La censura comenzó tras la aprobación de la nueva ley china de seguridad nacional. Las seis editoriales encargadas de la mayoría de los libros de texto para la materia de Estudios Liberales se sometieron a un programa de revisión por parte de las autoridades educativas, que concluyó con la supresión de conceptos democráticos.
Hong Kong, 20 de agosto (EFE).- Las escuelas de secundaria de Hong Kong comenzarán el próximo curso lectivo con modificaciones en sus libros de texto y la eliminación de contenidos relacionados con la desobediencia civil o el sufragio universal tras la aprobación de la nueva ley china de seguridad nacional, recogen medios locales.
Las seis editoriales encargadas de la mayoría de los libros de texto utilizados en la materia conocida como Estudios Liberales aceptaron recientemente someterse a un programa de revisión por parte de las autoridades educativas locales, que ha concluido con la supresión de conceptos democráticos como la separación de poderes, informa el rotativo South China Morning Post.
La asignatura de Estudios Liberales abarca seis temas, entre los que se incluyen el Hong Kong y la China contemporáneas o la globalización, así como estudios sobre la participación política, el sistema jurídico de la ciudad y la identidad de los residentes.
El ahora desaparecido principio democrático de que los poderes ejecutivo, legislativo y judicial han de funcionar de forma independiente fue objeto de fuertes críticas de los más afines al régimen chino, quienes acusan al sistema educativo hongkonés de alentar a los jóvenes a que se radicalicen y se unan a las protestas contra el gobierno.
Sobre el tema de la desobediencia civil, los nuevos textos hacen hincapié en las consecuencias jurídicas a las que se enfrentarán quienes participen de ella, mientras que desaparece de algunos libros material gráfico que mostraba a manifestantes sosteniendo pancartas o criticando a Pekín.
EL CONCEPTO "IDENTIDAD"
El concepto de "identidad" también ha sufrido cambios: si bien antes los textos se acompañaban de fotografías de carteles con las palabras "Soy un hongkonés" y "Liberad a la comunidad", en las versiones actuales han sido sustituidas por otras.
El año pasado, el Gobierno hongkonés puso en marcha un servicio de "consultoría voluntaria" para revisar los libros de esta materia -que no necesitan ser aprobados por el Ministerio de Educación- con la participación de un equipo de académicos universitarios y profesionales del gremio educativo.
Las escuelas pueden elegir entre las ofertas de las editoriales o usar su propio material para impartir la asignatura, que desde 2009 es obligatoria para los estudiantes de secundaria con el objetivo de "fortalecer su pensamiento crítico, ampliar sus conocimientos generales y concienciar sobre los problemas contemporáneos".
Por su parte, el rotativo oficialista chino Global Times aplaudió hoy los cambios porque "subrayan que los manifestantes van a responder ante la ley si abusan de ella" y porque "fortalecerá la identidad de los estudiantes como honkoneses y chinos".
El periódico destaca el caso de Aristo Educational Press, una editorial que antes proporcionaba "información venenosa" y "pro-secesionista", y que ha accedido a la revisión.
DESACTIVAR CRISIS
En teoría, la nueva ley de seguridad busca desactivar la mayor crisis recientemente vivida en la excolonia británica tras la oleada de protestas del año pasado que, en numerosas ocasiones, acababan en graves incidentes violentos entre policía y manifestantes radicales.
Hasta ahora, su aprobación ha provocado detenciones en el seno del movimiento pro-democrático y la oposición frontal de países como Estados Unidos y de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, además de generar dudas en la Unión Europea.
Abogados y activistas de la ciudad consideran que la ley podría suponer el fin de las libertades de las que gozan los hongkoneses frente al resto de chinos; libertades que deberían mantenerse hasta 2047 si se respetase el compromiso adquirido con el Reino Unido en el tratado para la devolución de la antigua colonia británica, que Pekín ya no considera vigente.