Desigualdades en acceso a internet, pocos recursos al sector de la salud, caída en las exportaciones, en el sector manufacturero: crece el descenso. México enfrenta un 2020 con mayor desigualdad porque su economía no crecerá.
Ciudad de México, 21 de abril (SinEmbargo).- La pandemia de COVID-19 terminó por agravar las "ya débiles perspectivas del comercio exterior de América Latina y el Caribe", estimó la Cepal este martes. La economía mexicana no quedará impune al embate: sus exportaciones caerán 2.2 por ciento, afectando principalmente las que realiza a Estados Unidos; además estimó que el Producto interno Bruto (PIB) caiga un 6.5 por ciento.
"Junto con la marcada caída de los precios del petróleo ya mencionada, el COVID-19 llevará a una contracción del comercio internacional para la región en términos de valor y de volumen, a través de su impacto directo en la región y a través de sus socios comerciales", citó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Debido a que la "Fase 1" del acuerdo entre Estados Unidos y China contempló aumentar sus importaciones de bienes y servicios de los EU por lo menos en 77 mil millones de dólares en 2020, esto podría desplazar las exportaciones latinoamericanas y caribeñas a China de los mismos productos. La estimación de la Cepal fue que el valor de las exportaciones de la región caerán, por lo menos, el 10.7 por ciento. La mayor parte de la reducción del valor de las exportaciones corresponde a la caída de sus precios, estimada en un 8.2 por ciento; además, se espera que el volumen exportado registre una contracción del 2.5 por ciento.
Para México, el valor de las exportaciones caerán por lo menos el 2.2 por ciento durante el años debido a una caída del 7.4 por ciento en el valor de las exportaciones por la caída de sus precios en 5.2 por ciento. México y Chile serían los países que quedarían más expuestos ante la caída de la oferta en China, porque esta nación suministra el 7 por ciento de sus insumos intermedios.
"El valor de las exportaciones de Centroamérica, el Caribe y México registraría una caída menor que el promedio de la región, debido a sus vínculos con los Estados Unidos y su menor exposición a la disminución de los precios de los productos primarios", explicó la organización encabezada por la mexicana Alicia Bárcena.
Las condiciones de oferta y demanda en Estados unidos, producto de la pandemia de coronavirus, impactarán directamente el sector manufacturero mexicano. También por la reducción de estas variables desde la Unión Europea, junto con Chile y Brasil, ya que alrededor del 5 por ciento de su PIB depende del valor añadido de los sectores de servicios y manufacturas en ese mercado.
Las exportaciones regionales a China serían las que más disminuirían en 2020 (-21,7%) Los países más expuestos son la Argentina, el Brasil, Chile y el Perú, los mayores proveedores de esos productos para China de la región. De los insumos manufactureros enviados a Estados Unidos descenderán 7.1 por ciento impactando directamente a México y Costa Rica.
México, al ser un país productor de petróleo, como Venezuela, Ecuador y Colombia, puede resultar como uno de los países más afectados por la caída en los petroprecios debido a que sus costos de producción son más altos que los de muchos otros productores y tienen menor capacidad para soportar un período prolongado de precios bajos.
El COVID-19 afecta a la región a través de cinco canales externos de transmisión: la disminución de la actividad económica de sus principales socios comerciales; la caída de los precios de los productos primarios; la menor demanda de servicios de turismo; la intensificación de la aversión al riesgo y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales; además de la interrupción de las cadenas globales de valor.
El último de los cinco grandes impactos económicos que la Cepal previó sobre la disrupción de las cadenas de suministro, afectará directamente a México, empezando por los proveedores chinos y más tarde por la producción europea y estadounidense. Los sectores manufactureros de México y el Brasil, al ser los más grandes de la región verán mayores golpes generados por el COVID-19.
SECTOR TURÍSTICO
En un escenario con una caída de los ingresos por turismo del 10 por ciento durante 2020, el PIB turístico mexicano caería un 0.3 por ciento, al igual que el de Centroamérica. La región más afectada sería el Caribe, con una baja del 0.8 por ciento y América del Sur con una baja de 0.1 puntos porcentuales.
"En particular, los pequeños estados insulares en desarrollo (PEID) del Caribe pueden ser muy afectados", explicó la Cepal.
En el caso de que los mayores efectos del COVID-19 se muestren durante el segundo trimestre de 2020 y se alarguen las prohibiciones o autorrestricciones de viaje por tres meses, la actividad turística en el Caribe se contraerá un 25 por ciento.
SISTEMAS DE SALUD
"Incluso antes de la difusión del COVID-19, la situación social en América Latina y el Caribe se estaba deteriorando, como muestran el aumento de los índices de pobreza y de extrema pobreza, la persistencia de las desigualdades y el descontento generalizado", afirmó la organización.
Con este contexto, la crisis repercutirá directamente en el sector salud y educativo, el empleo y los niveles de pobreza. En el terreno sanitario, la escasez de mano de obra calificada y de suministros médicos, además de los aumentos en los costos en los insumos develará que la mayoría de los países latinoamericanos no han invertido lo necesario en salud.
Las instalaciones latinoamericanas de salud son "insuficientes para el nivel de demanda previsto y dependen en gran medida de las importaciones de equipamiento e insumos". Al 11 de marzo la Cepal observó, a través de un documento de la revista The Economist, que 24 países del mundo habían restringido las exportaciones de equipo médico, medicamentos o sus ingredientes.
En 2018, solo siete países de América Latina se encontraban por arriba del promedio mundial de camas de hospital por cada mil habitantes. México no está entre ellos, sino en el sitio 21 de de 32 naciones.
CONECTIVIDAD E INTERNET
Las medidas de aislamiento requeridas para detener la propagación de la pandemia de COVID-19 han llevado a un aumento en la necesidad de emplear mecanismos tecnológicos para el trabajo o la educación. "Las tecnologías digitales han disminuido el impacto de la pandemia en algunas profesiones y en la educación, al tiempo que han permitido sostener comunicaciones personales y actividades de entretenimiento en los hogares", describió.
Aunque más del 67 por ciento de las personas en la región usaron internet en 2019 y el uso de la banda ancha ha aumentado marcadamente, "el aumento del uso de las tecnologías digitales puede exacerbar las desigualdades derivadas del distinto acceso a las mismas".
En 2017 más del 80 por ciento de la población estaba conectada a internet móvil en Chile, Brasil, Costa Rica y Uruguay, esa cifra se reduce a poco más del 60 por ciento en México, por debajo de la media internacional.