Quemarse en la adolescencia duplica el riesgo de desarrollar melanoma a lo largo de la vida, al mismo tiempo que padecer unas 5 quemaduras a lo largo de la vida duplica el riesgo de desarrollo de melanoma.
MADRID, 21 de septiembre (EuropaPress).- No hay bronceado saludable. Es así de sencillo. Por mucho que nos guste la estética de estar morenos, el bronceado supone una agresión sobre la piel, que es el órgano más extenso que tenemos en el cuerpo humano y es nuestra primera barrera de defensa frente a las agresiones externas.
"La toma de radiación ultravioleta siempre va a ser una agresión para la piel y nunca se puede hablar de un bronceado saludable. La melanina es la síntesis de una sustancia que la piel produce para protegerse del daño de la radiación ultravioleta. Así, y cuando excedes el tiempo de exposición, o tu piel es más sensible, la capacidad de síntesis de melanina no es tan rápida y efectiva y es entonces cuando te quemas", explica en una entrevista con Infosalus la jefa del servicio de Dermatología del Hospital Nuestra Señora del Rosario (Madrid), la doctora Ana Álvarez-Vieitez Blanco.
Es más, esta especialista alerta de que las quemaduras son "muy peligrosas" dado que "la piel no tiene Alzheimer" y recordará toda la vida lo que le ha sucedido: "Tus quemaduras desde el nacimiento determinarán un posible envejecimiento prematuro de la piel, así como una mayor predisposición a desarrollar en la edad adulta un cáncer de piel".
La también miembro de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV) alerta además de que las quemaduras en la infancia y en la adolescencia son especialmente importantes y peligrosas.
"Está comprobado científicamente que en la etapa infantil y en la adolescencia es donde más van a influir esas quemaduras porque esa piel es cuando más memoria tiene, y se trata de un perjuicio que pasará factura con el paso de los años. Además, las quemaduras que se puedan producir en esta etapa de la vida determinarán su evolución hacia un mayor envejecimiento o predisposición a padecer cáncer", insiste la experta.
De hecho, la doctora Álvarez-Vieitez remarca que si tomas mucho el sol vas a tener una piel menos luminosa, favorecerás la aparición de manchas solares y de pecas, tendrás más arrugas en el futuro, aparte de que se podrían desarrollar rosácea, cáncer y otra serie de patologías en la piel.
NO TODO EL MUNDO SE PUEDE PONER MORENO
Así, y cuando se produce una quemadura solar, esta dermatóloga cuenta que se produce una respuesta autoinmune en nuestro cuerpo, por la que muchas células inducen a su propia muerte, ante el daño que están recibiendo por el sol.
Al mismo tiempo, la especialista del Hospital Nuestra Señora del Rosario llama la atención sobre el hecho de que genéticamente está determinada la cantidad de melanina que va a sintetizar cada persona, de forma que algunas, hagan lo que hagan, no se pondrán apenas morenas y sí se quemarán más fácilmente, como podría ser el caso de las personas pelirrojas, por ejemplo.
Eso sí, la dermatóloga recuerda que no hay que olvidar que tomar el sol es importante, de cara a sintetizar la vitamina D. "Es importante en dosis bajas y en las horas en las que no hay radiación importante. Nunca entre las 12 y las 16 horas, que es cuando está más fuerte, avisa.
QUÉ PODEMOS HACER
Así, la doctora Álvarez-Vieitez señala que al recibir radiación ultravioleta de forma aguda tenemos la piel un poco más roja e incluso inflamada porque hay una vasodilatación, así como un poco de sensación de picor o de piel más sensible en muchos casos. Ahora bien, si estamos más tiempo del debido y se llega a producir la quemadura, la experta indica que los síntomas no los notaremos en el momento, sino a partir de las 24-48 horas.
"Pueden ser leves, con enrojecimiento, molestias en la piel, o hipersensibilidad, que no requieren de especialista. Eso sí, si ya se producen reacciones más importantes como inflamación, ampollas, o se empiezan a notar síntomas sistémicos que requieren de un cuidado más especial, como son el dolor de cabeza, la fiebre, la fatiga, los escalofríos, los vómitos o incluso las náuseas, es decir, una reacción generalizada, es cuando se debe acudir al especialista para tratarlo de forma especial", agrega.
Con todo ello, y a la hora de cuidar las quemaduras solares, la experta hace especial hincapié en el importantísimo papel de la prevención: "Antes de tratar una agresión a nuestro organismo lo mejor siempre es prevenirla. Entre las 12 y las 16 horas es cuando más intensos están los rayos. Hay que llevar protección solar del 30, como mínimo, pero siempre mejor ponerse del 50; junto a medidas físicas como sombreros, ropa con protección solar, gafas. Además, el protector solar se debe echar 20 minutos antes de la exposición y de forma abundante, renovarlo cada dos horas, e inmediatamente después de un baño".
También habla de la utilidad de los fotoprotectores que pueden tomarse vía oral y que contienen antioxidantes que aumentan las defensas de la piel, aunque siempre bajo prescripción médica. Se pueden tomar un mes antes de la exposición y dejarlos 15 días después de la misma.
Una vez que nos hemos quemado y nos damos cuenta, la dermatóloga aconseja huir del sol, así como renovarse la fotoprotección solar. "Si notas la piel roja y caliente por la vasodilatación e inflamación del tejido cutáneo hay que recurrir a cremas hidratantes, así como al after sun, que a diferencia de las hidratantes, es más beneficioso porque lleva sustancias que disminuyen la inflamación, hidratan, y cuentan con antioxidantes que cuentan con radicales libres que ayudan mucho frente a ese daño solar", resalta.
En cuanto a emplear el aloe vera una vez nos hayamos quemado, la doctora Álvarez-Vieitez ve que se trata de una buena opción, pero siempre que se emplee junto a una buena hidratante, puesto que el aloe vera es efectiva cuando hay una quemadura porque es refrescante y antiinflamatoria, "pero no hidratante", según puntualiza. Además, mantiene que siempre que se compre una crema con aloe vera es mejor que sea de farmacia, no vaya a ser que si estás quemado lleven conservantes o excipientes que sean irritativos para la piel.
En caso de quemadura dice que es necesario también beber más agua, ponerte mucho after sun y renovarlo cada poco, y luego no exponerse al sol en unos cuantos días. Igualmente, recuerda que hay medicamentos que también pueden sensibilizar la piel frente a la luz solar, así como algunas enfermedades que pueden empeorar por culpa de la sobreexposición al sol, como el lupus. En cualquier caso, siempre ante la duda, la doctora aconseja consultarlo con el especialista.
Aquí también la especialista del Hospital Nuestra Señora del Rosario remarca la importancia de no tomar el Sol por atracones, donde también nos podemos quemar, a pesar de que se tome el sol en momentos puntuales y de forma concentrada. "Al melanoma se le llama el 'cáncer del oficinista' porque sucede después de que sea habitual en nuestra vida que nos peguemos un atracón de sol, por ejemplo, donde me quemo, y lo repita varias veces, por lo que a la larga se desarrolla un melanoma", afirma.
Por otro lado, advierte de que se ha visto también que quemarse en la adolescencia duplica el riesgo de desarrollar melanoma a lo largo de la vida, al mismo tiempo que padecer unas 5 quemaduras a lo largo de la vida duplica el riesgo de desarrollo de melanoma.