivas que Trump ha prometido firmar se encuentran decretos antimigrantes, el inicio del mayor programa de deportaciones en la historia del país, medidas para retirar la ciudadanía por nacimiento y un arancel del 25 por ciento a productos importados desde México y Canadá. Además, ha amenazado con declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, lo que avivaría los temores de un posible intervencionismo en México.
Durante los últimos meses, Trump también ha planteado propuestas como la exclusión de personas transgénero de ciertos derechos, la revocación de políticas de género implementadas por Joe Biden, la promoción de perforaciones petroleras en Estados Unidos y el otorgamiento de indultos a los participantes en el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Es relevante recordar que, en su primer mandato, Trump ya había mostrado su capacidad para implementar medidas drásticas desde el primer día. El 20 de enero de 2017, su primera orden ejecutiva fue para derogar el Obamacare, además de instaurar el Día Nacional del Patriotismo. En su discurso inaugural de ese año, enfatizó una política proteccionista y un enfoque en los intereses exclusivos de Estados Unidos, bajo el lema "Make America Great Again".
Para este segundo mandato, se espera que su discurso inaugural sea aún más radical, destacando un proteccionismo extremo y su visión de una nación autosuficiente y aislada.
“Obviamente no puedes decir: ‘No, pues no va a pasar nada, que va a continuar como antes probablemente’. [...] Sí hay mucha presión, pero sí va a haber, muy probablemente, una lógica distinta, más proteccionista. Porque de eso se trata ‘América Primero’. Tanto ellos como nosotros vamos a tener un proceso de ajuste, como pasó durante el proceso de sustitución de importaciones, cuando Estados Unidos dejó que lo hiciéramos y nosotros estábamos reconstruyendo para Europa durante la Guerra Mundial. Va a cambiar la lógica de producción, cambia la lógica de vinculación con otros países y, definitivamente, no hay que dar por sentado que las cosas van a estar iguales”, señaló Correa Cabrera.
Por otra parte, López Almejo advirtió que cumplir parcialmente con las promesas de expulsar a millones de migrantes indocumentados sería caótico tanto para Estados Unidos como para su economía. De acuerdo con sus estimaciones, basadas en datos del FMI y el Banco Mundial, si Trump lograra deportar un millón de migrantes anualmente durante su mandato, el PIB estadounidense podría decrecer hasta siete puntos porcentuales para 2028. Esto, asegura, sería "una bestialidad" que afectaría a la clase trabajadora y debilitaría al Partido Republicano.
Al respecto, el especialista apuntó que, en lo que corresponde al tema comercial, México ya ha comenzado a desarrollar estrategias preventivas para contrarrestar las posibles narrativas de Trump, como la idea de que México es un trampolín para productos chinos hacia Estados Unidos. Sin embargo, insistió en que la presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno deberán enfocarse en “ir creando antídotos” para contrarrestar las amenazas trumpistas.
La agenda trumpista
Donald Trump retomará el poder este lunes 20 de enero como el 47º presidente de los Estados Unidos, en un evento que abarca múltiples actividades desde días previos y que coincide con el Día de Martin Luther King, un feriado nacional en el país.
La ceremonia de investidura, marcada por tradiciones solemnes y celebraciones, inició su agenda desde el pasado sábado 18 de enero en Trump Sterling, el club de golf propiedad del expresidente ubicado en Virginia. Ese día se realizó una recepción acompañada de un espectáculo de fuegos artificiales, seguida por una cena privada donde estuvieron presentes los miembros del gabinete del mandatario electo junto al vicepresidente electo, J.D. Vance.
Para este domingo 19 de enero, las actividades comenzaron con una ceremonia solemne en el Cementerio Nacional de Arlington, donde se colocó una ofrenda floral en la Tumba del Soldado Desconocido, un acto simbólico que representa respeto y homenaje a los militares caídos. Más tarde, Trump encabezará un evento masivo en el Capital One Arena, en Washington D.C., denominado "Rally de victoria", donde ofrecerá un discurso centrado en su retorno al poder, uno de los momentos más esperados por sus seguidores. La jornada concluirá con una exclusiva cena a la luz de las velas, reservada para donantes y figuras clave del círculo político y empresarial, en la cual el presidente electo también dirigirá unas palabras a los asistentes.
Mañana lunes 20 de enero será el día central de las actividades de la investidura. De acuerdo con la información proporcionada por el Comité Conjunto del Congreso para Ceremonias Inaugurales (JCCIC, por sus siglas en inglés), el evento comenzará a las 11 de la mañana con la tradicional procesión al Capitolio.
