Tres activistas mexicanos que viven en Nueva York hicieron algo más: tomaron las cenizas de dos compatriotas migrantes que fallecieron de coronavirus en Brooklyn y las llevaron a sus padres en zonas remotas de México.
Por Claudia Torrens
NUEVA YORK (AP) — Repartieron comida de casa en casa. Recaudaron miles de dólares para familias migrantes que se quedaron sin nada en plena pandemia de COVID-19. Acudieron a vigilias de víctimas del virus.
Y esta semana tres activistas mexicanos que viven en Nueva York hicieron algo más: tomaron las cenizas de dos compatriotas migrantes que fallecieron de coronavirus en Brooklyn y las llevaron a sus padres en zonas remotas de México.
Los tres decidieron ayudar así a dos familias en duelo por el fallecimiento de sus hijos en Nueva York, quienes llevaban años enviando remesas para ayudar a sus padres en México.
“Después de todas las pérdidas que hemos tenido queremos regresarlos con la dignidad que merecen”, dijo Lorena Kourousias, una de los tres activistas y directora de Mixteca Organization, un grupo sin ánimo de lucro que ayuda a la comunidad mexicana.
"Queremos acompañar a las familias en este proceso y que no se convierta nuestra comunidad sólo en un número más, un número de pérdidas por COVID, sino realmente denunciar la situación tan complicada que vive la comunidad latina en los Estados Unidos”, agregó Kourousias desde México.
Los activistas -Kourousias, Angelo Cabrera y Juan Carlos Ruiz- tomaron un vuelo con las urnas porque familiares y amigos en Estados Unidos de ambos fallecidos no contaban con autorización para vivir en ese país y si van a México les costará regresar a Nueva York.
Por otro lado, enviar cenizas a México desde Estados Unidos en estos momentos no es fácil ya que muchas familias migrantes han perdido su empleo y los trámites de repatriación y envío por paquetería no son baratos. México eliminó la opción de enviar cenizas por valija diplomática en marzo.
Además, los errores burocráticos por parte de funerarias y funcionarios locales, como por ejemplo equivocaciones de nombres en las actas de defunción, han sido también comunes en plena pandemia y por lo tanto algunos trámites de repatriación no han podido completarse, aseguraron los activistas.
Ruiz es el sacerdote de la iglesia luterana El Buen Pastor en Brooklyn y Cabrera es un investigador en temas migratorios para Baruch College. Los tres activistas, que financiaron el viaje con su propio dinero, llevan años dedicados a ayudar a la comunidad hispana en Nueva York.
Los mexicanos de la ciudad presentaron un alto nivel de defunción debido al COVID-19: según datos del gobierno mexicano, al menos 775 han muerto en la urbe desde inicios de la pandemia.
El Gobierno de México organizó dos vuelos de repatriación de cenizas desde Nueva York en los últimos meses: uno transportó 245 urnas y el otro 81. Ambas repatriaciones se realizaron sin costo para los familiares de los fallecidos.
Muchos mexicanos que trabajan informalmente en restaurantes o en el sector de la construcción se quedaron sin empleo en los últimos meses debido a que la pandemia forzó el cierre de muchos negocios.
Los tres activistas viajaron a México el 25 de septiembre y planean regresar este sábado. Entregaron las cenizas de Claudio Maldonado, de 30 años, a sus padres en Tlapa, Guerrero. Maldonado trabajaba en la cocina de un restaurante y falleció en abril.
También entregaron la urna de Reneé Gordillo a su familia en Oaxaca. Gordillo también trabajaba en un restaurante y murió el mismo mes.
Kourousias explicó que la familia de Claudio, incluidas hermanas pequeñas que ni siquiera lo conocieron, los recibió con comida y un altar para el fallecido decorado con flores.
“Fue una situación bastante dolorosa. Toda esta familia dependía de Claudio. Entonces él se muere y esta familia se queda totalmente desprotegida”, dijo la activista. La familia, agregó, sólo habla la lengua indígena Tu'un Savi.
Ruiz, otro de los activistas, organizó una colecta para juntar dinero para la familia y logró que personas se comprometieran a enviarles algo de dinero mensualmente. El pastor dijo que su viaje es una denuncia al sometimiento que hacen los gobiernos de los trabajadores migrantes.
“No se reconoce la dignidad de la persona. El migrante sí produce, sí es esencial, pero termina siendo invisible”, dijo. “Venimos a denunciar esa situación, esa vulnerabilidad de nuestra gente, pero a la misma vez esa condición endémica de invisibilidad, de injusticia en contra de nuestras comunidades desplazadas”.
El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha calificado a los migrantes mexicanos que trabajan en Estados Unidos como “héroes” debido al alto nivel de remesas que han enviado al país durante la pandemia.
Los expertos habían predicho que a medida que la economía estadounidense se hundía por la pandemia los trabajadores mexicanos enviarían menos dinero a sus familias. Pero las remesas en agosto ascendieron a 3 mil 570 millones de dólares, el segundo nivel más alto registrado en un solo mes.