Según el Latinobarómetro, la confianza en el poder judicial en América Latina ha fluctuado entre 1995 y 2024 entre un máximo del 37 por ciento en 2006 y un mínimo de 22 por ciento en 2017, para situarse en un promedio del 28 por ciento en 2024. En el caso de México, sólo 35 de cada 100 personas confían mucho o algo, en el Poder Judicial.
Ciudad de México, 17 de enero (SinEmbargo).- Rumbo a los históricos comicios del primer domingo de junio del 2025, cuando por primera vez en la historia de México se elegirán por voto directo y secreto de los ciudadanos a los nuevos ministros, magistrados y jueces, el crédito del Poder Judicial en nuestro país apenas llega al 30 por ciento, mientras que en el resto de América Latina la confianza depositada en ese poder alcanza el 28 por ciento en promedio. Este dato contrasta con el 75 por ciento de aprobación con el que cerró el gobierno del entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador, promotor de la reforma al Poder Judicial en nuestro país, promulgada el domingo 15 de septiembre del 2024, mediante su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
En nuestrro país, el crédito del Poder Judicial en el cierre del 2024 es equiparable al grado de confianza que los ciudadanos del país expresaron con respecto a los partidos políticos, a la televisón, la radio y los medios impresos, que cada día están más alejados del buen ánimo de los ciudadanos, según reflejan las conclusiones del Latinobarómetro 2024, difundido el domingo 12 de enero del 2025.
El estudio fue elaborado por la Corporación Latinobarómetro, una institución sin fines de lucro, con sede en Santiago de Chile, que es respaldada, entre otros organismos, por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo. Para el Latinobarómetro 2024 se aplicaron 19 mil 214 entrevistas cara a cara, con personas de 18 años y más, en 17 países, entre el 23 de agosto y el 9 de octubre de 2024 en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay, Venezuela, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y República Dominicana.
Confianza en el poder judicial
Según el Latinobarómetro, la confianza en el poder judicial en América Latina ha fluctuado entre 1995 y 2024 entre un máximo del 37 por ciento en 2006 y un mínimo de 22 por ciento en 2017, para situarse en un promedio del 28 por ciento en 2024.
Quienes mayor confianza manifestaron en el Poder Judicial fueron los salvadoreños, con el 51 por ciento, seguidos por los uruguayos con el 50 por ciento. En todos los otros países de la región la confianza es inferior al 50 por ciento. En el caso de México, sólo 35 de cada 100 personas confían mucho o algo, en el Poder Judicial. Los registros más bajos de confianza en el Poder Judicial en América Latina son en Bolivia, con el 13 por ciento, mientras que con el 18 por ciento aparecen Ecuador, Chile y Perú, respectivamente.
Confianza en los partidos políticos
A los partidos políticos no les va mejor que al Poder Judicial en Latinoamérica, pues apenas el 17 por ciento de los ciudadanos, en promedio, expresa mucha o alguna confianza en esas instituciones, según el Latinobarómetro 2024. La confianza en los partidos políticos ha fluctuado entre el 13 por ciento en 2017 y el 30 por ciento en 1997. Durante el 2024 se sitúa en un 17 por ciento.
El país con mayor nivel de confianza en los partidos políticos es Uruguay con el 36 por ciento, seguido por México, donde apenas 30 de cada 100 ciudadanos los respaldan. Los países en los cuales es menor la confianza en los partidos políticos son Colombia y Perú, ambos con un respaldo de apenas el 9 por ciento.
Confianza en instituciones electorales
Pese al controvertido papel que el Instituto Nacional Electoral tiene en México, el grado de confianza que los ciudadanos expresaron en esa institución es el segundo mejor registro en América Latina. Los países donde se expresaron los mayores niveles de confianza en la institución electoral son Chile y Uruguay, ambos con el 60 por ciento de los ciudadanos que les tienen mucha o alguna confianza. México aparece en seguida con el 56 por ciento de respaldo.
El promedio de confianza en las instituciones electorales en los países de América Latina es del 34 por ciento en lo que respecta al 2024, muy por debajo del 44 por ciento que tenían cuando se empezó a realizar este registro, en el año de 2015. Hay países en donde la confianza en las instituciones electorales está por los suelos, como Honduras, donde apenas el 16 por ciento expresa tenerles confianza, por el 17 por ciento en Colombia.
Confianza en televisión y radio
Los medios convencionales de comunicación, televisión, radio y prensa escrita han experimentado un tremendo desgaste y pérdida de confianza en la última década. Fue en 2006 cuando se tuvieron los registros máximos de confianza: la televisión con 62 por ciento y la radio con 68 por ciento.
Sin embargo, estos porcentajes de confianza se deterioraron en los últimos años y en 2024 el promedio de confianza para la televisión en América Latina fue del 41 por ciento y del 44 por ciento para la radio. El desgaste de la televisión y la radio durante el gobierno de López Obrador fue muy significativo, pues en 2024 solo el 30 por ciento de los mexicanos expresó tener mucha o algo de confianza en la televisión comercial y apenas el 34 por ciento dijo confiar en la radio.