El pasado 26 de noviembre, la Casa Blanca confirmó que Joe Biden y Jill Biden, su esposa, asistirán a la toma de posesión del republicano que tendrá lugar en el Capitolio, en Washington,un gesto que contrasta con lo ocurrido en 2021, cuando Trump se negó a asistir a la toma de protesta de Biden, tras alegar que las elecciones habían sido fraudulentas. Joe Biden, como presidente saliente, acompañará a Donald Trump en su camino al lugar donde se llevará a cabo el juramento.
La ceremonia oficial de juramento será un momento clave en el que Donald Trump y su vicepresidente, J.D. Vance, asumirán formalmente sus cargos. Como dicta la tradición, Trump ofrecerá su discurso inaugural como el 47º presidente de los Estados Unidos, siguiendo un ritual que comenzó con George Washington en 1789. Posteriormente, junto con su esposa, la primera dama, dejará el Capitolio para continuar con las actividades protocolares en otros espacios.
Tras el juramento, Trump firmará sus primeros decretos como presidente desde el salón presidencial del Capitolio. Estos documentos serán las primeras decisiones formales de su administración y podrían marcar el rumbo inicial de su gestión en esta segunda etapa en la Casa Blanca.
Una vez concluidos estos actos, Trump y Vance participarán en la revisión de tropas militares, un evento que se realizará en las escaleras del frente oriental del Capitolio, donde el presidente y vicepresidente inspeccionarán regimientos ceremoniales en señal de respeto y reconocimiento. Luego, encabezarán el tradicional desfile inaugural que recorrerá la emblemática Avenida Pensilvania. Este desfile contará con la participación de bandas de música, grupos de ciudadanos, carrozas y representaciones militares ceremoniales, todo ello en un recorrido que culminará en la Casa Blanca, donde Trump iniciará oficialmente su mandato.
La invitación a la derecha internacional
La investidura de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos también se ha visualizado como un evento único en el sentido de a quienes extendió invitaciones para asistir a la ceremonia del 20 de enero. Y es que, aunque no se acostumbraba que los presidentes electos de Estados Unidos extendieran invitaciones a otros líderes del mundo, en esta ocasión Donald Trump sí lo realizó, pero a un número muy reducido. Entre la lista de invitados destacaron personajes de la política estadounidense y de la derecha internacional.
El expresidente Barack Obama confirmó su asistencia a la 60ª ceremonia de investidura, mientras que su esposa, Michelle , ya anunció públicamente que no participará. "El expresidente Barack Obama ha confirmado su asistencia a la 60ª ceremonia de investidura. La ex primera dama Michelle Obama no asistirá a la próxima inauguración", indicó un comunicado de la Oficina de Barack y Michelle Obama. También se espera la presencia de los expresidentes Bill Clinton y George W. Bush, quienes ya estuvieron en la primera investidura de Trump, junto con Jimmy Carter.
Además de los líderes políticos, Trump invitó a destacados empresarios de la industria tecnológica. Se espera la presencia de Elon Musk, propietario de Tesla y SpaceX, vinculado al conservadurismo, así como de Shou Chew, director ejecutivo de TikTok; Mark Zuckerberg, fundador de Meta; y Jeff Bezos, dueño de Amazon.
Empresarios mexicanos también fueron incluidos en la lista, entre ellos, Carlos Slim Helú, dueño de Grupo Carso, según informó Francisco Cervantes Díaz, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), quién también fue invitado.
“Vamos a estar en Washington. Estamos invitados también a la cena. [...] Vamos para allá y además con los altos funcionarios de Estados Unidos para empezar a tener pláticas. Sí, va el ingeniero Carlos Slim también”, declaró a los medios de comunicación al salir de Palacio Nacional, donde participó en la reunión que sostuvo la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo con empresarios mexicanos y canadienses.
Un aspecto inédito de esta investidura es la invitación a líderes mundiales, algo que no se había registrado en ceremonias anteriores. De acuerdo con datos del Departamento de Estado de EU que se remontan hasta 1874, "ningún mandatario de otro país ha asistido a una ceremonia de inauguración presidencial en Estados Unidos”, explicó la Secretaría de Relaciones Exteriores de México en un comunicado, ante la ola de comentarios que ha surgido por el hecho de que la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no fue invitada a asistir a la ceremonia.
Donald Trump es el primer presidente electo en invitar a presidentes y figuras internacionales a su toma de posesión. Sin embargo, la lista de invitados solo incluye a líderes de ideologías de derecha o ultraderecha, como el presidente de Argentina, Javier Milei; el presidente de El Salvador, Nayib Bukele; la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni; y el líder de Vox, Santiago Abascal de España.
No obstante, un invitado que ha generado particular atención es Xi Jinping, presidente de China, cuya invitación ha sido argumentada como parte de los esfuerzos de Trump por mantener un "diálogo abierto" con adversarios. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Levitt, destacó que la invitación busca fomentar relaciones más allá de los aliados, subrayando la importancia de las conversaciones con potencias globales, independientemente de las diferencias.