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El arancel (25%) que Trump quiere para autos apagaría el motor de Guanajuato, clúster del sector

24/05/2018 - 1:00 pm

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el inicio de una investigación para determinar la necesidad de imponer aranceles a la importación de automóviles y sus piezas, determinación que generaría un fuerte impacto para la economía de México, especialmente en Guanajuato, que en los últimos años se ha convertido en uno de los principales clústers del sector automotriz. 

Desde el año de 1994, con la firma del TLCAN, México se ha visto beneficiado con la llegada de algunas empresas que aprovechan la mano de obra local barata para la fabricación de diversos productos. En 2017 México exportó 2.33 millones de vehículos a Estados Unidos, país que compra el 75 por ciento de los autos producidos en la industria local.

Por Carmen Martínez (ZonaFranca) y Laura de la Quintana (EconomíaHoy

Ciudad de México, 24 de mayo (ZonaFranca/EconomíaHoy/SinEmbargo).- Donald Trump ordenó una investigación que sirva para determinar si la importación de vehículos representan una amenaza para la seguridad de la economía de Estados Unidos, y de ser así, se estaría ordenando aplicar un arancel hasta del 25 por ciento. Esta determinación generaría un fuerte impacto para la economía de Guanajuato, que en los últimos años se ha convertido en uno de los principales clústers del sector automotriz.

A través de su cuenta de Twiter, el Presidente de Estados Unidos hizo el anuncio de este estudio, que estaría incluyendo todo tipo de vehículos, desde un automóvil convencional hasta pick ups, camiones ligeros y autopartes.

Desde el año de 1994, con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México se ha visto beneficiado con la llegada de algunas empresas que aprovechan la mano de obra local para la fabricación de diversos productos que luego son exportados a Estados Unidos.

Más recientemente, en Guanajuato estalló el “boom” de la industria automotriz y se instalaron en esta entidad ensambladoras como General Motos, Volkswagen, Mazada, Honda y más recientemente Toyota, que se encuentra construyendo su nave en el municipio de Apaseo el Grande.

Con la medida anunciada por Trump, se estaría siguiendo una táctica similar a la que el país ya toma para limitar la entrada de acero y aluminio.

Desde el año de 1994 México se ha visto beneficiado con la llegada de algunas empresas que aprovechan la mano de obra local para la fabricación de diversos productos que luego son exportados a Estados Unidos. Foto: Cuartoscuro

De acuerdo con información publicada por El Financiero, Luz María de la Mora, quien fungió como negociadora del TLCAN, esta medida podría tener el objetivo de imponer presión sobre las mesas de negociación de este Tratado de Libre Comercio.

“Efectivamente es parte del proceso de presión de Estados Unidos en la mesa de negociación, al Presidente Trump le gusta ser muy estridente y lanzar todo tipo de declaraciones y acusaciones durante el proceso, y sobre todo cuando está teniendo tantas dificultades… también estamos viendo que el Congreso de Estados Unidos está tomando decisiones más contundentes con respecto al proceso de la negociación”, declaró la especialista.

Según información del Departamento de Comercio estadounidense, en los últimos 20 años se ha incrementado la importación de vehículos a ese país, pasando del 32 por ciento al 42 por ciento, y esto provocó que el empleo para la industria automotriz decreciera en un 22 por ciento. Esto ocurre de manera paralela al crecimiento de este sector en México.

En 2017, México exportó 2.33 millones de vehículos a Estados Unidos, país que compra el 75 por ciento de los vehículos producidos en la industria local. Si este incremento arancelario llegara a aplicarse, además de México también se afectaría a otras naciones como Alemania -con la producción de BMW y Mercedes Benz, Audio y Volkswagen.

Vista de la planta automotriz alemana Volkswagen en Puebla. Foto: Hilda Ríos, Cuartoscuro.

PÉRDIDAS MILLONARIAS PARA EL SECTOR

El anuncio de Trump provocó que en sólo una sesión, las compañías automovilísticas han perdido más de 19 mil millones de dólares, a lo que habría que sumar la caída del sector de componentes de automoción que ha borrado cerca de 5 mil 500 millones de dólares de capitalización más –entre las españolas, Gestamp y Cie Automotive, que registran tímidas pérdidas.

