El pontífice pidió imaginar la crisis de la democracia "como un corazón herido". "Cada vez que alguien es marginado, todo el cuerpo social sufre", dijo en la última jornada de la 50ª Semana Social Católica de Italia.
ROMA, 7 Jul. (EUROPA PRESS).- El Papa lamentó que la democracia "no goza de buena salud" al tiempo que ha criticado las tentaciones "populistas" en Trieste, hasta donde se trasladó este domingo en helicóptero para participar en la última jornada de la 50ª Semana Social Católica de Italia.
"Como cristianos, nos interesa y nos preocupa porque está en juego el bien del hombre, y nada de lo que es humano puede sernos ajeno", añadió desde el Centro de Congresos de la ciudad italiana casi en la frontera con Eslovenia.
El Papa puso en valor la celebración de esta iniciativa de la Semana Social Católica de Italia, con el título "En el corazón de la democracia".
Francisco señaló que la crisis de la democracia es "transversal a todas las naciones" si bien afirmó que también lo es "la actitud de responsabilidad ante las transformaciones sociales", que definió como una "llamada dirigida a todos los cristianos, en todas partes del mundo".
El pontífice pidió imaginar la crisis de la democracia "como un corazón herido". "Cada vez que alguien es marginado, todo el cuerpo social sufre. La cultura del descarte crea una ciudad donde no hay lugar para los pobres, los no nacidos, los frágiles, los enfermos, los niños, las mujeres y los jóvenes. El poder se vuelve autorreferencial, incapaz de escuchar y servir a la gente", señaló.
Asimismo, el Papa lamentó la baja participación cada vez que hay elecciones. "La participación no se puede improvisar: se aprende desde los niños, desde los jóvenes, y hay que 'formarla', también en el sentido crítico respecto de las tentaciones ideológicas y populistas" ―subrayó―.
"Todos deben sentirse parte de un proyecto comunitario. Nadie debería sentirse inútil. Ciertas formas de bienestar que no reconocen la dignidad de las personas son hipocresía social". Así, sostuvo que la "indiferencia es un cáncer de la democracia". Por ello, apuntó que "una democracia con el corazón sanado sigue cultivando sueños de futuro, los pone en juego, exige implicación personal y comunitaria".
Por otro lado, Francisco advirtió frente a la tentación de manipular "la palabra democracia ni distorsionarla con títulos vacíos de contenido, capaces de justificar cualquier acción". "La democracia no es una caja vacía, sino que está ligada a los valores de la persona, de la fraternidad y de la ecología integral", concluyó.