Con una peculiar mezcla de géneros, de la comedia paródica al drama psicológico, Da 5 Bloods reflexiona sobre las secuelas que deja la guerra y, oportunamente por el momento que atraviesa EU, sobre cómo el racismo también empapa los conflictos bélicos.
Por David Villafranca
Los Ángeles (EU), 11 de junio (EFE).– Ha pasado un cuarto de siglo hasta que Delroy Lindo ha podido reunirse con Spike Lee y, ante el estreno de la antirracista y reivindicativa cinta Da 5 Bloods, el actor dijo a Efe que ver a afroamericanos muriendo a manos de los policías casi se ha convertido en "una tradición" en Estados Unidos.
Lindo protagoniza junto a Clarke Peters, Isiah Whitlock Jr. (ambos de The Wire) y Norm Lewis (con una gran trayectoria en Broadway) Da 5 Bloods, película que estrena Netflix mañana viernes sobre el regreso a Vietnam de cuatro veteranos afroamericanos en busca del cadáver de quien fue su líder de escuadrón (Chadwick Boseman).
Con una peculiar mezcla de géneros, de la comedia paródica al drama psicológico, Da 5 Bloods reflexiona sobre las secuelas que deja la guerra y, oportunamente por el momento que atraviesa EU, sobre cómo el racismo también empapa los conflictos bélicos.
Nacido en Londres, hijo de jamaicanos y criado en EU, Lindo, que aquí interpreta a un afroamericano que votó a Donald Trump, habla con voz muy grave y con la misma cautela con la que su personaje esquiva las minas en la jungla: mide mucho lo que dice, calla durante segundos buscando la palabra adecuada, y se corrige a sí mismo si no ha sido totalmente preciso.
Pregunta (P): Trabajó con Spike Lee en Malcolm X (1992), Crooklyn (1994) y Clockers (1995), ¿por qué tardaron tanto en colaborar de nuevo?
Respuesta (R): No tengo ni idea, esa es en realidad una pregunta para Spike y tengo curiosidad porque no lo sé (sonríe).
Pero recibir su llamada fue maravilloso (...). He estado haciendo "The Good Fight" durante cuatro temporadas así que tener la oportunidad de volver a trabajar en una película, especialmente en una dirigida por Spike, fue una bocanada de aire fresco.
P.- ¿Qué hace especial a Lee como cineasta?
R.- No le compararé con otros directores, solo porque cada uno es diferente. Pero puedo decir que Spike está extraordinariamente bien preparado como director. Es realmente claro sobre lo que quiere y cómo quiere afrontarlo (...). Es reflexivo, sus opiniones están muy bien consideradas, son incisivas y lleva todas esas cualidades a su trabajo.
P.- Su rol, Paul, apoya a Trump. ¿Cómo aborda un personaje cuando no tiene una conexión inmediata con lo que es o piensa?
R.- Conforme fui conociendo a Paul, entendí la profundidad de la pérdida y la traición que sufrió: la traición de su país, de volver a EU y ser rechazado por haber estado en Vietnam.
Luego también está la pérdida de mi esposa (habla de su personaje en primera persona), la pérdida de mi hijo dado que nuestra relación no es saludable (...). Mirando a todos estos aspectos de su vida, puedo entender cómo toda esa acumulación se resuelve en una desconexión de él, en una desconexión del país en que nació y, finalmente, en enajenación.
En 2015 llega este individuo (Trump) y dice: "Puedo hacerlo bien, puedo mejorar esto para ti". Y necesito creer eso, necesito ganar después de tantas derrotas (...). Es algo completamente antagónico para mí, pero comprendí y empaticé con su visión para votar del modo en que lo hizo.
P.- Defiende que esta película no es una historia de amistad sino de amor.
R.- Cuando ustedes han pasado juntos ese tipo de horror e infierno y han sobrevivido, hay un vínculo, una conexión que es impresionante, honestamente.
Y uno de los aspectos más positivos de la película fue que todos formamos un vínculo, una conexión como hombres negros, profesionales, como seres humanos en este planeta, que nos permitió luego mostrar eso frente a la cámara. Y eso no pasa siempre. Esta fue una experiencia muy especial para mí creativa y humanamente.
P.- La cinta conecta el racismo del pasado y del presente. ¿Cómo se siente al ver las protestas de estas semanas en EU?
R.- Sí... (se toma unos segundos). Es difícil para mí hablar de cómo me siento porque tengo muchas emociones. Si tuviera que condensarlo, me siento esperanzado. Tengo que sentirme esperanzado, tengo que sentirme optim... Quizá optimista es demasiado fuerte. Tengo que sentirme esperanzado.
Primero, porque soy padre de un hijo afroamericano y tengo que sentir esperanza por él y su generación. Me da optimismo que los jóvenes estén en el frente de la resistencia y el rechazo al statu quo. Y también que es una resistencia muy diversa: las manifestaciones y marchas están llenas de todo tipo de gente.
Si tengo una reserva es que espero que no sea una moda. Al contrario, espero que sea el comienzo de un cambio sustantivo aquí y en todo el mundo. Pero solo el tiempo dirá si es el caso.
Los jóvenes de "Black Lives Matter" están diciendo: "Somos de aquí, nos negamos a ser rechazados, nos negamos a aceptar que seamos menos que un ser humano. Nos negamos, nos negamos, nos negamos".
Para mí ese es un aspecto fundamental: "Somos importantes, podemos contribuir (...). Rechazamos totalmente la noción de que cualquiera pueda violarnos en cualquier momento, sea un policía u otro".
A falta de una palabra mejor, que los policías maten a negros desarmados se ha convertido en una tradición, una costumbre en este país. Y "Black Lives Matter" está rechazando todo eso.