La serie de ficción El Chapo presenta las jugarretas a las que apeló uno de los criminales más infames de la historia reciente para lograr ser ‘un patrón’ del narco. El Chapo, estrenada este fin de semana en Netflix, explora tres décadas de su vida, desde 1985, cuando era un miembro de bajo nivel del cártel de Guadalajara, su ascenso al poder y su última caída. Entrevistamos a uno de sus directores, el mexicano Ernesto Contreras
Ciudad de México, 18 de junio (SinEmbargo).- La serie El Chapo ya hace rato que está estrenada en los Estados Unidos. Se ha mantenido en la primera línea y todo hace pensar que a partir de este 16 de junio, ya disponible en Netflix 9, comience a ser vista por los espectadores mexicanos y estrenada en 190 países.
Mucho se ha dicho y escrito sobre El Chapo. Lo hemos visto en la televisión con su dialecto pueblerino, a veces nos hemos olvidado que sobre sus espaldas carga y carga muertes; por su presencia, la Guerra del Narco se ha convertido en nuestra máxima pesadilla, fruto de más de 100 mil muertos en México: el país convertido en sangre.
Al punto tal que de los sospechosos de la muerte reciente de Javier Valdéz Cárdenas, está también metido el Chapo: cuando Ismael Bójorquez, editor de RíoDoce, reveló que a sus hijos no les gustó que el reportero entrevistara a su rival 'El licenciado' Dámaso López Núñez -detenido a principios de este mayo–.
¿Cómo será ver esta serie en casi tiempo real? Hoy El Chapo está extraditado a los Estados Unidos y su personalidad, su vida, siguen siendo importantes para este país.
Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, quien fue acusado de dirigir “la más extensa organización de narcotráfico del mundo”, evadió la justicia por mucho tiempo y burló varias veces las prisiones mexicanas. Su segunda detención en febrero de 2014 culminó en un escape de película menos de dos años después. En julio de 2015, Guzmán se escabulló de una prisión de máxima seguridad en México arrastrándose por un hueco en la ducha de su celda que conducía a un túnel de una milla hacia el exterior. Fue capturado nuevamente casi seis meses después y este en 2017 fue extraditado a los Estados Unidos.
La increíble historia de este escurridizo narcotraficante se ha contado innumerables veces en reportes de prensa, pero nunca antes en una serie. El Chapo, entonces, es la serie creada por Silvana Aguirre Zegarra y producida por Daniel Posada que cuenta una versión imaginada, pero verosímil.
José Manuel Craviotto y Ernesto Contreras están a cargo de la dirección de la primera fase de la historia biográfica y el elenco de la serie está conformado por Marco de la O como Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, Humberto Busto como Conrado Sol, alias 'Don Sol' (una figura importante de la política); Juan Carlos Olivas como ‘El Güero’ (socio principal de 'El Chapo'); Alejandro Aguilar como Toño (sicario principal de ‘El Chapo’); Tete Espinoza como Chío (amante de El Chapo); Rodrigo Abed es Amado (un importante capo mexicano); Luis Rábago es el General Blanco (Asesor de seguridad nacional), Cristina Michaus como Doña Esperanza (madre de ‘El Chapo’); Valentina Acosta como Alejandra (primera esposa de ‘El Chapo’) y Juliette Pardau como Graciela (segunda esposa de 'El Chapo').
En exclusiva para SinEmbargo y Magazine hemos entrevistado a Ernesto Contreras. La comunicación se hizo en Colombia, donde el director rueda hoy la tercera temporada de El Chapo y donde entre otras cosas habló maravillas del mexicano Marco de la O, un narcotraficante de fantasía, muy parecido al real, al verdadero.
Ernesto Contreras es director de cine, como tal ha realizado Párpados azules, Las oscuras primaveras y la reciente Sueño en otro idioma. Es además el director del documental sobre Café Tacvba, Seguir siendo.
–El 16 se ha estrenado en Netflix la serie de El Chapo, ¿cómo ha sido todo esto?
–Para mí ha sido todo un viaje muy interesante, de mucho aprendizaje para mí como director; finalmente, no tenía toda la experiencia de haber dirigido una serie antes y tenía muchas ganas, porque lo que está pasando en nuestros medios, si bien el cine sigue siendo la prioridad, estas ventanas nuevas ofrecen iniciativas muy interesantes para contar historias.
