La directora dio a conocer que tuvo acceso a una gran cantidad de documentos de la propia Eleanor, como sus cartas y cuadernos aún conservados en los archivos, y de hecho "la mayoría de los diálogos" del filme provienen de esas fuentes.
Por Gonzalo Sánchez
Venecia (Italia), 5 de septiembre (EFE).- Desde niña Eleanor Marx creía que la mayor virtud era la verdad. Y con esa idea, la hija pequeña del pensador comunista llevó a cabo sus batallas sociales y feministas durante una vida a menudo tortuosa plasmada en la cinta Miss Marx, que aspira desde hoy al León de Oro de la Mostra de Venecia.
"Es un personaje que me impacto mucho, una mujer que por primera vez en el siglo XIX recurrió al socialismo para abordar la condición femenina, dijo en rueda de prensa la directora Susanna Nicchiarelli.
Miss Marx, competidora en la Selección Oficial del certamen, recupera la figura de la hija menor de Karl Marx, una de las primeras en sumarse a las luchas obreras, en protestar contra el trabajo infantil y reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres.
En su papel se mete la actriz Romola Garai, conocida también por su papel en Suffragette (Las sufragistas, 2015) y que reconoció su "pasión e interés" por las temáticas de género, aunque esta visión personal no sea determinante a la hora de aceptar o no un papel.
Nicchiarelli aseguró que ha tenido acceso a una gran cantidad de documentos de la propia Eleanor, como sus cartas y cuadernos aún conservados en los archivos, y de hecho "la mayoría de los diálogos" provienen de esas fuentes.
El mayor reto, subrayó, fue "entrar en contacto con un personaje real que en esos textos parecía muy cercana a nosotros y moderna".
"El siglo XIX está más cerca de lo que creemos", ha insistido la cineasta, que hace tres años ganó la sección Horizontes de Venecia con "Nico, 1988".
A pesar de esta defensa de las luchas sociales decimonónicas, su retrato, acogido con frialdad en esta atípica Mostra de la pandemia, se centra en el plano personal de aquella mujer, en su relación con Edward Aveling, por quien acabaría suicidándose en 1898 con 43 años.
Se trata de una película desenfadada, a veces a ritmo de punk, en la que se la recuerda por su inteligencia y cultura -fue la primera traductora al inglés de obras como Madame Bovary- y apostando por formas de vida impensables entonces, como convivir sin casarse.
UN MATRIMONIO ROTO POR EL ABORTO
La otra cinta presentada esta sábado en la carrera por el León de Oro fue Pieces of a woman, una auténtica bajada a los infiernos de una pareja que pierde a la hija que espera y que quizá sea la mejor recibida de entre las que ya se vienen proyectado desde el martes.
"Quería hablar del aislamiento que sienten las madres que pierden a sus niños", resumió tras el estreno la guionista de la historia, Káta Weber, que partió de una historia personal.
Pieces of a woman fue rodada por el húngaro Kornél Mundruczó, que triunfó en 2014 en la sección "Una cierta mirada" de Cannes con White Dog, y cuenta con Martin Scorsese como productor.
Martha (Vanessa Kirby) y Sean (Shia LaBeouf), una pareja feliz a punto de ser padres, asisten al derrumbe de sus vidas cuando ella aborta tras un desastroso parto en casa asistido por una obstétrica insegura que después será acusada de negligencia.
Este es el comienzo de una auténtica pesadilla para la pareja, que se despedezará a la hora de afrontar este aborto y en todas las decisiones que deberán tomar, como si donar el cuerpo de la pequeña a la ciencia o si proseguir el juicio contra la partera.
La película arranca con una única secuencia de media hora de infarto, con el parto de la madre.
"Quería comprender el nivel de dolor y efectivamente representar ese dolor de las mujeres con las que he hablado. Y para mi ha sido un deber buscar el sentido de la pérdida de estos niños perdidos que quedan presentes", explicó Kirby, que aclaró que no es madre.
Pero Pieces of a woman esconde mucho más, como las convulsas vidas de la pareja antes de conocerse, que emergerán con el dolor, y el pasado de la familia de ella, marcado por el Holocausto.
Por eso la capacidad de sobrevivir y el desinterés por la venganza serán parte de la genética de la madre tras su pérdida.
UNA FILÍPICA CONTRA LOS YOUTUBERS
En la sección Horizontes, la segunda en importancia de la Mostra y dedicada a las nuevas corrientes, compite Mainstream, un curioso y trepidante largometraje de Gia Coppola, nieta del célebre director de Apocalypse Now (1979) o de la trilogía de El Padrino.
La cinta, llena de alusiones visuales a las redes sociales, cuenta la historia de Frankie (Maya Hawke), una veinteañera sin ambiciones que un día graba a un estrambótico joven por la calle (Andrew Garfield) y decide colgar el video en Youtube.
La grabación inmediatamente se hace viral, lo que llevará a ambos a emprender el ascenso en el mundo de las redes: primer como un entretenimiento pero más pronto que tarde como una forma de vida, lo que les hará obsesionarse y cambiar su actitud en el mundo.
Un frenético viaje a los infiernos de la popularidad y de los "emoji" en el que además deberán afrontar la hipocresía del "sector" y los riesgos de la exposición pública, pagándolo caro.
La cineasta vuelve así a la sección Horizontes de Venecia, en la que ya participó en 2013 con Palo Alto, y lo hace con un objetivo claro: hablar "del nefasto efecto que ejercen sobre la psiqué humana" las redes sociales, apunta en las notas de dirección.
"Me fascina el modo en el que esta nueva forma de conexión genera narcisismo e inseguridad de un modo único y profundo. Ya sea un famoso o un amigo, la mayoría de los usuarios de las redes muestra falsamente su vida", alertó.