"Durante el desarrollo intrauterino ocurre un proceso de programación metabólica con un marcaje químico del ADN del bebé que lo predispone", dijo una investigadora.
México, 8 agosto (EFE).- La diabetes gestacional no solo daña a las madres durante el embarazo sino que también predispone al recién nacido a padecer obesidad, alteraciones en lípidos, hipertensión y diabetes tipo 2, señaló hoy en un comunicado la investigadora María Teresa Tusié Luna.
"Durante el desarrollo intrauterino ocurre un proceso de programación metabólica con un marcaje químico del ADN del bebé que lo predispone", dijo la investigadora de la Unidad Periférica del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
La especialista detalló que este tipo de condiciones se pueden prevenir con un diagnóstico oportuno.
"En la diabetes gestacional hay una alteración en la utilización de glucosa que se reconoce y se diagnostica por primera vez durante el embarazo. Generalmente esta condición es reversible y tras el embarazo la mujer retorna a sus niveles de normoglicemia", dijo.
Sin embargo, detalló que años o décadas después de ese evento primario se tiene un alto riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Además, en las mujeres mexicanas, la especialista y sus colaboradores encontraron una prevalencia de 30 a 40 por ciento de conversión a diabetes tipo 2 que se da al año o dos del embarazo, mientras que en otras poblaciones ocurre cinco o 10 años después.
Tusié Luna explicó que muchas de esas mujeres vuelven a embarazarse, lo que es un riesgo grande para la madre y el bebé, que se desarrolla en ese ambiente de hiperglicemia y tiene posibilidades elevadas de presentar anormalidades metabólicas cuando es adulto.
La especialista indicó que esto es prevenible cuando se hace un diagnóstico de la diabetes gestacional entre las semanas 24 y 28 de embarazo.
Para ello se requiere dar a la madre una carga oral de glucosa que se mide a distintos tiempos para saber con cuánta eficiencia es capaz de incorporarla a los distintos tejidos.
"Una vez hecho el diagnóstico es posible controlar esos niveles de glucosa en sangre con dieta, ejercicio e incluso con insulina", finalizó.