El funcionario rechazó que Guatemala este "haciendo el trabajo sucio" para detener a los migrantes. "Nuestro trabajo es salvar vidas porque, desde el momento que migran, sus vidas están en peligro y más en medio de una pandemia con controles y restricciones que son importantes".
Por Juan Manuel Blanco
Tapachula (México), 4 de octubre (EFE).- México mostró este domingo que puede vigilar por tierra y por aire, mediante drones, su frontera sur ante la posible llegada de migrantes hondureños que en las últimas horas han quedado divididos tras deshacerse la caravana de unos dos mil integrantes que procedía de Honduras.
El sábado, según autoridades de Guatemala, la gran mayoría de los migrantes hondureños decidieron retornar a su país, pero otros continuaron de manera individual su travesía rumbo a Estados Unidos.
Este domingo, durante un recorrido por la ribera del río Suchiate y en el puente internacional Rodolfo Robles, el comisionado de Instituto Nacional de Migración (Inami), Francisco Garduño, dijo que la frontera está vigilada con drones, que sobrevuelan los nuevos caminos que los traficantes de personas descubren o transitan.
Además, dijo que se mantiene la presencia de efectivos de la Guardia Nacional, de la Marina Armada de México y de decenas de agentes de migración que mantienen restricción a los guatemaltecos que no llevan consigo documentos para ingresar al país.
En este sentido, Garduño señaló que los agentes de migración "estarán el tiempo suficiente para mantener la contención de migrantes que viajan en caravana".
Sobre la llegada de migrantes hondureños, el funcionario señaló que vienen en camino, "pero todavía no ha entrado a territorio mexicano" y en caso de llegar verán si les darán facilidades ya que México siempre ha permitido el ingreso de migrantes "siempre y cuando sea de manera ordena, segura y regular".
Además, explicó que en los últimos días han asegurado a 235 migrantes que han ingresado de manera irregular.
Durante este fin de semana, las autoridades mexicanas han puesto en marcha operativos de contención para evitar el ingreso de personas que cruzan el río Suchiate a través de balsas de Guatemala al estado mexicano de Chiapas.
También se instalaron filtros y retenes migratorios en el tramo carretero Ciudad Hidalgo-Tapachula, para asegurar a los migrantes que viajan en transporte público sin papeles.
CARAVANA DIVIDIDA
Por su parte, Mario Búcaro Flores, embajador de Guatemala en México, informó que la caravana de migrantes que se formó en Honduras está dividida y los pequeños grupos ya fueron retornados a su país.
Dejó en claro que, en caso de darse una nueva caravana de migrantes, Guatemala está listo para trabajar junto con México como países hermanos.
Celebró que Guatemala realizará un despliegue importante para regresar a mas de tres mil 500 hondureños que están de regreso gracias al estado de prevención que decretó el Gobierno guatemalteco.
El funcionario rechazó que Guatemala este "haciendo el trabajo sucio" para detener a los migrantes. "Nuestro trabajo es salvar vidas porque, desde el momento que migran, sus vidas están en peligro y más en medio de una pandemia con controles y restricciones que son importantes".
El embajador de Guatemala hizo un llamado a los migrantes a quedarse en casa "porque no es el momento de migrar porque se está viviendo una de las peores pandemias de la historia y porque las personas deben cuidar a su familia".
El viernes, México inicio el reforzamiento de su frontera sur con el despliegue de cientos de agentes de migración, la Guardia Nacional y las Fuerzas Armadas.
El Inami indicó que los agentes se instalaron en los puntos fronterizos de Ciudad Hidalgo y Tenosique, en los estados de Chiapas y Tabasco.
Un día antes, el mismo ente confirmó que toda persona que utilice sus instalaciones y las áreas de ingreso en el país deberá cumplir con los protocolos de salud ya que los códigos penales federales y de los estados de Chiapas y Tabasco prevén penas de 5 a 10 años de prisión a quien ponga en peligro de contagio la salud de otro.
La migración en México se elevó desde octubre de 2018, cuando caravanas con miles de migrantes centroamericanos comenzaron a ingresar al país para llegar a Estados Unidos.