Ayer, el presidente Felipe Calderón Hinojosa destacó el impulso que se la ha dado a una auténtica política de Estado en materia de seguridad y anunció que la incidencia de homicidios dolosos ha mostrando un decremento en el país, que tan sólo en el primer semestre de 2012 ha caído 7 por ciento. Apenas el 14 de junio pasado, afirmó en una entrevista con el diario The Wall Street Journal que la violencia asociada al narcotráfico en su país ha disminuido 12% en los primeros cinco meses de 2012.
Al igual que el mandatario, gobernadores y funcionarios han celebrado la disminución de la violencia, de acuerdo con las cifras oficiales, pero no ocurre lo mismo con los ciudadanos, quienes siguen siendo testigos y hasta víctimas de la delincuencia organizada y la lucha por el poder entre narcos.
Tan sólo en la frontera norte de México, la ola violenta parece haberse incrementado en las últimas semanas, contrastando así con las cifras gubernamentales. Nuevo León, Coahuila y Chihuahua son sólo tres ejemplos de lo que ocurre en la zona fronteriza, donde el crimen actúa con total impunidad y tan sólo en los últimos días ha atacado tres veces a un medio de comunicación.
LA OLA DE VIOLENCIA QUE NO CESA
Los hechos violentos en la frontera norte han sido una constante en el último mes, donde además de asesinatos se han reportados también ataques a medios de comunicación.
-Nuevo León
La tarde del pasado 29 de julio dos hombres amagaron al guardia de seguridad y rociaron las oficinas de un periódico con gasolina, se trataba nuevamente de la sucursal de una de las ediciones del El Norte, Sierra Madre, que es parte del Grupo Reforma. El mismo diario dio a conocer la noticia un día después.
Fue el tercer atentado en menos de 20 días. Apenas el 10 de julio la misma publicación sufrió dos ataques, uno fue por la mañana donde lanzaron una granada, sin reportar algún lesionado y en el segundo, hombres armados atacaron con granadas y ráfagas de metralleta las instalaciones de la edición Lindavista.
Este hecho fue condenado por la sociedad y los medios de comunicación y muestra la escalada de violencia que azota a Nuevo León, actualmente bajo el mandato de Rodrigo Medina.
Según un estudio del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, dado a conocer en enero de este año, 12 de las 50 ciudades más violentas del mundo se ubican en México, entre ellas, en el lugar 38 se encuentra Monterrey, capital de Nuevo León.
Y es que la ola de violencia ha escalado a niveles inimaginables y cada vez con mayor saña y casi nula muestra de justicia por parte de las autoridades.
A menos de media semana del último atentado a El Norte, un comando armado incendió el local de la imprenta y distribuidora de diversas publicaciones, DIPSA. Pero antes, los criminales asaltaron a aproximadamente 10 empleados que se encontraban en el lugar.
El 31 de julio, un día antes del atentado a DIPSA, un policía resultó herido y un pistolero fue detenido tras un enfrentamiento a balazos entre efectivos de la Fuerza Civil estatal y presuntos integrantes de la delincuencia organizada. La balacera ocurrió a plena luz del día en el Libramiento Noroeste, en límites de los municipios García y Santa Catarina, donde fue desplegado un operativo policial de los tres niveles de gobierno.
Unos cuantos días antes, el 24 de julio, una gran movilización policíaca se vivió en las calles de Nuevo León debido a que, en hechos distintos y en diferentes municipios, se registró el asesinato de ocho personas, siete en la colonia Monte Verde del municipio de Juárez, y una más, mujer, en el municipio de Guadalupe.
Pero sin duda, uno de los actos que más conmoción causó en la sociedad fue el hallazgo de 49 cuerpos el 13 de mayo de este año. Los cadáveres fueron encontrados en Cadereyta, a un costado de la carretera libre a Reynosa, 40 kilómetros al oriente de la capital, informó entonces Jorge Domene Zambrano, vocero de Seguridad del estado.
