El elemento más definitorio de la última película de Nolan es el concepto de inversión temporal que permite a algunos personajes de la cinta avanzar en el tiempo en sentido contrario al normal.
Madrid, 26 de diciembre (Europa Press).- Como si del guión de Origen se tratase, la compleja mente de Christopher Nolan está dividida en capas y más capas de genialidad. Así lo ha demostrado a lo largo de su filmografía, cuyo último éxito es la enrevesada Tenet. Una idea que ya rondaba la mente del cineasta desde el 2000, ya que incluyó un guiño de su último éxito en Memento.
El elemento más definitorio de la última película de Nolan es el concepto de inversión temporal que permite a algunos personajes de la cinta avanzar en el tiempo en sentido contrario al normal. Una idea con la que ya experimentó en la narrativa de Memento, en la que el espectador iba descubriendo la historia del protagonista en orden inverso.
"Tenía solo la idea de una bala que salía de la pared y entraba en el cañón de una pistola. Es una imagen que ya tenía en Memento", explica el director en una entrevista con Complex.com.
De hecho, fue la primera escena de la cinta protagonizada por Guy Pearce, en la que una bala parte de una pared para atravesar un cráneo y volver a la pistola en la que fue disparada, la que supuso el germen que dos décadas después se convertiría en Tenet.
Servía para explicar la estructura de la película, pero siempre albergué la ambición de hacer una película en la que los personajes tuvieran que lidiar con la realidad física de ese fenómeno", añade Nolan refiriéndose al thriller protagonizado por John David Washington y Robert Pattinson.
DE MEMENTO A TENET CON LOS VIAJES EN EL TIEMPO
Memento fue una de las primeras muestras de la obsesión de Nolan por la narrativa no lineal, contando la historia del protagonista -un hombre con pérdida de memoria a corto plazo, incapaz de crear nuevos recuerdos, que busca al asesino de su esposa- desde dos puntos en el tiempo, una avanzando y otra contando la película hacia atrás.
Tenet lleva ese recurso narrativo al extremo, trasladándose al mundo real, donde unos espías tratan de detener el Armagedón utilizando una tecnología puntera que permite el retroceso en el tiempo.
Un thriller en el que, según el propio Nolan se diferencian "cosas que ha probado en sus trabajos pasados, secuencias de acción y formas particulares de filmar, pero de una forma diferente".