El hallazgo, dado a conocer en 2019, es de gran envergadura, ya que el Ophionereis commutabilis es la primera especie descrita de ofiuro cavernícola endémica del país y la tercera a nivel mundial.
Ciudad de México, 16 de agosto (SinEmbargo).- Investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) descubrieron especímenes de ofiuros cavernícolas de mayor tamaño y extremidades más largas, así como pigmentación peculiar en la cueva "El Aerolito", en Cozumel, informa Gaceta UNAM.
En un estudio conjunto con científicos de la Universidad de Quintana Roo, los expertos de la UNAM identificaron las características distintivas de los ejemplares de Ophionereis commutabilis hallados en la cueva y detectaron evidencia que apoya la afirmación de que podría tratarse de una especie endémica de la cueva.
Los ofiuros pertenecen a la familia de los equinodermos, al igual que los erizos, pepinos y estrellas de mar. Su nombre viene del griego ophis, que significa "serpiente" y que remite al peculiar movimiento de sus brazos para capturar a sus presas.
#BoletínUNAM Un estudio inédito, en el que participan #ExpertosUNAM, documenta rasgos de especie marina endémica en la cueva “El Aerolito”, en Cozumel > https://t.co/53nPlWA0Sv#SigueCuidándote pic.twitter.com/8mILAwnZj5
— UNAM (@UNAM_MX) August 16, 2020
El hallazgo, dado a conocer en 2019, es de gran envergadura, ya que el Ophionereis commutabilis es la primera especie descrita de ofiuro cavernícola endémica del país y la tercera a nivel mundial.
La temperatura, ausencia de luz, escasez de alimento y bajas cantidades de oxígeno caracterizan la vida cavernícola, explica el investigador Francisco Márquez, quien participó en el estudio, publicado en el Journal Subterranean Biology, a Gaceta UNAM.
"El rasgo más notorio es la longitud de los brazos y de los pies ambulacrales, así como el sistema de fotorreceptores o receptores de luz y la pigmentación peculiar, con colores opacos como gris o blanco, probablemente resultado del ambiente donde residen, con luz casi nula", destacó Solís Marín.
Debido a la falta de estudios sobre la adaptación a la vida cavernícola, el objetivo de este trabajo fue el análisis y comparación de los rasgos troglomórficos del O. commutabilis y O. reticulata.
"El troglomorfismo es una adaptación a la vida cavernícola y se ha investigado principalmente en artrópodos y vertebrados de cuevas acuáticas y terrestres. No se había analizado en equinodermos exclusivos de cuevas, sólo teníamos suposiciones de su apariencia", explicó el universitario.
Por otro lado, el hábitat de esta nueva especie podría verse alterado con el desarrollo de complejos turísticos, ya que éstos utilizan fertilizantes que permean hasta la cueva marina, alertó el investigador.
"Dar a conocer los resultados de este trabajo es un logro para el Instituto y para la Universidad de la nación; es la primera vez que se tiene evidencia de las adaptaciones de estos organismos acuáticos en cuevas, que se alimentan de tapetes microbianos", señaló.
En la misma cueva también se encontraron dos nuevas especies de estrellas de mar. "Es un laboratorio natural, donde viven muchas más especies endémicas que no han sido descritas".