Dijo que junto a los cuerpos de 43 hombres y seis mujeres, había una manta en la que Los Zetas se atribuían los homicidios.
Por otra parte, uno de los hechos más lamentables a manos del crimen organizado en Monterrey fue el ataque en contra del Casino Royale la tarde del 25 de agosto del año pasado, que dejó un saldo de 52 muertos y 10 lesionados.
Además, tan sólo por un día, el 15 de junio de 2011, esta urbe le arrebató a Ciudad Juárez el título de la ciudad más violenta del país al tener 32 ejecutados y muertos en choques armados, contra los 25 que había sumado la ciudad juarense el 12 de septiembre de 2010. Pero lamentablemente los enfrentamientos y ejecuciones no cesaron.
-Chihuahua
En mayo de este año, La Jornada dio a conocer que el fiscal general del estado, Carlos Manuel Salas, informó que 60 por ciento de las víctimas de la violencia en Chihuahua durante los últimos cuatro años han sido jóvenes de entre 16 y 24 año y agregó que de esa cifra, 12 por ciento son mujeres; unas víctimas, otras victimarias.
Según medios y expertos, el crimen organizado también ha reclutado fácilmente
a jóvenes. Acción que aún se registra.
A finales de 2011, la Fiscalía General del Estado (FGE) ofreció una recompensa de medio millón de pesos a quien proporcionara información que llevara a la captura de un “sicario”, de 14 años, presunto asesino de un policía municipal en la capital de la entidad.
Además, en el estado, como ocurre en muchos más, los criminales ya no se detienen ante nada, ni siquiera frente a los menores. El 15 de julio, un niño de dos años resultó ileso en el municipio de Meoqui luego de que un comando atacara a sus padres, asesinando a su madre.
Algunos de los casos más recientes ocurrieron el 1 de agosto, cuando la Organización No Gubernamental (ONG) “Nuestras hijas de regreso a casa” informó que durante el pasado mes de junio se reportó la desaparición de 18 mujeres jóvenes en esta frontera.
El organismo reveló que en lo que va de 2012, con datos aportados por la Fiscalía de Género, han habido 183 reportes de desaparecidas en Ciudad Juárez.
Ese mismo día, el coordinador de los grupos especiales de la Policía Municipal, Félix Remedios Olivas, fue ejecutado.
-Coahuila
Tan sólo el 9 de julio se cometieron 13 crímenes, tras un fin de semana sangriento que dejó 16 personas muertas.
Dos días después, TabascoHoy informó que un comando armado ingresó a una vivienda en la colonia Loma Real y abrió fuego en contra de una mujer de 60 años y su nieta de seis, ambas murieron.
De acuerdo a información de la Procuraduría General de Justicia en el Estado, los hechos se suscitaron a las 17:40 horas. Según testigos, un grupo armado irrumpió en la calle y dispararon sobre la vivienda, motivo por el cual las inquilinas corrieron hacia el interior.
En hechos más recientes, el 31 de julio, personal de la Procuraduría General de la República (PGR) cateó un domicilio en Piedras Negras y aseguró tres armas de fuego, más de 64 mil dólares, 22 mil pesos, mariguana y dos vehículos.
En lo que va del año, se ha activado la alerta roja en varias ocasiones por enfrentamientos en Saltillo.
LA AUTORIDAD, ENTRE CONTRADICCIONES
Las contradicciones entre las autoridades parecen ser una constante, por una parte los hechos violentos hablan por sí solos y por otra las declaraciones de funcionarios sobre la disminución de la violencia en los estados fronterizos indican que los crímenes van en detrimento.
Apenas a inicios de julio, el gobierno de Nuevo León dio a conocer sus resultados en materia de combate al delito, en los que todos su índices marcaban un descenso considerable en el primer semestre del 2012, comparados con el mismo periodo del año anterior.
