El Real Madrid mostró su mejor imagen de la temporada en el momento adecuado. Fue un equipo solvente, estable los noventa minutos y autoritario. Superior al Borussia Monchengladbach que pudo llevarse una goleada mayúscula. Sin embargo, solo encajó dos cabezazos atinados de Karim Benzema en la primera mitad.
Por Roberto Morales
Madrid, 9 dic (EFE).- Un doblete de Karim Benzema premió la mejoría del Real Madrid en su mejor partido de la temporada, con imagen imponente en un duelo que encaró como una final ante el Borussia Mönchengladbach, con exhibición de Lucas Vázquez como lateral y la pareja Kroos-Modric al mando, que dio el primer puesto de grupo tras un camino repleto de turbulencias.
No era el Bernabéu. No había opción de ejercer miedo escénico por la ausencia de público, pero el Real Madrid recuperó su versión de las grandes noches europeas. El descrédito de caer a la Liga Europa o no superar por primera vez la fase de grupos habría desatado un huracán en el que era mejor no pensar. Todos optaron por ser positivos y lo demostraron a base de actitud en el césped.
En la primera parte el mensaje del equipo que responde en las grandes citas, estaba lanzado. Dos testarazos de Benzema el día que se convertía en el extranjero con más partidos en la historia del club. Disfrazado de Santillana mandando a la red centros medidos de Lucas Vázquez, renacido, y Rodrygo, en la competición en la que siempre brilla. El Real Madrid salía del apuro y, después de todo lo vivido en la montaña rusa de un grupo de frenopático, tenía en su mano el primer puesto para optar a un cruce benévolo en octavos.
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Zidane supera el momento más crítico como técnico madridista. Su futuro estaba en al aire en caso de batacazo histórico y sale reforzado con dos triunfos que cambian el paso, ante el Sevilla y un Borussia Mönchengladbach que fue inferior ante la máxima concentración del Real Madrid. El técnico cumple la palabra a sus jugadores. Todos son importantes. Dio la titularidad a Vinicius y Rodrygo en una cita trascendental. Hace poco sin minutos ambos por su rendimiento. Como Lucas Vázquez, sin protagonismo en el inicio del curso, ahora clave, y de lateral, en su décimo partido consecutivo. Pocas veces brilló tanto.
De su bota derecha con un centro templado medido se rompió el partido. La salida con intensidad exhibió a un Modric celestial con el balón. En una de esas actuaciones para el recuerdo, donde el fútbol se impone al tiempo que pasa sin detenerse para todos. El testarazo de Benzema ponía todo de cara a los nueve minutos pero la amenaza a las pérdidas llegaba con la velocidad del equipo alemán. Casemiro impreciso en varias acciones lo puso en peligro. Courtois se quitaba de encima un disparo seco de Thuram.
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Era un problema que debía solucionar el Real Madrid. Le costó caro ante el Shakhtar y el Gladbach exhibe una velocidad similar tras robo. Pero Plea perdonó. Mano a mano ante Courtois que ganó la partida por su rápida salida y su envergadura. El balón picado no encontró puerta y el castigo al error lo ejecutó Benzema. Otra vez de cabeza. Otra vez a un centro con música. En esta ocasión la rosca de Rodrygo que dejó a los defensas rivales con la vista en el balón y a Karim libre para firmar su doblete.
Pudo ser triplete, tras centro lateral de Kroos a balón parado. Y también la exhibición de Modric pudo tener el premio del gol pero el colegiado lo anuló. Había puesto el balón en la escuadra y la posición previa de Varane evitó una sentencia temprana. No había espacio para el apuro en esta ocasión.
Un Real Madrid fino con balón, con movimiento al espacio y calidad en la posesión. Gobernó también el segundo acto cuando los postes evitaron la goleada. Benzema mereció el tercero. Se topó con Sommer en un nuevo cabezazo tras acción de un Rodrygo inspirado y el travesaño repelió otro disparo posterior cuando el portero del Borussia Mönchengladbach se había lucido a un remate de Ramos.
Con el capitán regresó la jerarquía y cuando hubo algún despiste, como el de Mendy en inicio de jugada, Plea perdonó. Un día sin apuros que mostró que cuando los madridistas aplican la intensidad necesaria, aún tienen mimbres para pelear por títulos grandes. Sommer se empleó a fondo a un zurdazo a la escuadra de Kroos y vio como el palo no premiaba el derroche de Lucas. El Real Madrid curó heridas y firmó el liderato de grupo. Al Gladbach le sirvió el empate del Inter y Shakhtar para lograr el primer pase a octavos de su historia.