La mujer cucaracha: ficha técnica

16/07/2016 - 12:00 am
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Los expertos que han analizado algunos ejemplares de la Mujer Cucaracha, coinciden en que la coraza, si bien sólida, es porosa. Foto: Shutterstock

Del latín feminis blattodea, la conocida como Mujer Cucaracha, fue así denominada por ser la única especie de características humanoides que sobrevivió a la crisis nuclear del año 7978 de nuestro ciclo Acaladiano, pronosticada por los habitantes del planeta Tierra por décadas y sin embargo, por lo visto, inevitable. Esta especie de dura coraza parece haber evolucionado de la mujer común, homo sapiens de género feminis, y presenta una serie de habilidades que incluyen la capacidad de construir nidos para ellas y sus crías con o sin la ayuda de un macho, llevando sobre sus hombros cargas en forma de ramas o rocas que representan el doble o el triple de su propio peso. Característicamente, a las crías nacidas de la feminis blattodea (en adelante FB) se les estampa en la frente el símbolo del macho que las procreó, sin importar que el mismo saliera de cacería para proveerles de alimento o no. Los expertos que han analizado algunos ejemplares de la Mujer Cucaracha, coinciden en que la coraza, si bien sólida, es porosa. Asimismo cubre los oídos casi por completo, presumiblemente por razones evolutivas que les permitieran a estas hembras moverse por sus poblados y enfrentar el bombardeo, por parte de algunos machos, de una especie de fluido sebáceo llamado también “piropo”, que podía introducirse por el canal auditivo y hacer que las blattodeas perdieran el equilibrio y sus demás capacidades se vieran también comprometidas.

Las FB presentan una fuerza inusitada que les permite soportar hasta dos jornadas de trabajo, una dentro y una fuera de sus nidos, si bien sus cuerpos, según la documentación encontrada, son más pequeños que los de los extintos machos. Además de las dos mamas que ya presentaban las hembras de homo sapiens, las FB desarrollaron una adicional, utilizada en ocasiones para nutrir al macho ante la ausencia de la madre del mismo. Sin embargo, parece ser que el alimento secretado por esta tercera mama nunca resultaba igual de sabroso para el macho que el de su propia progenitora (extraído del documento de origen terrícola Guía de sobrevivencia para nueras).

Es bien sabido que las condiciones de vida para las hembras de homo sapiens en algunas áreas de la Tierra podían ser precarias y que innumerables ejemplares sucumbieron a distintos tipos de ataques muchas veces avalados y siempre tolerados por el sistema de Gobierno predominante en ese planeta, denominado “patriarcado” (Leer: Barbarie y la Fantasía de la Equidad: Ensayos sobre el Patriarcado Terrícola, por Vixx HuiH). Se han hallado evidencias de negociaciones diplomáticas, tratados de igualdad entre los géneros y numerosos intentos de movilizaciones intelectuales originados en distintas regiones (o “países”, los cuales estaban delimitados por fronteras físicas imaginarias y fronteras cerebrales de carácter sólido y radioactivo) los cuales no supusieron cambios radicales ni eliminaron de manera permanente ni temporal las amenazas que las hembras enfrentaban de manera cotidiana. Algunos expertos proponen que el “patriarcado” en su forma radical podría haber sido el responsable de la epidemia de ceguera que eventualmente provocó la crisis nuclear, si bien las pruebas no son concluyentes.

Las necropsias y análisis en ejemplares vivos parecen indicar que el peligro, la tensión y las exigencias impuestas a las hembras terrícolas por su sistema de vida (Leer: Comprendiendo el Patriarcado: “Los Hombres las Prefieren Cabronas”, “40 y fabulosa”, “Mujeres empresarias y feminidad” y otros tratados terrícolas, de AlH SixI) provocaron un salto evolutivo nunca antes visto ni en este ni en otro planeta, dando como resultado una criatura hermafrodita, altamente adaptable y capaz de sobrevivir en condiciones extremas, ya sea en manada o en solitario, con o sin crías y ostentando tallas de busto desde la más pequeña hasta la más grande (Fuente: El Apocalipsis Terrícola y otras curiosidades, de W.WkY.).

Lorena Amkie
Nació en la Ciudad de México en 1981. Su idilio con las palabras empezó muy temprano y la llevó a pasearse por la poesía, el ensayo y el cuento, para encontrar su hogar en la novela. Graduada de Comunicación por la Universidad Iberoamericana, ha publicado la trilogía gótica para jóvenes Gothic Doll (Grupo Planeta) y la novela El Club de los Perdedores. Imparte talleres de escritura creativa y colabora con distintos medios impresos y digitales. Su cercanía y profundo respeto hacia su público, así como su estilo franco y nada condescendiente, le han valido la atención de miles de jóvenes en México y Latinoamérica, situándola como una de las autoras de literatura juvenil más interesantes en el mundo de habla hispana actualmente.
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