Este partido es el primero de los tres clásicos que se vienen en los siguientes dos meses: el 1 y 22 de octubre se verán las caras en las semifinales de la Copa Libertadores.
Ciudad de México, 1 de septiembre (LaOpinión).– Fue el pasado mes de noviembre cuando el día que se jugaría el partido de vuelta de la histórica final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors; el encuentro iniciaría con un global de 2-2; sin embargo minutos antes del encuentro sucedió la catástrofe: el autobús del equipo Xeneize fue apedreado por vándalos vestidos de hinchas.
Este domingo, justo a 251 días de aquel vergonzoso momento, Boca Juniors volverá al Monumental; pero ahora lo harán en medio de un multitudinario operativo de seguridad y abordo de un autobús blindado.
Es un transporte antivandálico con doble vidrio y con una lámina de espesor muy gruesa que puede soportar el lanzamiento de piedras protegiendo a los pasajeros.Los vidrios blindados fueron puestos a prueba y soportaron el golpe de una maza.
Además la Policía de la Ciudad estará a cargo de los tres anillos dispuestos para controlar los accesos al estadio Monumental. Así, se buscará generar una mejor coordinación y comunicación con una sola cadena de mando para actuar, algo que falló en noviembre pasado, debido a que la Policía Federal, Prefectura y Gendarmería participaron del operativo.
Este partido es el primero de los tres clásicos que se vienen en los siguientes dos meses: el 1 y 22 de octubre se verán las caras en las semifinales de la Copa Libertadores.