Las teorías de conspiración que rodean a la COVID-19 no son pocas, sin embargo al menos una de ellas podría haber sido fomentada y potenciada por medios y políticos de alto rango a lo largo de la pandemia: la COVID-19 fue creada en un laboratorio como arma biológica. Una investigación de Associated Press revela cómo las redes sociales, dirigentes de diversos países y la desinformación jugaron un papel fundamental en la expansión de este rumor.
Por Erika Kinetz
BRUSELAS, 15 de febrero (AP) — Sólo pasaron tres meses para que el rumor de que la COVID-19 fue diseñado como un arma biológica se extendiera desde los márgenes de la Internet china y se arraigara en la mente de millones de personas.
Para marzo de 2020, la creencia de que el virus fue creado por humanos y posiblemente con fines bélicos estaba generalizada, según varias encuestas. El Pew Research Center descubrió, por ejemplo, que uno de cada tres estadounidenses creía que el coronavirus se había creado en un laboratorio.
Este caos fue, al menos en parte, fabricado.
Poderosas fuerzas, desde Beijing y Washington hasta Moscú y Teherán, han buscado controlar la narrativa sobre el origen del virus. Autoridades y medios aliados en los cuatro países funcionaron como súper difusores de desinformación, usando su estatura para sembrar dudas y amplificar conspiraciones que ya estaban en circulación, de acuerdo con una investigación de The Associated Press de nueve meses realizada en colaboración con el Atlantic Council’s Digital Forensic Research Lab. El análisis se basó en la revisión de millones de publicaciones y artículos en redes sociales como Twitter, Facebook, VK, Weibo, WeChat, YouTube, Telegram y otras plataformas.
New report traces the history of conspiracy theories claiming COVID-19 is a bioweapon | by @DFRLab | DFRLab | Feb, 2021 | Medium The Chinese Communist Party (CCP) silenced domestic voices reporting on the disease through harsh information control, ... https://t.co/U5wtUEk7do
— Loreena (@Louangie) February 15, 2021
A medida que la pandemia se expandía por el mundo, China tomó la iniciativa en la difusión de desinformación extranjera sobre los orígenes de la COVID-19.
Beijing estaba reaccionando a semanas de retórica proveniente de Estados Unidos, incluso del entonces Presidente Donald Trump, quien hablaba del “virus chino”.
El día después de que la Organización Mundial de la Salud designara el brote de COVID-19 como una pandemia, Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, publicó una serie de tuits que lanzaron lo que podría ser el primer experimento digital verdaderamente global del partido con desinformación abierta.
Los diplomáticos chinos se han movilizado recientemente en las redes sociales occidentales, prácticamente triplicando sus cuentas en Twitter y Facebook, aunque ambas plataformas están prohibidas en China.
”¿Cuándo comenzó el paciente cero en EU?”, tuiteó Zhao el 12 de marzo. “Podría ser el ejército estadounidense quien llevó la epidemia a Wuhan. ¡Sean transparentes! ¡Hagan públicos sus datos! ¡Estados Unidos nos debe una explicación!”.
Conservadores influyentes en Twitter, incluido Donald Trump Jr., criticaron a Zhao y llevaron sus tuits a sus audiencias más grandes.
2/2 CDC was caught on the spot. When did patient zero begin in US? How many people are infected? What are the names of the hospitals? It might be US army who brought the epidemic to Wuhan. Be transparent! Make public your data! US owe us an explanation! pic.twitter.com/vYNZRFPWo3
— Lijian Zhao 赵立坚 (@zlj517) March 12, 2020
The Chinese foreign minsetry now blaming the US for #Wuhan Virus!
If the media/Dems believe that the same people that prevented the worlds foremost experts from the CDC from entering China to help are ever going to be honest dealers, you should get your heads examined.#Covid_19 https://t.co/GRhoTM8eZ7
— Donald Trump Jr. (@DonaldJTrumpJr) March 13, 2020
Al menos 30 cuentas diplomáticas chinas, desde Francia hasta Panamá, se apresuraron a apoyar a Zhao. El Canciller de Venezuela, así como las cuentas saudíes cercanas a la familia real, también ampliaron significativamente el alcance de Zhao, lo que ayudó a lanzar sus ideas al español y al árabe. Pero su mayor audiencia fue dentro de la propia China.
En enero, los medios estatales rusos fueron los primeros en legitimar la teoría de que Estados Unidos diseñó el virus como arma. Los políticos rusos pronto se unieron al coro.
Irán también intervino. El ayatolá Ali Jamenei anunció que la COVID-19 podría ser el resultado de un ataque biológico.
La embajada de China en Francia promovió la historia en Twitter y Facebook. Apareció en YouTube, Weibo, WeChat y una gran cantidad de plataformas de video chinas, incluidas Haokan, Xigua, Baijiahao, Bilibili, iQIYI, Kuaishou y Youku. Una versión de siete segundos con música de conducción apareció en Douyin, la versión china de TikTok.
“Es evidente que impulsar este tipo de teorías de la conspiración, la desinformación, no suele tener consecuencias negativas para ellos”, dijo Mareike Ohlberg, investigadora principal del Programa de Asia del German Marshall Fund.
En abril, Rusia e Irán abandonaron en gran medida la conspiración de armas biológicas en sus mensajes abiertos.
China, sin embargo, ha continuado.