En dicha ocasión, Jorge Domene Zambrano mostró resultados positivos y una baja en el índice de robo a casa, a negocio, a vehículos y homicidios dolosos.
Por su parte, el gobernador Rodrigo Medina de la Cruz afirmó que "el cáncer de la violencia" ya está siendo extirpado, lo que se empezaba a notar diariamente, por ejemplo con la desarticulación de bandas criminales.
“Es una lucha que libramos todos los días, siempre estamos alertas, siempre estamos atentos, es permanente”, dijo.
Mauricio Fernández Garza, alcalde de San Pedro, es otro de los que ha hecho declaraciones favorables en torno a la lucha contra el crimen e incluso, durante su informe de gobierno en noviembre de 2011, calificó al municipio bajo su mandato como el más seguro de México, comparado incluso con Texas en Estados Unidos.
Sin embargo, el 8 de marzo de este año, el vocero en materia de seguridad informó que se emitió una alerta de violencia en el estado, esto luego de la detonación de una granada en la colonia Altavista de Monterrey y el incendio a una farmacia por no pagar derecho de piso.
Pero no sólo a nivel nacional se tiene alerta sobre Nuevo León, el gobierno de Estados Unidos hizo un llamado a sus connacionales que viajan o viven en México, para que extremen sus medidas de protección en torno al estado.
En febrero pasado, también el gobierno estadounidense pidió a sus ciudadanos no viajar a Chihuahua, por los "serios problemas" de violencia y crimen organizado; sin embargo, cinco meses después, durante la realización de la Mesa de Seguridad del programa “Todos Somos Juárez”, el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré Romero y el gobernador César Duarte hablaron de los buenos resultados en materia de seguridad misma que, dijeron, refleja una disminución.
En dicha ocasión, Poiré dijo que con la colaboración entre los tres niveles de gobierno y la sociedad, se ha recuperado la tranquilidad de Ciudad Juárez, una de las urbes más violentas a nivel mundial.
Apenas el 27 de julio, Duarte informó que con el apoyo de las autoridades de los tres niveles de seguridad, se logró la detención de cinco mil personas en Ciudad Juárez. “Lo que significa, cinco mil delincuentes menos en las calles”, aseveró el funcionario estatal.
Ese mismo día, el secretario de gobernación acompañó a Duarte y destacó la "reducción significativa en los índices delictivos", entre los que resaltó el tema de las ejecuciones. “En términos de homicidios dolosos, es de una reducción en el primer semestre de este año del 46 por ciento menos que en el mismo período del 2011”, señaló.
Pocos días después, el 1 de agosto, el gobierno de Estados Unidos anunció su compromiso para trabajar con las autoridades de Chihuahua en el fortalecimiento de las instituciones para prevenir el crimen organizado y narcotráfico en la entidad, esto luego de una reunión entre el embajador estadounidense en México, Anthony Wayne, y el gobernador de Chihuahua.
Coahuila es otro de los estados con marcados casos violentos, aunque en este caso, el gobernador, Rubén Moreira, sí reconoce los altos índices delictivos, pero afirma que "de un día para otro no se va a resolver la violencia" e incluso ha llegado a tildar de "irracional" a quien piense que esta situación se terminará de la noche a la mañana.
"Coahuila tiene que coordinarse cuando menos con seis entidades. Dos bandas delincuenciales en Torreón: los Zetas y el Pacífico; en Saltillo el fenómeno es de los Zetas contra y del Golfo y es un estado del tamaño de un país. Si en Tamaulipas están apretando mucho nosotros también tenemos que apretarle si no se nos viene para acá y viceversa", declaró el pasado 6 de julio.
En dicha ocasión, también informó sobre el recrudecimiento de la violencia principalmente en Saltillo y Torreón, donde en esta última, tan sólo en junio, se registraron 116 homicidios. Pero dijo que en el futuro las cosas mejorarán con las estrategias del virtual Presidente Enrique Peña Nieto.