Confianza en la prensa escrita
La prensa escrita se ha medido menos veces desde 1995. Sin embargo, su evolución a nivel de la región muestra también un fuerte declive en la confianza de la gente, pues pasó del 50 por ciento en 1995 al 38 por ciento en el 2024. Una caída de 12 puntos porcentuales. México es el segundo país de América Latina en el cual se le tiene menos confianza a la prensa escrita, con el 30 por ciento. Mientras que en Venezuela, apenas el 25 por ciento de las personas tiene mucha o algo de confianza en los périódicos.
En contraste, el país latinoamericano en el que sus ciudadanos más confían en la prensa escrita es República Dominicana con el 56 por ciento, seguido por Brasil con el 45 por ciento. Los medios de comunicación, televisión, radio y prensa escrita, han perdido la confianza de la gente en las dos últimas décadas, al igual que instituciones como el Poder Judicial y los partidos políticos.
Aprobación del gobierno
En contraste con el desgaste de otras instituciones públicas, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador cerró su sexenio, en septiembre del 2024, con una aprobación del 75 por ciento. Muy por encima de la aprobación del 43 por ciento en promedio que recibieron los gobiernos de América Latina. Los presidentes con más alta aprobación en el Latinobarómetro 2024 fuero los de El Salvador y Panamá, con el 87 y el 80 por ciento, respectivamente.
Los gobiernos que aparecen en el abismo, con más baja aprobación durante 2024 fueron los de Perú, con el 5 por ciento; Bolivia, con el 9 por ciento y Venezuela, con el 19 por ciento. Los países que tuvieron elecciones en 2024 registraron la más elevada aprobación de sus respectivos gobiernos: El Salvador con 87 por ciento; Panamá, con 80 por ciento; México, con 75 por ciento y República Dominicana con 68 por ciento.
América Latina se corre a la derecha.
¿Se ha preguntado usted como se ubica la mayoría de los mexicanos en el espectro político ideológico del América Latina? El registro que hace el Latinobarómetro 2024 dice que la mayoría de los países se ha recorrido hacia la derecha. O al menos así se ubican los ciudadanos. En una escala dónde “00" es la “izquierda” y “10" la “derecha”, el promedio de los países se ubica en el 5.6 de la escala. Y con base en el promedio, México podría clasificarse como el país más cargado a la izquierda de América Latina, con un promedio de 4.4 en la escala utilizada para la medición del Latinobarómetro 2024. Este dato refuerza la fortaleza del proyecto de la Cuarta Transformación que López Obrador le heredó a Claudia Sheinbaum Pardo a partir de octubre del 2024.
El país más a la derecha es El Salvador, con un promedio de 6.8. Prácticamente todos los países encuestados están por encima del 5.0, es decir, cargados a la derecha.
El interés en la política
A pesar de la crisis de la actividad política que se vive la región, el interés por esta actividad no ha variado mayormente en las últimas dos décadas, pues se ha mantenido en promedio con muy pocas variaciones desde 1995 a 2024. La medición comenzó con el 70 de desinterés de los ciudadanos en la política en 1995 y registra un 69 por ciento de desinterés en 2024.
Uruguay es el país de América Latina donde los ciudadanos expresan más interés por participar en la política, con el 48 por ciento, seguido por México, con el 41 por ciento. Los más bajo registros de interés de los ciudadanos por la política están en Honduras, con el 22 por ciento; Guatemala, con el 23 por ciento, y Colombia y Bolivia, con el 24 por ciento de interés de su gente en la política, respectivamente.
La caída de la religión
La caída de los seguidores de la Iglesia Católica en América Latina es permanente. Entre 1995 y 2024 los latinoamericanos que se han declarado católicos han disminuido de 80 al 54 por ciento. Mientras que los evangélicos aumentaron de 6 al 23 por ciento entre 1995 y 2023, para después bajar al 19 por ciento en 2024.
Los países con más católicos declarados son Venezuela y Paraguay, con el 72 por ciento, respectivamente. Y México aparece después, con el 68 por ciento. Donde hay menos católicos es en Uruguay con apenas el 33 por ciento y Honduras, con el 36 por ciento. No menos significativo es el aumento de las personas que declaran no tener ninguna religión, que pasó del 4 al 19 por ciento, promedio regional, entre 1995 y 2024. Los países con los promedios más altos de personas que se declaran sin religión alguna son Uruguay con 52 por ciento; Chile, con 37 por ciento y República Dominicana, con 25 por ciento.
Como puede observarse, con base en los resultados del Latinobarómetro 2024, el expresidente Andrés Manuel López Obrador le entregó a Claudia Sheinbaum Pardo un Poder Ejecutivo con alta aprobación y respaldo, frente al desgaste de otras instituciones, como el Poder Judicial, los partidos políticos, los medios de comunicación convencionales y la Iglesia Católica.
