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Leopoldo Maldonado

19/03/2021 - 12:01 am

¿Y la CNDH?

En una reunión sostenida en diciembre de 2020, la CNDH presentó información falsa y discrepante para ARTICLE 19 (representante de las víctimas) sobre el estatus de la investigación.

Rosario Piedra Ibarra, titular de la CNDH.
"Por si fuera poco, a partir de las irregularidades en el nombramiento de Rosario de Piedra Ibarra como titular de la CNDH, es que el Subcomité de Acreditaciones de la Alianza Global de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos (GANHRI, por sus siglas en inglés) determinó en diciembre de 2020 iniciar una revisión especial de la institución". Foto: Galo Cañas, Cuartorcuro

La CNDH jamás ha sido lo que debe ser. Una institución siempre cooptada por facciones políticas, especialmente cuidadosa con el poder político y lejana a las víctimas, compuesta por funcionarios leguleyos protectores del statu quo (salvo muy honrosas excepciones), es hoy más de lo mismo. Desde su creación la CNDH ha sido una institución mínima frente a la magnitud de la violencia que agravia a miles de personas en el país. Sin temor a equivocarme ha sido un espacio de simulación y parte del “pacto de impunidad”, con avances magros en algunas agendas pero con una presencia institucional desdibujada. Durante 15 años de guerra contra el narcotráfico, la institución encargada de velar por los derechos básicos de las personas  se ha convertido en otro laberinto burocrático más para clamar justicia que no para ayudar a encontrarla.

La actual CNDH, la que se quiere mostrar “cercana al pueblo”, no es distinta. A la desaseada designación de Rosario Piedra Ibarra como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (2019) le han seguido un sinfín de pifias que llevan a la institución  -cuando menos- a la irrelevancia. Quienes pensamos en nuestro fuero interno darle el beneficio de la duda a la actual titular, por su trayectoria, por su pertenencia al movimiento de víctimas, y sí, por su apellido; después de un año caímos en cuenta que el interés de tenerla ahí no era promover y defender (ahora sí) los derechos humanos de miles de personas agraviadas por los abusos de poder.

Lo señalado por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), de cara al primer informe de la Ombudsperson, es implacable:

*La CNDH había presentado 98 acciones de inconstitucionalidad, de las cuales solamente una es contra una ley federal. Cabe decir que esa es la Ley Federal de Derechos de Autor, y mucho tiene que ver el trabajo de organizaciones en defensa de derechos humanos en el ámbito digital que empujamos para que se presentara la demanda en la Suprema Corte. Como contracara tenemos que no impugnó el llamado “Acuerdo Militarista” y mucho menos la desaparición de fideicomisos como los que alojaban los fondos de protección para personas de defensoras de derechos humanos y periodistas, y los fondos de apoyo y reparación integral para víctimas.

*No anunció oportunamente investigaciones por recientes ejecuciones extrajudiciales a manos de militares en Carbo (Sonora) Nuevo Laredo (Tamaulipas) o La Boquilla (Chihuahua).

*Se han emitido 100 recomendaciones pero, obvio, la inmensa mayoría sobre actos de administraciones pasadas, no del presente.

Recientemente esa falta de probidad, independencia e imparcialidad lo atestiguamos en el caso Notimex. El 12 de mayo de 2020, ARTICLE 19 junto con Aristegui Noticias y Sign_lab del ITESO publicamos un primer informe que a través de testimonios y evidencias señalan que personas directivas de Notimex realizaron acciones coordinadas para acosar y agredir periodistas y extrabajadores que consideran la directora de la Agencia considera “adversarias”. Casi un mes después, el 18 de junio, publicamos el reporte “La Guerra está en Twitter” que revela nueva evidencia sobre los ataques orquestados por la directora de la Agencia de Noticias, a través de cuentas falsas e incluso desde cuentas oficiales en contra de críticos y extrabajadores de la agencia y de su gestión. La evidencia revela el uso de dos chats: “Fiesta de Halloween” y “SOS”, cuyas comunicaciones constatan amenazas [desde la dirección ejecutiva de la agencia] en contra de quienes se nieguen a participar dentro de la agencia en una “estrategia de redes” armada por funcionarios de Notimex que incluye ataques a periodistas, exfuncionarios y críticos.

La primera acción preocupante de la CNDH ocurrió incluso antes de la presentación de la queja, cuando en Twitter, el 29 de mayo de 2020 publicó un comunicado en referencia a la publicación del primer informe de ARTICLE 19, Signa_lab y Aristegui Noticias. En dicha publicación minimizó las denuncias sobre abuso de poder, violaciones de derechos humanos y el posible uso desviado de recursos públicos, incumpliendo así sus obligaciones constitucionales de velar por los derechos humanos.

En una reunión sostenida en diciembre de 2020, la CNDH presentó información falsa y discrepante para ARTICLE 19 (representante de las víctimas) sobre el estatus de la investigación. Se dijo que había pasado a la Sexta Visitaduría “por acuerdo de la Presidenta”. Expusimos nuestro desagrado por la toma de una decisión arbitraria que no había sido notificada formalmente ni a las personas agraviadas ni sus representantes. En el fondo se quería dar un tratamiento del caso como si fuera un tema laboral, cuando las víctimas reclamaban los ataques perpetrados por la directiva de Notimex con motivo de su libre expresión. La realidad es que en esa reunión solamente nos engañaron: la investigación ya estaba concluida desde unas semanas antes.

Efectivamente la CNDH decidió concluir la queja ignorando por completo los informes técnicos  e investigaciones periodísticas. Por el contrario, consideró las justificaciones y respuestas de la agencia de noticias suficientes, sin tomar en cuenta las evidencias y testimonios que brindamos. Así, el actuar de la CNDH únicamente se enfocó en esperar más de cuatro meses la respuesta de Notimex para cerrar la queja. Una burla. Peor, un escupitajo a las víctimas.

Además de los elementos preocupantes ya descritos, vemos a una CNDH que ahora denuncia a las víctimas en otro casos. Erika Martínez, madre de una niña abusada sexualmente en 2017, tomó en septiembre las instalaciones de la CNDH en el centro de la Ciudad de México junto a otras víctimas y colectivas en protesta. Hoy esta madre doliente tiene abierta una carpeta de investigación porque el organismo que se supone debe protegerla, la criminaliza.

Por si fuera poco, a partir de las irregularidades en el nombramiento de Rosario de Piedra Ibarra como titular de la CNDH, es que el Subcomité de Acreditaciones de la Alianza Global de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos (GANHRI, por sus siglas en inglés) determinó en diciembre de 2020 iniciar una revisión especial de la institución.

Si alguien preguntara qué pasa con la CNDH. La respuesta sería, “en declive”. Y eso, a la luz de su historia, es decir bastante.

Leopoldo Maldonado
Es Director Regional de ARTICLE 19 Oficina para México y Centroamérica. Maestro en Derechos Humanos y abogado por la Universidad Iberoamericana. Es integrante del Comité Consultivo del Repositorio de Documentación sobre Desapariciones en México. Durante 15 años ha trabajado como activista y defensor de derechos humanos defendiendo migrantes, personas indígenas, periodistas y víctimas de violaciones graves a derechos humanos.

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