El periodista Igor Padilla cubría la nota roja y producía el programa humorístico Los Verduleros. En Honduras, desde 2001 al 2017, han sido asesinados 69 comunicadores, entre periodistas, presentadores de televisión y locutores; el 95 por ciento de los casos están impunes.
Tegucigalpa, 18 de enero (EFE).- Al menos 18 pandilleros supuestamente responsables de participar este martes en el asesinato a tiros del periodista hondureño Igor Padilla, en San Pedro Sula, fueron capturados hoy por fuerzas de seguridad del Estado.
A los detenidos, entre los que figuran dos que habrían confesado haber asesinado a Padilla, les fueron incautadas armas de grueso calibre, municiones, chip de empresas de telecomunicaciones, chalecos antibalas e indumentaria policial y militar, indicó la Fuerza de Seguridad Institucional Nacional (Fusina) en un comunicado.
El Presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quien el martes instruyó a las autoridades a que no descansaran en la búsqueda de los autores de la muerte violenta del periodista, les felicitó hoy por la "rápida respuesta contra responsables del asesinato de Igor Padilla".
En mensajes a través de la red social Twitter, Hernández subrayó que "es necesario endurecer las penas para hacer desistir y castigar con todo el rigor de ley a criminales y evitar que sigan enlutando al pueblo".
La Fusina señaló que entre los capturados hoy figura el "peligroso pandillero Cristian Ariel Calix Hernández, alias Litte Sam", originario de Tegucigalpa, quien en 2013 fue detenido por el delito de extorsión y en diciembre de 2015 por portación ilegal de armas y posesión de drogas.
El comunicado añade que por ser menor de edad los tribunales de justicia le aplicaron en 2013 una pena de dos años y fue tratado en el Juzgado de la Niñez como tal.
Después, por la captura en 2015, quedó en libertad porque los delitos por los que se le acusó son conciliables.
Entre los detenidos también figura una mujer que habría sido la que llamó por teléfono al periodista cuando este estaba en el interior de un establecimiento mientras trabajaba en un anuncio comercial que grababa con un camarógrafo en San Pedro Sula (norte), la segunda ciudad más importante de Honduras.
Según el director de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), Ricardo Castro, el caso de Padilla está "investigado en un 90 por ciento", pero no se dieron detalles del móvil.
Las autoridades aseguran que "todos los detenidos son considerados de alta peligrosidad", entre ellos cabecillas de la pandilla o "Mara 18" que opera en el norte hondureño.
A los presuntos responsables de la muerte de Padilla les fueron incautados una ametralladora UZI, un fusil Galil, tres AK-47, nueve AR-15, cuatro pistolas, cargadores y chalecos antibalas, entre otros pertrechos.
Padilla, de 37 años, estaba casado, tenía dos hijos y trabajaba como corresponsal en San Pedro Sula de HCH, que transmite desde Tegucigalpa.
Su muerte ha sido repudiada por organismos de derechos humanos nacionales e internacionales, diplomáticos, el gremio de los periodistas hondureños y otros sectores sociales.
Según el estatal Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras, desde 2001 al 2017 en el país han sido asesinados 69 comunicadores, entre periodistas, presentadores de televisión y locutores, entre otros, y el 95 por ciento de los casos están impunes.