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Mauricio aceptó un trabajo en un matadero de Francia; los horrores que vivió los registró en libro

22/06/2019 - 12:01 am

Un día, en el taller al que llegan las vísceras de los animales, Mauricio García Pereira ve una placenta con un ternero casi formado dentro; pese a sus protestas, le ordenan que lo tire a la basura. Otros horrores de los que fue testigo quedan vertidos en Maltrato Animal, sufrimiento humano. 

Ciudad de México, 22 de junio (Culturamas/SinEmbargo).– Acuciado por la necesidad de conseguir un empleo tras tres años en el paro, Mauricio García Pereira, un gallego emigrado a Francia, acepta un trabajo en el matadero de Limoges, el más grande del país.

Durante casi siete años, aspira la médula espinal de centenares de vacas e hincha cabezas de ternero con una pistola de aire comprimido, entre otras tareas. El trabajo es duro, muy físico, los accidentes son continuos y la normativa no siempre se respeta.

Las condiciones, precarias, y los jefes abusivos llevan al límite de sus fuerzas a los empleados, muchos de los cuales recurren al alcohol y a las drogas para soportar el ritmo.

Un día, en el taller al que llegan las vísceras de los animales, Mauricio ve una placenta con un ternero casi formado dentro; pese a sus protestas, le ordenan que lo tire a la basura. No es una excepción: pronto descubre que están sacrificando de forma sistemática, por razones de productividad, vacas con embarazos casi a término.

Aquello le repugna, despierta algo en él. Decide instalar una cámara oculta y denunciarlo a cara descubierta. En Maltrato Animal, sufrimiento humano, su libro, ahonda en las malas prácticas de los mataderos que nos alimentan. Es hora de abrir los ojos: al fin sabemos cómo mueren los animales que terminan en nuestros platos.

Mauricio García Pereira nació en Düsseldorf (Alemania) en 1969. Hijo de emigrantes gallegos, tras su nacimiento toda la familia regresó a La Coruña. Creció en una finca de O Abelar, una de las más grandes y modernas de la España de aquella época, donde aprendió a querer y respetar a los animales. Tras ejercer diversos oficios, llegó, por amor, a Limoges en 2001. En 2010 consiguió empleo en el mayor matadero público de Francia. Escandalizado por las prácticas que presenciaba, decidió grabarlo en vídeo. Las imágenes dieron la vuelta al mundo. En las elecciones europeas de mayo de 2019 formó parte de las listas del partido La France Insoumise.

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