Luis Felipe Hernández Castillo se encontraba realizando pintas a manera de protesta dentro de las instalaciones del Metro de la Ciudad de México.
Al percatarse de la situación, el oficial Víctor Manuel Miranda se acercó para detener al infractor. Sin embargo, el policía estaba desarmado y sin chaleco anti balas, por lo que Hernández Castillo abrió fuego con el revólver calibre .38 que portaba; Manuel Miranda cayó al piso herido.
Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo).– Hace diez años, Luis Felipe Hernández Castillo se trasladó desde Jalisco hacia el Distrito Federal; en la estación del Metro Balderas abrió fuego contra un oficial y un civil, ambos murieron por los impactos de bala.
El incidente comenzó alrededor de las 17:14 horas. Aproximadamente mil usuarios se encontraban en la estación de la Línea 3 cuando se el agresor abrió fuego contra un elemento de la Policía Bancaria Internacional (PBI).
Luis Felipe Hernández Castillo se encontraba realizando pintas a manera de protesta dentro de las instalaciones del Metro de la Ciudad de México.
Al percatarse de la situación, el oficial Víctor Manuel Miranda se acercó para detener al infractor. Sin embargo, el policía estaba desarmado y sin chaleco anti balas, por lo que Hernández Castillo abrió fuego con el revólver calibre .38 que portaba; Manuel Miranda cayó al piso herido.
El agresor en todo momento decía a los usuarios del convoy que el ataque no era contra ellos, sino contra el gobierno “ordenado por Dios”.
Posteriormente, Hernández Castillo obligó a los usuarios a rezar, mientras lanzaba consignas contra el Gobierno mexicano como que “este era un gobierno de rateros” o que “el Estado mexicano tenía muerta de hambre a la gente” entre otras.
Un civil trató de impedir que la agresión continuara; Esteban Cervantes Barrera, un albañil de 58 años trató de desarmar al victimario; forcejearon y falló, pues se resbaló en varias ocasiones, lo que le permitió al atacante dispararle en diversas ocasiones hasta que una bala en el pecho acabó con la vida del albañil.
Al lugar arribó un grupo de la entonces existente Policía Judicial del Distrito Federal (PJ-DF) con quienes el atacante les disparó en al menos tres veces.
Durante el enfrentamiento, Hernández Castillo fue lesionado con un rozón de bala en el hombro derecho; entró al vagón para llenar el tambor de su revólver.
Finalmente, fue sometido por los elementos de la Policía Judicial; varios pasajeros lo golpearon. Hernández Castillo fue trasladado al nosocomio “Rubén Leñero” en calidad de detenido.
Posteriormente, fue dado de alta del hospital y trasladado a la Agencia 50 del Ministerio Público. Miguel Ángel Mancera, el entonces Procurador del Distrito Federal encabezó el interrogatorio al “Asesino del Metro Balderas”.
De acuerdo con las declaraciones de Mancera, el agresor refirió que sus acciones eran de protesta para alertar sobre el calentamiento global y la hambruna.
Además, Hernández Castillo dijo que no tenía ningún arrepentimiento por sus acciones, pues consideró que el acercamiento del policía fue un acto de agresión; también reveló que había hecho pintas en otras partes de la ciudad.
Durante las declaraciones emitidas por el agresor, éste se contradecía o era incoherente pues pese a que sus múltiples discursos eran cuestiones que afectaban a la población mundial, éstos eran diferentes pues iban desde los malos gobiernos, al deterioro del planeta o los peligros de la hambruna.
En más de una ocasión, “El Asesino del Metro Balderas” se erigía como un mensajero, pues siempre citó a la biblia como inspiración de su lucha.
Hernández Castillo fue diagnosticado por la Secretaría de Salud con “trastorno de ideas delirantes”, una patología mental que se caracteriza por hacer que quien la padezca sea incapaz de comprender o tener ideas anormales.
Luis Felipe Hernández Castillo fue condenado a 151 años de prisión y ocho meses, además de recibir una sanción económica como reparación del daño de las dos personas asesinadas durante el ataque.
Una jueza 56 de lo penal fue quien determinó la sentencia de Hernández Castillo por los delitos de homicidio agravado y tentativa de homicidio.