Las mamás siempre tuvieron la razón: los alimentos calientes durante el verano ayudan a enfriarnos

26/07/2019 - 12:05 am

Por otra parte, el doctor José María Ordovás ha puesto de relieve que no se debe olvidar que los sólidos también hidratan. En este sentido, ha recomendado tomar frutas y verduras como fresas, pepino, calabacín, apio, lechuga, melón o sandía.

Madrid, 26 de julio (Europa Press).- Consumir alimentos calientes y picantes en verano es más benéfico para el organismo a largo plazo, ya que al ingerirlos el organismo transmite señales al cerebro enfriando el cuerpo, según ha destacado el doctor José María Ordovás, de la Fundación Gadea, con el objetivo de concienciar sobre la "importancia" de mantener una correcta alimentación durante el verano y desmontar algunos mitos.

Una mala alimentación durante el verano tiene efectos negativos en el organismo como puede ser un desequilibrio del metabolismo, que puede provocar dolor de cabeza, mareos, debilidad muscular o boca seca. Así, ha explicado que los productos fríos aumentan las ganas de ingerirlos, pero su digestión genera un aumento de la temperatura corporal que, en combinación con el enfriamiento originado por estos alimentos, provoca un incremento del calor.

La digestión de los productos fríos genera un aumento de la temperatura corporal que provoca un incremento del calor. Foto: Margarito Pérez Retana, Cuartoscuro

Por otra parte, ha puesto de relieve que no se debe olvidar que los sólidos también hidratan. En este sentido, ha recomendado tomar frutas y verduras como fresas, pepino, calabacín, apio, lechuga, melón o sandía. Respecto a los líquidos, ha destacado los beneficios del agua, té, café o las bebidas no azucaradas, no obstante, ha aconsejado no consumir bebidas alcohólicas como la cerveza por su capacidad diurética.

Del mismo modo, ha desmentido el mito de que sudar más provoca una mayor quema de calorías y por lo tanto pérdida de peso, ya que esto depende de la actividad física de cada individuo. De hecho, el experto ha apuntado que durante la época estival el gasto calórico suele disminuir, aunque hay que tener en cuenta que las elevadas temperaturas sí reducen el apetito.

El verano aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria. Foto: Graciela López, Cuartoscuro

Por último, ha concluido que durante el verano aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria como consecuencia de la proliferación de bacterias en las comidas. Por ello, ha recomendado no preparar alimentos al aire libre con el fin de desarrollar una manipulación segura.

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