Los seis filmes demuestran que la factoría tiene una mirada diversa, en la que el canto a lo cotidiano, a las tradiciones de la mitología o a los apacibles melodramas pueden tener complejas capas que han enriquecido, si cabe más, a un estudio único.
Madrid, 14 de junio (EuropaPress).- Si hay un estudio de animación que ha hecho historia en el cine, ese es Studio Ghibli. La filosofía artesanal de la factoría japonesa, basada en su vocación a favor de proteger el medio ambiente, a transmitir un mensaje antibelicista en sus títulos, a reivindicar el protagonismo de los personajes femeninos y de su fuerza interior, como también de combinar fantasía con leyendas y mitos propios del folclore nipón, han hecho del estudio fundado por Hayao Miyazaki e Isao Takahata uno de los más excepcionales del mundo.
Son muchos los cinéfilos los que alaban la producción de ambos cineastas. El primero hizo historia al obtener el Oso de Oro de Berlín y el Óscar por El viaje de Chihiro y tiene tras sus espaldas títulos imprescindibles del séptimo arte, como Mi vecino Totoro, Nicky, la aprendiz de bruja, Porco Rosso, La princesa Mononoke o El castillo ambulante.
Mientras que el segundo, con una mirada más costumbrista y una sagaz visión sobre la melancolía de la infancia, es recordado por títulos previos a Ghibli como las series Heidi, Marco y Ana de las Tejas Verdes. Dentro ya del estudio, películas suyas como La tumba de las luciérnagas o la candidata al Óscar El cuento de la princesa Kaguya (su último largometraje antes de su muerte) se han convertido en imprescindibles de la factoría.
Pero ahora toca mirar a aquellas joyas que, debido a la (merecida) fama de la filmografía de Miyazaki han quedado a la sombra. Títulos también imprescindibles, que demuestran que la factoría tiene una mirada diversa, en la que el canto a lo cotidiano, a las tradiciones de la mitología o a los apacibles melodramas pueden tener complejas capas que han enriquecido, si cabe más, a un estudio único. Por ello, aquí van cinco largometrajes desconocidos de Ghibli que merecen un buen visionado.
RECUERDOS DEL AYER (1991)
Aunque Takahata sea el otro gran fundador del estudio, su filmografía dentro de Ghibli es bastante menos conocida que la de su compañero Miyazaki. Recuerdos del ayer es una obra maestra que es una nostálgica reflexión sobre el paso de la juventud hacia la edad adulta, en la que puede verse las dudas de una protagonista fascinante, cuyos recuerdos de infancia, entremezclado con su presente, ofrecen un delicado drama, digno heredero de las películas de Yasujiro Ozu.
PUEDO ESCUCHAR EL MAR (1993)
Injustamente infravalorada por el fandom, incluso por varios expertos. Puedo escuchar el mar fue el primer trabajo de la factoría en la que ni Miyazaki ni Takahata intervinieron. Realizada para televisión, aunque en otros mercados ha podido verse en cines, este triángulo amoroso encandila gracias a su mirada por lo cotidiano, que demuestra que en las pequeñas historias pueden residir hermosas perlas animadas.
POMPOKO (1994)
Otra película de Isao Takahata, que con Pompoko dio un giro radical a su carrera, demostrando que hasta para la fantasía era un director muy diferente a Miyazaki. Una crónica de una batalla perdida anunciada, en la que se utilizan varios referentes ancestrales de la tradición japonesa. Una epopeya con una mirada humorística sobre la deshumanización de la sociedad a través de los ojos de los tanukis, los icónicos mapaches nipones.
LA COLINA DE LAS AMAPOLAS (2011)
Películas Ghibli famosas no dirigidas por Miyazaki son Susurros del corazón y Arrietty y el mundo de los diminutos. Desafortunadamente, en este podio falta La colina de las amapolas, la consagración de Goro Miyazaki como director dentro de Ghibli. Un elegante melodrama adolescente de época que muestra cómo las consecuencias de guerras de otras décadas pueden llegar a repercutir en el presente y de cómo este no debe intentar olvidar el pasado, cuyo legado es esencial para entender el futuro.
EL RECUERDO DE MARNIE (2014)
Pese a haber sido candidata al Óscar a la Mejor Película de Animación, El recuerdo de Marnie no está entre las películas más recordadas de la factoría. Es una pausada película con una mirada íntima sobre los problemas de la preadolesencia, de cómo los fantasmas del pasado pueden ayudar en una complicada actualidad. Con una magnífica animación, aunque tuvo un menor presupuesto que otros títulos del momento.
LA TORTUGA ROJA (2016)
La tortuga roja es la única coproducción internacional en la que se ha visto envuelto Ghibli. Realmente no es una producción de la factoría, al ser un largometraje realizado en Francia. Pese a ello, es imposible no citarlo por su atrevida apuesta de narrar una historia sin diálogos, una exquisita parábola sobre los ciclos de la vida, en la que la soledad del náufrago acaba convertida en una fascinante historia de amor.