La organización civil llegó a localizar la venta de especies amenazadas como el tiburón zorro, sedoso, puntas negras o, incluso, el tiburón martillo que fue determinado en peligro de extinción por la IUCN.
El 28 por ciento de las muestras eran mero, robalo, esmedregal y merluza, en lugar de bacalao; además el 6 por ciento corresponde a especies acuícolas como la tilapia, que no sólo no son el producto que se esperaba comprar, sino que tiene un precio mucho menor.
Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).- Las ventas de bacalao aumentan en la temporada decembrina, sin embargo, tres de cada 10 veces que un comercio de la Ciudad de México vende este tipo de pescado es, en realidad, otra especie de menor precio que, incluso, se ven amenazadas o en peligro de extinción.
El informe "Gato X Liebre" de 2019, de la organización civil Oceana México, reveló que el 31.5 por ciento de las porciones de bacalao que se vendieron en 133 pescaderías, restaurantes y supermercados de la ciudad son otras especies y, en el 66 por ciento de los casos en que hay sustitución, los animales más vendidos son rayas o tiburones.
Las especies amenazadas más comercializadas son el tiburón zorro, sedoso, puntas negras o tiburón martillo. En el caso del último la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) ya lo determinó como especie en peligro de extinción.
“La falta de una norma de trazabilidad ha permitido que se desconozca el origen de los pescados y mariscos que se comercializan. Esto no solo constituye un fraude que afecta la economía de los mexicanos, también impacta en la salud de los mares”, señaló Mariana Aziz, directora de campañas de transparencia en Oceana.
Además, el informe reveló que el 28 por ciento de las muestras con sustitución son de peces de escamas marinas como lo son el mero, robalo, esmedregal y merluza; y que el 6 por ciento corresponde a especies acuícolas como la tilapia.
Las pescaderías fueron los principales puntos de distribución en donde se sustituyó bacalao, con un 55 por ciento del total; de cerca, les siguieron los restaurantes, con el 40 por ciento; y, finalmente, los supermercados, con el 4.5 por ciento.
“El objetivo de esta investigación es identificar el grado de sustitución en el bacalao y conocer las especies que lo sustituyen, pues esta práctica tiene repercusiones económicas para el consumidor y la salud de los mares, ya que los tiburones son especies de gran importancia para mantener el equilibrio de los océanos”, explicó Aziz.
Oceana descubrió que en algunos puntos de venta hubo fraude respecto al precio de venta, llegando a ofrecer bacalao en 220 pesos por kilo, pero daba a sus clientes tilapia, que tiene un precio regular de 85 pesos el kilo. Otro ejemplo fue un establecimiento que supuestamente vendía bacalao en 290 pesos por kilo, pero se trataba de raya, que cuesta 80 pesos.
Oceana propuso al Gobierno de México establecer reglas para el etiquetado, para que las personas consumidoras puedan conocer el origen del producto marino; diseñar una norma obligatoria de trazabilidad de pescados y mariscos para su rastreo desde la captura hasta su compra.