Bajo la dirección de George C. Wolfe (Nights in Rodanthe, 2008) y con Denzel Washington entre sus productores, esta película, que desembarcará el próximo viernes en Netflix, se centra en una explosiva e incandescente sesión de grabación en la década de 1920 de Ma Rainey (Davis), una pionera cantante conocida como "la madre del blues".
Por David Villafranca
Los Ángeles (EU), 14de diciembre (EFE).– Ma Rainey's Black Bottom no solo es una de las grandes apuestas de Netflix para la temporada de premios en Hollywood sino que también supuso el último y espléndido papel de Chadwick Boseman, un punto que su compañera de reparto Viola Davis quiso ensalzar en una entrevista con Efe.
"El legado de Chadwick Boseman es el arte puro y transformador", aseguró la ganadora de la estatuilla a la mejor actriz de reparto por Fences (2016) sobre la estrella de Black Panther (2018), que murió el pasado agosto a los 43 años debido a un cáncer.
Como ya probó con Fences, Davis (Saint Matthews, EU, 1965) protagoniza con Ma Rainey's Black Bottom una adaptación de una obra del emblemático dramaturgo afroamericano August Wilson (1945-2005).
Bajo la dirección de George C. Wolfe (Nights in Rodanthe, 2008) y con Denzel Washington entre sus productores, esta película, que desembarcará el próximo viernes en Netflix, se centra en una explosiva e incandescente sesión de grabación en la década de 1920 de Ma Rainey (Davis), una pionera cantante conocida como "la madre del blues".
Con un aire claramente teatral y fiando gran parte de sus bazas al talento desbordante de Davis y Boseman (ambos suenan ya con mucho peso en la carrera a los Óscar), la película explora el racismo perenne de la sociedad estadounidense y lo conecta con la enorme y paradójica influencia que tuvieron los artistas afroamericanos en el desarrollo de la música popular en el siglo XX.
Pregunta: Con Ma Rainey tuvo que afrontar un enorme reto de interpretación. ¿Qué hizo que fuera una figura tan singular y poderosa en la historia de la música?
Respuesta: La honestidad, la transparencia, la atrevida y sin concesiones naturaleza de su mérito y valor. Fue probablemente una de las primeras emprendedoras en ese sentido.
Eso es lo que la hizo una figura impresionante. No tenía remordimientos sobre la sexualidad, sobre su voz, y sobre la gente en su vida a la que amaba y por la que luchaba.
Así que, sí, su talento auténtico y su irredenta naturaleza la convirtieron en una figura titánica.
P: La película se ambienta hace unos cien años y la obra teatral se presentó hace unos 40 años, pero esta historia toca temas de gran relevancia actual. ¿Cómo habla esta cinta del racismo y la discriminación en los Estados Unidos de la actualidad?
R: Lo que sucede con el racismo, y con la estructura estadounidense del racismo, es que es atemporal. Ha evolucionado hasta tal punto que nunca puedes decir que está en el pasado.
Con 400 años de racismo sistemático lo que pasa es que se hace mestástasis, se filtra. Penetra en tus mentes, en tus percepciones: penetra en tu corazón.
Creo que una de las cosas que es muy hermosa sobre lo que hace August es que no solo te da una lección de historia con cada obra (...) sino que también llegas a pasar tiempo con personas negras que se ven afectadas por su tiempo. Realmente llegas a conectar con ellos, con sus sueños, con su dolor, con su humor.
Y en ese sentido, sus obras teatrales son eternas, simplemente lo son.
P: Chadwick Boseman está brillante en esta película, pero este fue tristemente su último papel. ¿Cómo refleja esta cinta su legado?
R: Con el hecho de que es un gran trabajo. Ese es el legado de Chadwick Boseman, el legado que dejó para el público.
Ciertamente, si hablas con su mujer, con sus padres, con sus hermanos, con la gente de su vida personal, tendrás una historia completamente diferente que no lo involucra como actor.
Pero lo que le dio al público fue un legado de trabajo excelente, un legado de trabajo que es arte puro y transformador, no simplemente entretenimiento. Eso es lo que le encantaba: es un legado de excelencia.