Una encuesta de CBC News de Canadá sobre las elecciones de 2025 revela una caída libre de Justin Trudeau y un aumento constante de Pierre Poilievre, su contrincante del Partido Conservador. Esto es apenas un reflejo de la tormenta que vive el Primer Ministro canadiense y esto se muestra en la respuesta que ha dado Canadá ante las amenazas de Trump: unos amenazan con responder y otros quieren complacer al Presidente electo de EU.
Ciudad de México, 13 de diciembre (SinEmbargo).– La encuesta de encuestas que hace CBC News de Canadá sobre las elecciones federales de 2025 revela una caída libre de Justin Trudeau y un aumento constante de Pierre Poilievre, su contrincante del Partido Conservador. 21.8 por ciento para el Primer Ministro, 42.7 por ciento para Poilievre. Incluso Jagmeet Singh Jimmy Dhaliwal, un político que usa turbante y profesa una religión minoritaria (es sij), tiene más oportunidades que Trudeau, el hombre que tanto amaron los canadienses. Jagmeet Singh trae 19.1 por ciento de la intención del voto y crece, lento pero crece.
Esto es apenas un reflejo de la tormenta que vive Trudeau. Los vientos no soplaban a su favor antes de las elecciones de noviembre en Estados Unidos, pero ahora es una tormenta. Quizás un huracán. Y se refleja en la respuesta que ha dado Canadá ante las amenazas de Donald Trump: cada líder va por su lado; unos amenazan con responder y otros quieren complacer al Presidente electo.
Doug Ford, por ejemplo. Uno de los gobernadores (primeros ministros, les llaman) más bocones de Canadá (el que pidió no comparar su país con México) dijo que va a cortar la electricidad que manda a Estados Unidos si aplica la tarifa de 25 por ciento a todas las exportaciones, y ya le respondió Donald Trump: “Está bien si lo hace. Está bien”, dijo a la cadena estadounidense CNBC cuando se le preguntó sobre los comentarios de Ford en el piso de la Bolsa de Valores de Nueva York.
Agregó: “Estados Unidos está subsidiando a Canadá y no deberíamos tener que hacer eso. Y tenemos una gran relación. Tengo tantos amigos en Canadá, pero no deberíamos tener que subsidiar a un país”.
El miércoles, Ford dijo que Ontario está considerando restringir las exportaciones de electricidad a Michigan, el estado de Nueva York y Minnesota si Trump cumple con su amenaza de imponer el arancel del 25 por ciento. Ahora dice que está considerando restringir la compra de bebidas alcohólicas de fabricación estadounidense por parte de la Junta de Control de Bebidas Alcohólicas de Ontario. La provincia dice que es el mayor comprador de alcohol del mundo. La provincia subió la apuesta. Ahora también dice que podría restringir las exportaciones de minerales críticos canadienses necesarios para las baterías de los vehículos eléctricos y prohibir a las empresas estadounidenses realizar compras provinciales.
Mientras, el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, está en aprietos porque la prensa le pregunta cómo pagó varios boletos para una presentación del Era’s Tour de Taylor Swift; si fue o no fue con dinero público, porque algún medio calcula que se gastó unos cien mil dólares. O hasta más. En ese lío se entretiene.
Trudeau dances to Taylor Swift while Montreal burns. pic.twitter.com/U6FEKBikC2
— Ian Miles Cheong (@stillgray) November 23, 2024
En tanto, otro frente oficial canadiense intenta ponerle buena cara a Trump. Trudeau prometió a Trump en Mar-a-Lago que comprará nuevos helicópteros y drones para vigilar la frontera, con la esperanza de que el próximo Presidente estadounidense no cumpla su promesa de imponer nuevos aranceles punitivos. Y este jueves, la premier de Alberta, Danielle Smith, anunció la creación de un nuevo equipo provincial de patrulla fronteriza, equipado con perros, drones para clima frío y analizadores de narcóticos, en respuesta a las presiones del próximo gobierno sobre el tráfico de fentanilo y migrantes por su porosa frontera.
