Las principales víctimas son personas de entre 60 y 80 años, pues los efectos negativos de los largos horarios en la salud suelen aparecer a los diez años de comenzar a tener este tipo de jornadas prolongadas.
Ginebra, 16 mayo (EFE).- Trabajar más de 55 horas semanales durante un tiempo prolongado puede aumentar hasta un 35 por ciento el riesgo se fallecer por enfermedades cardiovasculares, que matan anualmente a unos 745 mil trabajadores en esta situación, advirtió hoy una investigación publicada por agencias de Naciones Unidas.
El estudio, coordinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), concluye que estas muertes subieron un 29 por ciento entre 2000 y 2016, por lo que los horarios prolongados ya son el principal factor de riesgo laboral y provocan un tercio de los problemas de salud ligados al empleo.
La investigación, primera llevada a cabo globalmente sobre los efectos de los largos horarios en la salud de los trabajadores, detalla que éstos causaron en 2016 hasta 398 mil muertes por enfermedades cardíacas (un 42 por ciento más que a principios de siglo) y 347 mil por infarto (un aumento del 19 por ciento).
Trabajar más de 55 horas por semana aumenta un 35 por ciento el peligro de fallecer por una enfermedad cardíaca en comparación con quienes tienen un horario estándar (35-40 horas semanales), y un 17 por ciento el riesgo de morir de infarto.
Los efectos negativos de los largos horarios en la salud suelen aparecer a los diez años de comenzar a tener este tipo de jornadas prolongadas, por lo que las principales víctimas son personas de entre 60 y 80 años que hayan tenido que trabajar en estas condiciones al menos a partir de los 45.
Un 72 por ciento de los fallecidos por estas causas son hombres, destaca un estudio que también muestra que Asia Oriental y Meridional es una de las regiones más especialmente golpeadas por esta "epidemia" de muertes por problemas cardiovasculares ligadas al exceso de trabajo.
Para combatir este creciente problema de salud pública, las agencias de Naciones Unidas piden a los gobiernos que establezcan por ley horarios máximos en sus mercados laborales, y negociaciones colectivas entre empresas y empleados para fijarlos.
OMS y OIT calculan que casi uno de cada 10 trabajadores en el mundo (unos 480 millones) tienen que trabajar más de 55 horas semanales.