–¿Hay diferencias entre filmar cine y filmar series?
–Sí, definitivamente. Tiene mucho que ver con el tiempo, hay que filmar muy rápido y por lo mismo preparar todo, son muchos personajes, muchas horas de rodaje, son equipos muy grandes y en el caso de la primera temporada fueron nueve capítulos dirigidos por José Manuel Craviotto y por mí. Fue un proceso de mucha comunicación, de todo el proceso creativo y el resultado es que estamos muy contentos.
–¿Por qué Netflix, Amazon, eligen a los directores de cine?
–Creo que tiene que ver con el fenómeno que estamos viendo en los medios, es decir, si pensamos en los Estados Unidos, por ejemplo, se está viviendo una época dorada de la televisión, en la que Steven Soderbergh hace The Knick, las Hermanas Wachowski hacen Sense8 o David Fincher hace House of cards. Creo que es como esta nueva posibilidad, lo que hace Netflix, lo que hace Amazon, tanta oferta, tanto contenido, que exige mucha calidad y propuestas distintas, apostando por la experimentación y la libertad creativa. De hecho, la característica de la serie de El Chapo ha sido darle carácter totalmente cinematográfico. En términos de lenguaje, de imagen, de tono, de dirección de actores. Hagamos una película de nueve horas, fue nuestra consigna.
–El Chapo: ¿mitificarlo? ¿odiarlo? ¿Amigo o enemigo?
–Cuando recibí la invitación por parte de Univisión Story House, la productora, era la oportunidad de contar algo sobre un personaje que a todos nos intriga, que a todos nos ha interesado a lo largo de estos años y por supuesto lo que me preguntaba desde el principio era ¿Querrán glorificarlo?, ¿Querrán idealizarlo?. Y la respuesta fue que no. La idea es presentar varias facetas de El Chapo. Por un lado ver a un padre, a un esposo, “normal” entre comillas, por el otro la parte oscura, fría, calculadora, que es su “trabajo” como narcotraficante. No hay que olvidar que es una ficción, nosotros decidimos hacer un personaje, interpretado por Marco de la O y pues construir una historia; es muy satisfactorio para mí encontrar una verdad emocional en Marco, alguien que lo está haciendo en forma increíble, casi una revelación. No era un actor que yo conociera y que ahora todo el mundo lo va a ver.
–¿Cómo fue que lo elegiste?
–Hicimos un casting muy amplio, había actores muy conocidos, otros no tanto, cuando vimos José Manuel Craviotto y yo la prueba de Marco, supimos que algo estaba pasando. Nos llamó la atención muchísimo. Físicamente se parece mucho al personaje real. Es un joven actor mexicano, de 38 años. Los conocimos personalmente, le hicimos varias pruebas y de pronto uno siente que va a ser él. Apostamos porque nadie lo conocía, ha sido muy rico, como actor se ha entregado por completo y desarrollado muy bien su personaje. Hay muchos otros actores totalmente entregados, está Humberto Busto que está haciendo un trabajo fantástico, Dolores Heredia, Enrique Arreola…
–¿Qué cuenta la historia?
–Una revisión de lo que ha sido la vida de este personaje hasta la fecha, cuando está encarcelado en los Estados Unidos. En sus comienzos en los ’80 hasta la actualidad. La primera temporada narra una especie de ascenso y de decisión para lograr llegar a la posición que el personaje quiere y es eso.
–¿El libro de quién es?
–El libro es de Silvana Aguirre Zegarra, una ex cineasta peruana y Carlos Contreras, mi hermano, guionista de cine y un equipo de seis guionistas, que desarrollaron 34 capítulos de tres temporadas. También hay compañía del equipo periodístico de Univisión, que ha dado seguimiento a todos los hechos con Joaquín Guzmán, todo lo que se cuenta está basado no sólo en hechos reales, sino también en cosas publicadas. Esto no es una narcoserie, sino un thriller político, con aspiración cinematográfica y con ganas de contarlo muy distinta a como se ha venido contando en años anteriores.