Alma Guillermoprieto ya era princesa mucho antes: ¡Felicidades!

05/05/2018 - 12:00 am

Alma Guillermoprieto era mucho antes princesa y reina de su mundo: un universo donde las palabras son un mero pretexto para sentirse orgullosamente periodista.

Tenía la sangre de la realeza antes de que el periodismo pasara a llamarse narrativo. Hace reportajes, canta blues, baila y de vez en cuando riega una planta en alguna casa donde sueña con descansar, aunque siempre el mundo la convence y hace sus notas.

“Procuro escribir a partir de lo que recuerdo de mis reportajes. Porque lo que recuerdo es lo que me conmovió, es lo que me impresionó y le va a dar impulso a las palabras que voy a usar. Y después, tomo el cuaderno, reviso mis notas y veo que no inventé nada, pero mi impulso primero es la memoria; trato sí, de ser clara con mis entrevistados, muchos de los cuales se encuentran a menudo en situaciones límite. Yo no los puedo ayudar. Eso para mí es lo más difícil, lo más terrible, de mi trabajo como reportera. No los puedo ayudar. Les estoy quitando tiempo y ellos muchas veces quedarán con la esperanza de que a lo mejor de ese artículo que voy a publicar va a salir algo bueno. No es cierto: y quiero que les quede claro. Eso es terrible y por eso agradezco tan profundamente a mis entrevistados, porque su generosidad es pura y simple”, me declaró una vez.

Y es tan cierto lo que dice: que le quede claro a todos aquellos que necesitan ayuda, apenas si podemos ser una curita, una gota de alcohol en la herida, algo ventajoso para un momento.

Los periodistas somos como esa naranjada de gaseosa: mucho ruido cuando nos abren, muchas burbujas y poco a poco vamos perdiendo el gas. La vida es otra cosa.

“El texto no creo que sirva para gran cosa, más que para hacer un testimonio, pero para nosotros es la forma más divertida de ver el mundo. Esto es como estar permanentemente en un asiento de primera fila ante el gran teatro del mundo. Es un privilegio”, lo sabe la periodista mexicana Alma Guillermoprieto, galardonada el jueves con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, nacida en 1949, con una casa en México y muchas plantas para regar porque ella, al fin y al cabo, es optimista: “México reverdecerá”.

Nada tan merecido como ese premio, aunque ella elegiría que Javier Valdez esté vivo. Que Miroslava Breach estuviera viva. Que Rubén Espinosa le sacara una fotografía y la girara a todos los medios interesados. No es así. Pero de vez en cuando alguna noticia nos saca del horror y miramos confiados el horizonte.

¡Otra vez princesa, Alma Guillermoprieto! Felicidades.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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