Las mayores caídas se vieron esta madrugada durante la sesión en el mercado asiático. Allí firmas como la japonesa Mazda llegaron a perder un 5.2 por ciento de su valor de mercado y Toyota, el mayor fabricante del mundo, se dejó 6 mil 742 millones de dólares de capitalización, un 3 por ciento de su valor en bolsa.

Las ventas se contagiaron a Europa donde este jueves el sector de automoción destaca como el más castigado del Viejo Continente. Las compañías alemanas, dada su exposición a Estados Unidos, están siendo las más penalizadas con caídas que llegan a rozar el 3 por ciento en el caso de Porsche y BMW o que son superiores al 2 por ciento para Daimler, mientras Volkswagen pierde un 1.6 por ciento (pasada la media sesión).

En un comunicado realizado por email realizado por Daimler, la compañía reconoce "estar siguiendo muy de cerca la situación", aunque no quieren "especular sobre las negociaciones que están en marcha". En principio, tal y como también ha sucedido con China en los últimos días, Donald Trump estaría dando un paso atrás en las negociaciones que, teóricamente, estaban acercando posturas entre las grandes potencias comerciales para evitar una guerra que no beneficiaría a ninguna parte, especialmente a Estados Unidos donde las ventas de automóviles se han congelado e, incluso, llegando a caer desde el comienzo de año en contra de lo que sucede en otras regiones.

Es más, estas últimas declaraciones del presidente podrían interpretarse como una traición por parte de Pekín que esta misma semana volvió a extender su mano al anunciar que rebajará al 15% los aranceles a las exportaciones de vehículos, también para las firmas europeas, aunque el peso en sus ingresos de China sea menos relevante que Estados Unidos.

Las compañías alemanas serán a todas luces las más afectadas ante una hipotética subida arancelaria en Estados Unidos. Tal y como señala Bloomberg, Volkswagen –por la parte de Audi y Porsche-, Daimler –Mercedes- y BMW –incluyendo también a Mini- vendieron 1.3 millones de vehículos en Estados Unidos que fueron importados desde la Unión Europea. En esta cifra, lógicamente, no figuran los automóviles que salieron de las fábricas que muchas firmas, incluyendo a los fabricantes de componentes, tienen en suelo estadounidense lo que minimiza el impacto.

Cálculos recogidos por Bloomberg estiman que el impacto de elevar los aranceles al 25 por ciento en Estados Unidos reducirá sus ingresos en 22 mil 634 millones de euros, lo que representa el 1.71 por ciento del total de las ventas que estas compañías registran en el país (1.32 billones con datos a cierre del año 2017). Desde Banco Sabadell estiman, por su parte, una caída del 5 por ciento del Ebit de los fabricantes alemanes "en caso de materializarse".

El caso de Volkswagen es paradigmático. Si bien el conglomerado exportó tan sólo el 7.7 por ciento de sus vehículos a Estados Unidos en 2017 –el resto se fabricaron allí- el impacto en sus resultados vendrá por el lado de marcas del grupo como Audi –el 74.3% de los coches que se vendieron en Estados Unidos se fabricaron en Europa- y, sobre todo, Porsche ya que la totalidad de estos vehículos se realiza en Centroeuropa.

Para el holding BMW el impacto sería menor en el caso de la marca BMW. Un 46.5 por ciento de sus ventas en Estados Unidos se importaron desde Europa, aunque no sucede lo mismo con la firma Mini, parte del grupo, cuyos coches se exportaron en su totalidad desde el Viejo Continente. En último término, el grupo Daimler-Mercedes exportó el 44.4 por ciento de sus ventas realizadas en Estados Unidos.

Además, la última amenaza de Donald Trump supone el segundo golpe en sólo unos meses a las firmas automovilísticas. El primero de ellos, que hoy está en plena negociación, fue la implantación de aranceles superiores al acero y al aluminio, materias muy utilizadas por los fabricantes de vehículos, desde el primer grado hasta el último en toda la cadena de montaje, y que cobran especial importancia en la reducción del peso de los nuevos motores eléctricos.

Daimler y BMW son, según los analistas consultados por Bloomberg, los dos grupos que mejor estarían sorteando la nueva política arancelaria al utilizar en un alto porcentaje acero fabricado en Estados Unidos.

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