Trabajadores de salud recibieron la primera dosis de inmunización contra el coronavirus en la campaña de inmunización en India.
Nueva Delhi, 23 de enero (EFE).- Cerca de 1.4 millones de trabajadores de la salud han sido vacunados contra la COVID-19 en la primera semana de campaña de inmunización en la India, una cifra inferior a la prevista debido a los problemas técnicos para citar a voluntarios o la sensación de que lo peor de la pandemia ya ha pasado.
El programa, que se presentó como "la mayor campaña de vacunación contra la covid del mundo", pretende inmunizar a 300 millones de personas en un plazo de seis meses y tres fases, empezando con el personal sanitario, siguiendo con trabajadores de primera línea y, a continuación, mayores de 50 años o adultos con patologías previas.
Unos 347 mil trabajadores sanitarios recibieron la primera dosis de inmunización contra el coronavirus en las últimas 24 horas, elevando el total a un millón 390 mil 592, según informaron las autoridades indias, un dato diario que, aunque en aumento, resulta inferior aún a lo esperado.
Esta disminución se debe, en gran parte, al inadecuado funcionamiento de la aplicación Co-Win, una plataforma digital desarrollada para gestionar este ambicioso plan de vacunación que facilita información para enviar mensajes a los trabajadores sanitarios para saber cuándo y dónde recibirán la vacuna.
De hecho, el pasado jueves, el estado occidental indio de Maharastra tuvo que suspender durante dos días la ronda de vacunas debido a los "problemas técnicos de la aplicación Co-Win", informó la Corporación Municipal de Bombay en su cuenta oficial de Twitter.
COVAXIN Y COVISHIELD
La campaña de vacunación, que arrancó el pasado sábado, generó cierta desconfianza por el uso de Covaxin, la fórmula que ha desarrollado el laboratorio indio Bharat Biotech junto al Consejo Indio de Investigación Médica (ICMR), ya que todavía se encuentra en fase de prueba y su nivel de efectividad no ha sido testado.
Una percepción que ha empezado a cambiar, con análisis recientes como el publicado esta semana por la revista científica británica The Lancet, que subrayó que los resultados de Covaxin muestran una respuesta inmunológica positiva, similar a otras vacunas inactivadas para detener la expansión del SARS-CoV-2.
Además, también se están inyectando dosis de Covishield, el antídoto que han desarrollado la Universidad de Oxford y el laboratorio británico AstraZeneca, que se fabrica en la India en el Instituto Serum, el mayor productor de vacunas del mundo.
El doctor Pawan Kumar Singh, que coordina la campaña de vacunación con Covaxin en el hospital de Rohtak, en el estado norteño de Haryana, explicó a Efe que tras la presentación de los estudios ya no hay desconfianza hacia esta vacuna y achacó a otros factores la "respuesta bastante pobre" durante la primera semana.
"Recientemente se han publicado informes sobre Covaxin, por lo que (su) eficacia ya no es una preocupación. Ahora el motivo que da la mayoría (para no vacunarse) es que ya tienen anticuerpos (tras infecciones previas) o que no hay casos (de coronavirus) hoy en día" en la India, afirmó Singh.
Si bien la India sigue siendo la segunda nación más afectada por la pandemia, con más de 10.6 millones de casos y 153 mil 184 muertes -152 en las últimas 24 horas-, la propagación del virus se encuentra por debajo de los 20 mil casos diarios desde hace semanas, muy lejos de los casi 100 mil diarios en el pico de la pandemia en septiembre.
De hecho, este país de mil 350 millones de habitantes sostiene una alta tasa de recuperación que se sitúa en casi un 97 por ciento de los casos positivos, una de las más altas del mundo.
A esta confianza creciente deberán enfrentarse las autoridades sanitarias cuando aumente el grupo de población que se podrá beneficiar de la vacuna, además de al bombardeo constante de mensajes contra la inmunización en las redes sociales.