Sanjuana Martínez
11/02/2019 - 12:04 am
¿Abuelas o estancias infantiles?
Tampoco la crianza de abuelos es del todo recomendable, como ha propuesto el Secretario de Hacienda, Carlos Urzúa. Los niños necesitan socializar con otros niños. Y está comprobado que la crianza de los abuelos, al convertirse en padres, genera algunos problemas psicológicos en los niños en su pleno desarrollo. Obvio. El amor de los abuelos es positivo, pero insisto, los límites necesarios de la crianza, los deben aplicar los padres.
El nido de corrupción del programa de las Estancias Infantiles creado durante el Gobierno de Felipe Calderón, era insostenible. Los panistas se habían apropiado de él, sin el menor recato.
Pero desaparecerlo no es la solución. Deja en la calle a miles de niños de madres trabajadoras. Y también a otras miles que con esfuerzo construyeron las estancias infantiles.
Ciertamente el programa carece de lo necesario para hacerlo viable. Su concepción de una estancia infantil es errada. Fundar guarderías en cocheras o cuevas, no es del todo saludable para la niñez. Pero no todas las 9 mil 515 guarderías funcionaban mal. Por unas, la van a llevar todas.
Lo más preocupante de este recorte de recursos, al Programa Estancias Infantiles para Apoyar a las Madres Trabajadoras (PEI) que manejaba la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y ahora lo hace la Secretaría de Bienestar, es que los 335 mil niños que estaban en estas estancias no se deben quedar en la calle.
Lo grave es que tampoco los abuelos se harán cargo de los 335 mil niños, por la sencilla razón, que algunos no tienen abuela, o la misma, no puede con el paquete de la crianza. Los abuelos ya criaron, ahora les corresponde disfrutar de la jubilación y de sus nietos, pero sin el peso enorme de la responsabilidad de la crianza. Algunos están cansados y otros demasiado mayores para hacerlo.
Tampoco la crianza de abuelos es del todo recomendable, como ha propuesto el Secretario de Hacienda, Carlos Urzúa. Los niños necesitan socializar con otros niños. Y está comprobado que la crianza de los abuelos, al convertirse en padres, genera algunos problemas psicológicos en los niños en su pleno desarrollo. Obvio. El amor de los abuelos es positivo, pero insisto, los límites necesarios de la crianza, los deben aplicar los padres.
Y la entrega de mil 600 pesos bimestrales, a los padres, para que paguen la guardería de su confianza o bien, paguen a los abuelos que los cuidan, no es la solución al problema. Nadie garantiza que ese dinero será utilizado para dicho fin.
El Estado necesita crear una amplia red de guarderías o estancias infantiles bajo la supervisión directa del Estado. Se necesitan miles de guarderías. Una guardería en cada colonia. Lugares seguros para la primera infancia de nuestros niños. Lugares que no sean propiedad de políticos, funcionarios o personas allegadas a gente de poder o del Gobierno en turno. Guarderías confiables y profesionales.
Analicemos el problema de corrupción en las Estancias Infantiles. Primero hay que decir que el PAN se había apropiado del programa. Y que la corrupción estaba normalizada. A tal grado, que la última revisión a su presupuesto (3 mil 722 millones de pesos) de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) realizada en 2016, detectó en su desempeño financiero y de cumplimiento, una serie de anomalías por más de 69.4 millones de pesos, lo cual.
El modus operandi de este desvío en el cual incurrieron autoridades federales, así como los dueños de los propios establecimientos que atienden a los niños, es la diferencia entre la base de datos de los beneficiarios y el monto ejercido del presupuesto.
Es decir, por cada niño, este programa entregaba a los dueños de estancias, 950 pesos mensuales, con lo cual, las madres pagaban 1000 pesos mensuales, cantidad que incluía 4 comidas diarias: desayuno, refrigerio, comida y merienda. Ahora, las mamás tendrán que pagar alrededor de 2 mil pesos mensuales, algo que muchas trabajadoras no se podrán permitir. La estancia, era su única oportunidad de que sus hijos tuvieran acceso a una buena alimentación.
El análisis de la corrupción en las estancias arrojó que no existían mecanismos de evaluación del gasto adecuados, ni efectiva comprobación de erogaciones y eso arrastraba en esta última auditoria, un total de 30.9 millones de pesos, sin justificar. Supuestamente era para el pago de deuda de 2015, para capacitación y para un seguro contra accidentes, pero con la salvedad de que no presentan documentos comprobatorios de esto.
Lo más grave, es que detectaron que había estancias sin licencias, sin permisos ni autorizaciones aplicables a esos centros de cuidado infantil. Esto incrementa el riesgo para la seguridad de los niños.
De hecho, según los padres de la Guardería ABC, encabezados por Patricia Duarte Franco, que se han dado a la tarea de investigar estos lugares, detectaron que en los últimos años han muerto más de 80 niños en estancias infantiles y guarderías.
No podemos seguir con una red de guarderías del IMSS y del ISSSTE de primera clase, en donde el Gobierno entrega 5 mil pesos por niño; y otra red de estancias infantiles para pobres, en donde entregaban 950 pesos por niño. O todos parejos o todos rabones.
Lo mejor, es analizar bien el fenómeno y las necesidades urgentes de atención a la primera infancia de México. Y extender la red de guarderías. Crear miles y miles de alto nivel, bajo la supervisión directa del Estado. Es urgente asumir la imperiosa necesidad de atención debida a nuestros bebés y niños.
Las guarderías y las estancias infantiles no pueden seguir siendo el botín de políticos, funcionarios y sus allegados, sin escrúpulos. Es necesario terminar con este “negocio” rentable para ellos y en detrimento de la infancia. Las madres trabajadoras necesitan tener la certeza que nadie va a seguir lucrando con sus hijos. El Estado está obligado a garantizar este derecho del bien superior de los menores. Y la Secretaria de Bienestar, María Luisa Albores González, a ofrecer un plan urgente de creación de guarderías y estancias.
Y por favor, dejemos a los abuelos en paz, en especial a las abuelas. Ellas merecen disfrutar a sus nietos de vez en cuando. No de manera obligada y diaria, bajo régimen de guardería. Sería muy cruel de nuestra parte cargarles la mano, después de todo lo que han trabajado. Y privar a nuestros niños de un desarrollo integral en un centro de atención a la altura de sus necesidades.
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