Aunque la incidencia es similar a la de Estados Unidos, la tasa de mortalidad en México es del doble, debido a que no se detecta en etapas tempranas, muchos casos se descubren en etapas avanzadas de la enfermedad, uno de los retos en cobertura y diagnóstico que no se lograron subsanar durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018). Cada día fallecen diez mujeres por esta enfermedad.
Por Linaloe R. Flores
Ciudad de México, 20 de enero (VICE/SinEmbargo).- Angélica Rivera lanzó su último mensaje oficial como Primera Dama en octubre de 2018. A propósito del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, la entonces presidenta del Consejo Ciudadano Consultivo del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), una institución de asistencia social que tiene la encomienda de velar por el bienestar de mujeres, niños y grupos vulnerables, envió un comunicado a los medios donde hacía un llamado a detener las muertes por esa enfermedad a través del diagnóstico oportuno.
Lo mismo ocurrió en 2015, 2016 y 2017. Desde su página oficial o a través de Los Pinos, la esposa del Presidente Enrique Peña Nieto envió sendos boletines, en los que convocaba a las mexicanas de toda la República a participar con medidas de prevención.
En este último comunicado, Rivera decía que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se fortalecieron los programas de apoyo para las mujeres. A las sobrevivientes les dijo: “Su vida cambió a partir de que les dieron la terrible noticia, pero ustedes son un ejemplo de valentía y fuerza para todas las mexicanas. Son mujeres guerreras, con una gran fortaleza, que han pasado por momentos difíciles y han logrado salir adelante. En estos momentos es cuando la familia debe estar más unida y cuando los amigos deben ser más solidarios para ganar esta batalla”.
Las palabras clave, cuando se trata de cáncer de mama, son sin duda “detección temprana”. Aunque su incidencia es similar en México y Estados Unidos, la tasa de mortalidad es el doble en nuestro país, debido a que muchos casos se descubren en etapas avanzadas de la enfermedad, uno de los retos en cobertura y diagnóstico que no se lograron subsanar durante el sexenio de Peña Nieto (2012-2018).
EL CHOQUE DE REALIDAD
El discurso de Rivera no coincide con el panorama de incidencia de cáncer de mama en México. Documentos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la revisión del gasto del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR) revelan que el entorno se agravó conforme pasaron los años del gobierno de Peña Nieto.
La auditoría de desempeño 2017, realizada al programa de Prevención y Control del Cáncer de la Mujer, del CNEGSR, describe cómo la atención de la epidemia estuvo lejos de alcanzar las metas: la mortalidad de la enfermedad aumentó cada año 4.7 por ciento, al pasar de 16.3 defunciones por cada 100 mil mujeres de 25 años y más, en 2013, a 18.7 muertes en 2016.
En donde más se abrió la brecha, señala el informe, fue justamente en la detección temprana del cáncer de mama, cuando todavía es curable.
Un ejemplo claro ocurrió en 2014, cuando se registraron 11 mil 372 casos nuevos de cáncer de mama, con una tasa de incidencia de 22.56 casos por cada 100 mil habitantes mayores de 10 años, según datos de CNEGSR.
DIEZ DECESOS AL DÍA
Aunado a ello, en octubre pasado, cuando faltaba apenas un mes para que Peña Nieto entregara la administración, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advirtió que el cáncer de mama era la primera causa de muerte por tumores en las mujeres mexicanas, con un promedio de 10 decesos al día.
En una conferencia, especialistas del Instituto de Investigaciones Biomédicas hicieron notar que, aunque la incidencia del padecimiento es igual a la de Estados Unidos, la mortalidad entre las mexicanas es el doble porque allá 80 por ciento de las pacientes es diagnosticado en la primera etapa de desarrollo del tumor, pero aquí, el mismo porcentaje recibe el diagnóstico en las etapas 3 o 4, cuando ya los tratamientos están limitados.
La Auditoría Federal de la Federación señala que también disminuyó la cobertura en cuanto a seguimiento. Las pruebas para conocer el estado de pacientes diagnosticadas sólo se aplicaron a 62 por ciento de mujeres entre 25 y 64 años sin seguridad social, lejos del 85 por ciento de la meta que estaba programada. La realización de estos exámenes se redujo 1.3 por ciento cada año desde 2014.
Así están las cosas respecto al cáncer de mama en México, en momentos en que el Presidente Andrés Manuel López Obrador arrancó un nuevo sistema de salud pública para brindar atención y medicamentos gratuitos a toda la población. Según su explicación, la estrategia está planeada para federalizar los servicios en tres etapas. En la primera se invertirán 25 mil millones en ocho entidades del país. En los siguientes seis meses se incorporarán ocho estados más. En 2020, la estrategia se replicará en 16 estados y en 2021 el nuevo sistema estará listo.
ASESORES CAROS E INEFICIENTES
La nómina del CNEGSR cuesta 88 millones 870 mil 350 pesos, según una revisión de VICE a su estructura orgánica. El cáncer de mama apenas es uno de los tres padecimientos prioritarios que atiende. Los otros son el cáncer cérvico uterino y la muerte de la mujer por maternidad.
Durante el peñanietismo, el cáncer de mama se atendió desde una subdirección encabezada por Elías Yused Arguello Esparza, con un sueldo de 34 mil 542 pesos al mes. En términos salariales, la posición estaba muy lejos de la de director general del centro, que ocupó Eduardo Pesqueira Villegas, con un sueldo bruto de 153 mil 483 pesos.
El gasto del CNEGSR respecto a cáncer de mama se concentró en asesorías para el fortalecimiento de la planeación y seguimiento al programa de cáncer en la mujer. En 2014, el centro llamó a siete especialistas. En promedio, le pagó a cada uno 112 mil 996 pesos por trabajos que duraron tres meses. En total, de agosto a noviembre de 2014, gastó en ello, 790 mil 974 pesos, según una revisión de contratos realizada por VICE. La búsqueda no arrojó compra de medicinas ni artefactos médicos ni investigaciones periódicas o de campo.
Pero aun cuando el CNEGSR centró su gasto en asesorías, la Auditoría señaló en su informe que el organismo no dispuso de indicadores ni de información para evaluar en qué medida se fortaleció la detección, seguimiento y tratamiento oportuno de los casos de cáncer de mama. Tampoco los tuvo para medir la contribución en cerrar las brechas entre regiones del país en la prestación de los servicios de prevención y control.
En general, la Auditoría dictaminó que la política de prevención y control del cáncer de mama mostró deficiencias en la asesoría al personal que operó el programa, en la evaluación de la política y en la distribución de los subsidios a las entidades federativas. De persistir esta situación, advirtió, el CNEGSR no logrará cumplir la meta de disminuir la mortalidad por este padecimiento ni contribuirá al cierre de brechas entre diferentes grupos sociales y regiones del país.
Aun así, los recursos para este programa, en lugar de aumentar, disminuirán 1.08 por ciento para 2019, de acuerdo con datos del Centro de Análisis FUNDAR. Un eco muy lejano de las últimas palabras dirigidas a los ciudadanos por parte de Angélica Rivera, esposa del ex Presidente Peña Nieto.