De acuerdo con información del Gobierno de México, hasta el momento se habían adjudicado contratos por un monto total de 153 mil 769 millones de pesos (unos 8 mil millones de dólares).
La gran mayoría de estos contratos (88.3 por ciento), unos 135 mil millones de pesos (unos 6 mil 950 millones de dólares), fueron por licitación pública.
El principal contrato del NAIM, que debía sustituir el actual y muy saturado aeropuerto de la Ciudad de México, era el edificio terminal, que se licitó en enero del 2017 por 84 mil 828 millones de pesos (4 mil 365 millones de dólares).
México, 29 de octubre, (EFE).- Las multinacionales FCC y Acciona, junto con Sacyr y Aldesa, son las principales empresas españolas afectadas por la cancelación del nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) por parte del Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
La suspensión de este proyecto de 13 mil 300 millones de dólares se produce tras una consulta popular con una participación muy baja e impacta también en los intereses del magnate Carlos Slim, con grandes contratos sobre el proyecto cancelado.
El principal contrato del NAIM, que debía sustituir el actual y muy saturado aeropuerto de la Ciudad de México, era el edificio terminal, que se licitó en enero del 2017 por 84 mil 828 millones de pesos (4 mil 365 millones de dólares).
Un consorcio con bandera mexicana y española, liderado por las mexicanas ICA y Carso del magnate Carlos Slim junto a las españolas Acciona y FCC, ganó ese concurso.
De acuerdo con información del Gobierno de México, hasta el momento se habían adjudicado contratos por un monto total de 153 mil 769 millones de pesos (unos 8 mil millones de dólares).
De esta manera, se ejecutaron 461 procedimientos de contratación para un total de 366 proveedores en este proyecto estrella del mandatario saliente, Enrique Peña Nieto, con un avance de alrededor del 30 por ciento en la construcción de la obra.
La gran mayoría de estos contratos (88.3 por ciento), unos 135 mil millones de pesos (unos 6 mil 950 millones de dólares), fueron por licitación pública.
Además de FCC y Acciona, otras dos grandes de la infraestructura españolas como Sacyr y Aldesa también se verán afectadas por la suspensión del NAIM.
Sacyr, por ejemplo, ganó junto con Epccor, el contrato para la cimentación del Centro de Transporte Terrestre del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, por un monto de unos mil 400 millones de pesos (unos 72 millones de dólares).
Por su parte, un consorcio formado por la española Aldesa y la mexicana Jaguar Ingenieros logró la construcción de la torre de control del nuevo aeropuerto de mil 200 millones de pesos (unos 61.7 millones de dólares).
Estas no han sido las únicas empresas españolas participantes en las licitaciones, pues también han buscado contratos la constructora Rubau, Dragados, OHL o Assignia Infraestructuras.
Los portavoces de las empresas españolas declinaron hacer hoy ningún comentarios por el momento tras el anuncio de la cancelación.
Además de las empresas españolas, otro gran perjudicado por la cancelación de este gran proyecto, diseñado por Norman Foster, es el multimillonario mexicano Carlos Slim.
Slim encabezaba el consorcio que ganó la construcción de la terminal con Operadora Cicsa, parte de Grupo Carso. Además, directa e indirectamente controla el 81 por ciento de FCC a través de Inversiones Carso.
Este no es el único contrato que ganó el magnate con otros socios mexicanos. Por ejemplo, obtuvieron el contrato del sistema de precarga para la navegación de la pista tres, por unos 7.359 millones de pesos (379 millones de dólares).
Además, el yerno de Slim, Fernando Romero, participó en el proyecto del aeropuerto junto con Foster.
En la consulta popular que concluyó este domingo, venció la opción que apostaba por mantener el actual aeropuerto y complementarlo con las operaciones del aeropuerto de Toluca y la base aérea militar de Santa Lucía.
López Obrador aseguró hoy que se respetarán los contratos ya firmados y se buscará redireccionar las obras hacia Santa Lucía o, en caso contrario, llegar a "arreglos".
No obstante, las empresas mexicanas agrupadas en el Consejo Coordinador Empresarial se expresaron hoy su firme rechazo a la decisión de López Obrador y a la forma que se hizo la consulta por carecer de legitimidad por la baja participación y la validez estadística.