Fue hallado en septiembre por parte de un equipo de astrónomos cuando se encontraban buscando asteroides, y faltaba confirmar su identidad.
Por Rafa Aranda
Ciudad de México, 7 de diciembre (AS).- El pasado 17 de septiembre fue avistado por primera vez un objeto extraño que se dirigía a la Tierra para adentrarse en nuestra órbita. Sin embargo, estaba demasiado lejos para poder confirmar de qué se trataba. Entonces se pensó en un cuerpo rocoso que pasase a ser una miniluna temporal, o bien una segunda teoría de que pudiera ser un cohete del pasado.
Tras varias investigaciones durante estos dos últimos meses, el pasado 1 de diciembre tuvo su acercamiento más cercano a la Tierra, y gracias a eso pudieron confirmar la segunda teoría, que es un cohete propulsor Centaur de 1966 lanzado a la Luna entonces, y que ahora ha vuelto a la órbita terrestre.
El cohete, bautizado como 2020 SO, ha sido finalmente identificado gracias a los datos del telescopio infrarrojo IRTF en Hawái y del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) en el Laboratorio de Propulsión a Reacción (JPL) de la NASA.
Scientists confirm Near-Earth Object 2020 SO is, in fact, a 1960’s-Era Centaur rocket booster using orbit analysis from the Center for Near-Earth Object Studies @NASAJPL and new data from @NASA’s Infrared Telescope Facility.
Learn more: https://t.co/P6P7LOdQcx pic.twitter.com/dECQlxuASa
— NASA Asteroid Watch (@AsteroidWatch) December 2, 2020
LA HISTORIA DEL COHETE CENTAUR
Hace 54 años, el 20 de septiembre de 1966, el cohete propulsor de la etapa superior Centaur y de la misión Surveyor 2 de la NASA fue lanzado a la Luna para reconocer su superficie antes de las misiones Apolo. Sin embargo, este propulsor, uno de los utilizados por la nave, no se encendió, justo un día después del lanzamiento, lo que provocó que la nave empezara a girar sin control y acabara estrellándose en la Luna.
El cohete desapareció en una órbita desconocida alrededor del Sol. Pero Paul Chodas, director del CNEOS, comparó los datos obtenidos hace casi dos meses con las misiones realizadas por la NASA y estableció la teoría de que ese cohete misterioso que se quedó en paradero desconocido estaba volviendo. No era un asteroide, era basura espacial.
Como se ha dicho, al estar todavía demasiado lejos era muy difícil precisar con certeza si era ese cohete o no, estimando que desde octubre hasta el próximo mes de mayo de 2021 estaría orbitando y habría tiempo para analizarlo en profundidad. Algo que finalmente ha ocurrido.
LA NUEVA INVESTIGACIÓN QUE HA RESULTADO DEFINITIVA
Vishnu Reddy, científico planetario de la Universidad de Arizona, decidió emplear junto a su equipo el telescopio IRTF, para comparar la composición del 2020 SO con acero inoxidable 301, material utilizado para los cohetes Centaur de 1960. Al haber ciertas similitudes, observaron que no estaban teniendo en cuenta el clima espacial, por lo que comenzaron una investigación adicional.
“Debido a la velocidad extrema a la que los propulsores Centaur en órbita terrestre viajan por el cielo, sabíamos que sería extremadamente difícil fijar el IRTF el tiempo suficiente para obtener un conjunto de datos sólido y confiable”, explica Reddy.
In 1966 @NASA launched Surveyor 2 to the Moon. Over 50 years later, #PlanetaryDefense experts at @PanSTARRS1 and @NASAJPL detected what could be the upper stage of the rocket that carried Surveyor 2 off our planet: Learn more about this temporary visitor: https://t.co/zVV9P0rXyK pic.twitter.com/oAmEnbFcKd
— NASA Asteroid Watch (@AsteroidWatch) November 12, 2020
El 1 de diciembre, día que el 2020 SO hizo su mayor acercamiento, lo compararon con un cohete propulsor Centaur D de 1971, y las coincidencias eran lo suficientemente consistentes para concluir que se trataba del cohete de 1966. Ahora seguirá en nuestra órbita, en una región del espacio denominada “Esfera de colina”, a unos 1.5 millones de kilómetros desde la Tierra, hasta marzo de 2021, cuando se irá a la órbita del Sol.