Pero la respuesta fue una cachetada con una bolsa de hielo. “Los helicópteros y los drones no van a detener este problema”, dijo David Asher, quien ha asesorado a la DEA durante más de dos décadas y ha esbozado un plan para que la próxima administración pueda combatir el tráfico de fentanilo. Canadá haría mejor, dijo, si dedicase recursos a luchar contra los blanqueadores de dinero y los narcotraficantes dentro de sus fronteras. Y para eso no sirven los perros amaestrados y los drones.
Mientras, el chisme del Primer Ministro y Taylor Swift crece. La portavoz del gobierno federal canadiense, Jenna Ghassabeh, dijo en un correo electrónico al National Post: “El Primer Ministro pagó personalmente sus entradas”. Los fans de Taylor Swift, o “Swifties”, saben muy bien lo difícil que fue conseguir el número limitado de entradas para los seis shows de la superestrella en Toronto y los tres en Vancouver. “Las entradas para los shows se agotaron en cuestión de horas y las entradas se revendieron a veces por más de 10 mil dólares canadienses, lo que incluso provocó una petición para que el gobierno investigara los “escandalosos precios de reventa de entradas para conciertos”, explicó hoy el National Post.
En tanto, una fuente dijo a The Globe and Mail que el gobierno canadiense está considerando un impuesto a las exportaciones de alta demanda a los Estados Unidos, como el petróleo, el uranio y el potasio, como un medio para disuadir al Presidente electo de seguir adelante con los aranceles elevados amenazados sobre los bienes de Canadá. “Canadá todavía está trazando una estrategia sobre cómo responder a los aranceles del 25 por ciento prometidos por Trump, dijo el funcionario, y un impuesto a las exportaciones de productos básicos estratégicos está sobre la mesa”, cuenta el diario canadiense.
Pero eso no quita el susto. La premier de Alberta, Danielle Smith, dijo que un impuesto a las exportaciones sería aplastante y “un punto de quiebre” para su provincia. “Les diré lo que sucederá si lo hacen: tendrán una crisis de unidad nacional al mismo tiempo que tienen una crisis con nuestra mayor relación con los estadounidenses”, dijo Smith en una entrevista el jueves.
En tanto, el equipo editorial de The Sun arremetió contra Trudeau, duramente, por criticar a los estadounidenses por no haber elegido a una Presidenta.
“Eso es asunto de ellos, no nuestro”, le dijo.
“El comentario gratuito de Trudeau no hizo nada para avanzar la causa de Canadá frente al plan del Presidente electo de Estados Unidos de imponer un arancel del 25 por ciento a todas las importaciones canadienses tan pronto como asuma la presidencia el 20 de enero [...] Para nosotros, los comentarios de Trudeau, que hizo durante una cena de la Fundación Voz Igualitaria en Ottawa, mientras se proclamaba una vez más ‘feminista’, sonaron como un ataque pasivo-agresivo a Trump por burlarse de él como potencial gobernador de Canadá si fuera el estado número 51 de Estados Unidos”, publicó el periódico en su editorial.
“Si Trudeau va a permitir que cada insulto tonto que Trump le dirija lo afecte, no va a ser el líder que Canadá necesita para enfrentarse a Trump sobre los aranceles. Todo el mundo sabe que así es como opera Trump (insulta a los oponentes políticos), pero eso no significa nada. Trump solía menospreciar al Senador de Florida Marco Rubio llamándolo ‘el pequeño Marco’ antes de presentarlo al Senado como su candidato a Secretario de Estado”, agrega.
Concluye: “Por último, si Trudeau quiere intercambiar insultos con Trump, al menos que sean basados en la realidad. En Canadá nunca ha habido una Primera Ministra que haya ganado una elección. La única vez que tuvimos una Primera Ministra fue cuando los conservadores progresistas eligieron a Kim Campbell para reemplazar a Brian Mulroney y ella fue rápidamente derrotada por el entonces líder liberal Jean Chretien, con los conservadores reducidos a dos escaños. Y ya que estamos en el tema, con Trudeau alardeando de sus credenciales ‘feministas’, tal vez podría explicar por qué los liberales federales, a diferencia de todos los demás partidos en la Cámara de los Comunes, nunca han tenido una líder mujer”.
Trudeau no ha respondido a los señalamientos de la prensa, aunque su vocera ya respondió –por fortuna– sobre el escándalo en la compra de boletos para el concierto de Taylor Swift.
