Silvia Ortiz, madre de la desaparecida “Fanny”, informó que desde el jueves pasado reiniciaron la búsqueda en San Antonio del Alto, municipio de Matamoros, donde previamente habían encontrado cerca de tres mil restos.
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Ciudad de México, 16 de enero (Vanguardia/SinEmbargo).- Xalisco, en Nayarit, y Matamoros, Coahuila, se convirtieron este día en escenarios de la violencia con el hallazgo de decenas de restos humanos en fosas clandestinas.
De acuerdo con información de distintos medios locales y nacionales, al menos 32 cuerpos fueron exhumados de fosas ubicadas en el municipio nayarita de Xalisco.
Los primeros nueve fueron localizados desde el sábado pasado y en las últimas horas se desenterraron los cadáveres de otras 23 personas, según las mismas fuentes.
De acuerdo con medios locales y nacionales, las autoridades en el sitio siguen buscando más restos humanos con apoyo de perros rastreadores, por lo que la cifra podría aumentar.
El hallazgo se dio luego de que el Colectivo Familias Unidas por Nayarit dieran aviso de los entierros clandestinos a las autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE).
En otro hecho, los cuerpos desmembrados de un hombre y una mujer fueron hallados en la carretera libre Tepic-Guadalajara.
LOS TAMBOS DE MATAMOROS
El Grupo Vida de Torreón que busca a sus familiares desaparecidos, reportó un nuevo hallazgo de restos óseos y tres tambos de 200 litros donde presuntamente quemaban a las personas.
Silvia Ortiz, quien encabeza el grupo, mencionó que desde el jueves pasado reiniciaron la búsqueda en San Antonio del Alto, municipio de Matamoros, donde previamente habían encontrado cerca de tres mil restos.
Ortiz precisó que en esta ocasión encontraron decenas de restos pero que no lograron cuantificarlos porque había mucho viento. “Los ponemos en una sábana pero como había mucho aire, no ayudaba, temimos que se fueran a regar y simplemente los resguardamos”, acotó.
Además de los restos hallaron tres tambos, con los que suman cuatro en la zona. Silvia Ortiz dijo que las lluvias de días pasados ayudaron a remover y por eso salieron los tambos, mismos que estaban agujerados.
Comentó que la gente les informó todo, desde quién era el jefe de la plaza, hasta cómo los mataba y lo que hacía con las personas. “Nos dijeron todo, quién trabajaba, quién entraba. Esa persona está detenida y hay detenidos que probablemente salgan, esperemos que no”, añadió Ortiz.
Silvia Ortiz agregó que renovarán las búsquedas con la Fiscalía de Coahuila, con quienes acordaron un plan donde visitarán los predios como Patrocinio, Estación Claudio, San Antonio de Gurza y San Antonio del Alto.
"La idea es terminar de recorrer estas zonas. Vamos un día en una, junto con Patrocinio, después en otra junto con Patrocinio, es la que no se mueve porque es muchísimo", mencionó.
OBTIENEN HUELLAS DE FANNY
Silvia Ortiz, madre de la desaparecida “Fanny”, informó que respecto al caso de su hija, lograron obtener las huellas dactilares de la mochila que usaba, elemento que no tenían. Fanny desapareció cuando tenía 16 años.
“Viene una investigación nueva, estamos contentos. Es una mochila que tenía guardada y que no se nos había ocurrido, puede ayudar porque las huellas se pueden cotejar con bases del INE y Relaciones Exteriores”, detalló Silvia Ortiz.
Casi mil desaparecidos han sido localizados en más de 365 fosas clandestinas en territorio mexicano a partir de febrero de 2006. Tan solo en el año que concluye han sido desenterrados unos 260 cadáveres en más de 140 sepulcros anónimos.
Autoridades no presentan avances en la creación de bancos de ADN y registros de las tumbas apócrifas y los restos humanos hallados en su interior. Dificultad para localizar a 29 desaparecidos, reconocer los cuerpos convertidos en fiambre e identificar a los asesinos.
Así como “Las Rastreadoras” husmean en baldíos, montes, valles y barrancas de Sinaloa, otros grupos les hacen la tarea a las autoridades en distintas latitudes del país. Los 43 de Ayotzinapa, el Colectivo Solecito, los otros desaparecidos de Iguala y Unidos por los Desaparecidos, son solo algunos de los nombres de quienes lloran la ausencia de sus hijos, padres o hermanos, y recorren todo terreno para encontrarlos, en una agonía que no termina.