Aún así, el 10 de julio Moreira habló de la necesidad de refuerzos federales en Torreón y los solicitó con carácter de urgente, en espera de una respuesta por parte de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal.
Un día después, el vocero de la entidad Sergio Sisbeles, reconoció que en lo que va del año, se han registrado 56 hechos violentos en el estado.
EL ORIGEN
Los tres estados han estado azotados por la violencia desde hace por lo menos cuatro años y el origen de los hechos criminales parece recaer en las pugnas del narco.
A partir de 2006 Coahuila se ha visto marcada por hechos violentos. Una de las zonas más afectada es La Laguna, región que se disputan el cártel de Sinaloa y Los Zetas.
Desde hace seis años ese estado ha visto extenderse al crimen organizado y los hechos sangrientos.
Para hacer frente a esta situación que parece no tener fin, el gobierno estatal dijo en 2010 que era "necesaria la presencia de fuerzas federales en la entidad", aunque las pláticas con el gobierno federal para dotar al estado de efectivos comenzaron un año antes, la muerte de varios jóvenes en el ataque a un bar y de elementos de la Policía Ministerial en la Comarca Lagunera fueron la gota que derramó el vaso y llevaron a pedir ayuda.
Militares, marinos y policías federales comenzaron a llegar al estado la última semana de ese año. El 28 de diciembre alrededor de 600 soldados arribaron a Saltillo y más de 300 marinos a Piedras Negras.
Un año más tarde que en Coahuila, la violencia se extendía por Nuevo León.
De acuerdo con una nota publicada por el diario El País el 17 de junio pasado y citada por el periódico Vanguardia, la violencia en el estado fronterizo estalló en 2007, procedente de Tamaulipas, donde el Cártel del Golfo controlaba el tráfico de drogas a Estados Unidos y se recrudeció en 2010 con la aparición de Los Zetas, hoy dominantes en la zona.
Vanguardia dio a conocer entonces las declaraciones de Camilo Ramírez, secretario del Ayuntamiento de Monterrey, quien afirmó: “Los narcos vienen a esconderse aquí, a hacer negocios y lavar dinero. Nos pillaron desprevenidos”.
Han pasado ya casi cinco años desde la llegada del crimen organizado a la entidad y con ello el temor hace presa de los habitantes. Cinco años en que pese a la notable presencia del Ejército los delitos no cesan y la tranquilidad no se restablece.
Pero Nuevo León y zonas que algunas vez fueron grandes y pacíficas urbes como Monterrey, no sólo vieron llegar a los narcos, también comenzaron a ser testigos de asesinatos, secuestros, extorsiones, robo de autos, actos de corrupción, el cierre de negocios por miedo y falta de dinero para pagar el derecho de piso, así como la huida de empresarios y habitantes de la zona y lo que es peor: la falta de libertad en su propia tierra.
En el caso de Chihuahua, la gente aún recuerda la normalidad en que vivían hasta mediados de 2008, antes de que el estado se viera envuelto en la disputa de los cárteles de la droga.
Robos, violaciones, extorsiones, homicidios, secuestros, entre muchos otros son parte de lo que enfrentan los chihuahuenses diariamente desde entonces.
Con ese oscuro panorama, en marzo de 2009 el presidente ordenó ponerle “punto final”a la presencia y acción delictiva del narcotráfico en Ciudad Juárez y para ello se acordó la presencia de ocho mil elementos del Ejército, que sumados a la Operación Conjunta Chihuahua, dieron como resultado 14 mil efectivos en la zona.
Pese a los esfuerzos, el número de mujeres muertas o desaparecidas continúa aumentando, el narco sigue estando presente en Chihuahua, los enfrentamientos no cesan y toda clase de delitos son parte del pan de cada día, mientras se espera que pronto se cumpla lo que durante los últimos años han repetido los funcionarios en todos los niveles de gobierno: la erradicación de la violencia.
-Con información de Agencias